Archivo por meses: febrero 2007

Hora cambiada

Del libro inédito Cantata para una madre difunta, de mi amigo Jesús Mauleón, lleno de bellos poemas, elijo este brevísimo y bellísimo:
Buenos días.
Aquí es de soledad, aquí es de noche.
Buenas noches aquí. Allí es de día.
Allí es de Dios, de ti, un derroche
de amor en cegadora compañía.

Profesores de religión

Oigo en una tertulia radiofónica a un representante de la Asociación de Profesores de Religión con motivo de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el recurso de una profesora despedida por conducta no apropiada a su misión de enseñante de religión. No me hubiera gustado que este señor me hubiera enseñado religión en clase. Mejor estaría enseñando geografía o geometría, o quizás no enseñando nada. Entre enseñar el catecismo en casa, en la iglesia o en el salón parroquial, y enseñar religión como una mera asignatura, igual que las matemáticas o la gramática, hay un punto medio, que pide el sentido común y el respeto a la confesión del niño y de sus padres. Quien no lo entienda así está fuera de juego. Se lo podían enseñar en Alemania, Holanda o Bélgica, y en cualquier país donde el Estado reconoce a las Iglesias, corporaciones de derecho público o no, esa facultad. A no ser que alguien quiera, en nombre de la laicidad, del aconfesionalismo o del laicismo, que el Estado nombre los profesores de religión , decida quién la enseña bien o mal y hasta cómo se enseña. La cuestión más delicada creo que está dentro de cada confesión y de cada iglesia. Ahí es donde el diálogo y el debate son posibles y recomendables. Dentro de una casuística interminable, hay casos y casos, márgenes, límites, exigencias y perfecciones. Hoy no es ayer. La teología y la moral actuales no son las del siglo XIX, aunque la cristianía -la médula de la fe y de la moral cristianas- sea la misma. Tampoco el laicado de nuestros días -al que pertenecen seguramente la mayoría de los profesores de religión- tiene por qué hacer buenas, cuando se presenten, todas las pretensiones y condiciones de un cierto clericalismo. La cosa, ya digo, se las trae, y es necesario poner toda la inteligencia, voluntad y sentimiento posibles en buscar la mejor salida, porque solución, lo que se dice solución general, para todos y en cualquier caso, es imposible. Y evitemos andar de tribunal en tribunal. Y, no digamos, lanzar a diestro y siniestro condenas, descalificaciones, desprecios y burlas. ¡Cómo se divierten con eso los anteclericales de profesión, periodistas o no! Eso sí que no entra en clase de religión ni en religión de ninguna clase…

La felicidad

Me toca hablar a un centenar de señoras de cierta asociación muy arraigada en Pamplona y elijo, no sé por qué, tal vez como un reto, el tema de la felicidad. ¿Qué voy a decir yo de eso que ellas no sepan? ¿Y con qué autoridad? Con ninguna. Pero hablo, y hablo durante tres cuartos de hora: lo que no es, lo que parece ser, lo que no parece y es, lo que se entiende entre los mejores ejemplos de nuestra civilización judeo-cristiana que debe ser, las muchas clases de felicidad… Jefferson, el padre de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos de América, la puso, junto a la vida y a la libertad, entre los primeros e inalienables derechos del hombre: “el derecho a la búsqueda de la felicidad”. Ese deseo radical de todos nosotros, hasta de toda creatura viviente. Siempre estamos caminando hacia ella, inencontrable e inaprensible como es, pero sí fruible: la máxima fruición de nuestra caminante personalidad.

El ayuno grato a Dios

La lectura de la misa de hoy, primer viernes de Cuaresma, tomada del tercer Isaías, nos lleva al fondo del mensaje judeo-cristiano: “¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: / desatar los lazos de maldad / deshacer las coyundas del yugo / dar la libertad a los quebrantados / y arrancar todo yugo? / ¿No será partir al hambriento tu pan / y a los pobres sin hogar recibir en casa? / ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras / y de tu semejante no te apartes?” ¿Y entonces, qué? Ah, entonces: “Entonces brotará tu luz como la aurora / y tu herida se curará rápidamente. Por eso nuestra noche es tan negra y tan profunda nuestra herida.

Sectarismo con las víctimas

Acabo de verlo hoy mismo. Me apena, me indigna y hasta me escandaliza en los aniversarios de las víctimas del terrorismo independentista etarra y en cualquier acto de homenaje a su memoria, organizado por las familias, por las fundaciones, etc., ver habitualmente allí sólo a los miembros del partido o del sindicato de la víctima, cuando se da el caso, con la ausencia total casi siempre de representantes de otros partidos o sindicatos y de las autoridades locales, regionales o nacionales que no sean del mismo color. ¡Qué falta de humanidad, de patriotismo, de civilidad, y hasta de educación y de sentido común! ¿Qué vamos a decir de ETA y de sus muchos brazos, de los indiferentes y de los insensibles, si los llamados demócratas, pacifistas, constitucionalistas… se portan así? ¿Hasta dónde no llegará ya el sectarismo político?

El recurso de R. Ibarra

Va y viene ahora Ibarra, coge, agarra, declara y dice que su gobierno va a recurrir el mal refrendado Estatuto de Andalucía ante el Tribunal Constitucional, porque trata como suya la cuenca del Guadalquivir, cuando, según el presidente extremeño, también pasa por Extremadura y otras regiones españolas, y es por lo tanto un río español y no sólo andaluz, y es el Estado español y no la Junta de Andalucía quien tiene competencias sobre su uso y regulación. Recién refrendado, medianamente también, el Estatuto catalán, interpusieron recurso los gobiernos de Aragón, Baleares, Murcia y Valencia. Dentro de poco podemos tener media España recurriendo frente a otra media por cuestiones de competencias vecinales, por disputas de patio de vecinos, de archivos o de aguas comunes, sin que importe siquiera el color político del recurrente y del recurrido, que puede ser el mismo, como es nuestro caso. Ay, la España plural, que más que plural, que siempre ha sido, parece taifesca o cantonal. Ya dijimos una y otra vez que de aquellos alegres polvos estatutarios habrían de venir estos bien previsibles lodos judiciarios, si es que se quedan sólo en eso. Cuando el partido, los partidos, los gobiernos y los parlamentos autonómicos, la comisión constitucional del Congreso, el pleno del Congreso y el del Senado no cumplen bien su deber y pierden el sentido de la Nación y del Estado, todo se queda para el Tribunal Constitucional. Y luego se acusarán mutuamente de judicializar la política. Qué esperpento!

Un nuevo mapa de España

Hace no muchos años el mapa de progreso de España comenzaba siempre por Cataluña, seguía por Vizcaya y Guipúzcoa, luego por Asturias… Eran la regiones avanzadas, industriales, ricas. Según el último Eurostat, de 2004, que muestra el producto interior bruto (PIB) de las regiones de la Unión Europea, entendido como la capacidad de compra de los habitantes, Madrid, con un PIB de 132´1 por ciento; Navarra, con un 126´7, y País Vasco, con un 125´4, encabezan la lista de las regiones españolas. Lo que equivale a una renta per capita en las tres regiones de 25. 818, 24.509 y 23. 289 euros, respectivamente. Aunque la marca europea más alta es la del centro de Londres, con un 303 por ciento del PIB, seguido de lejos por Luxemburgo, con un 251, y Bruselas con un 248, varias regiones de Alemania, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Austria, Bélgica, Finlandia, Suecia, Chequia, Irlanda, Francia, Eslovaquia o Suecia están por encima de nosotros. Siguen a las tres pioneras españolas: Cataluña, Baleares, La Rioja, Aragón, Cantabria… Y son las últimas: Extremadura (67´1 por ciento del PIB y 13.100 euros per capita), Andalucía y Castilla la Mancha. La última región económica de la UE es el Noroeste de Rumania, con un miserable 24 por ciento del PIB europeo. Otro mapa, pues, europeo y español, distinto del mapa politico y superficial al que estamos acostumbrados. Distinto del de los estatutos votados o no, los gobiernos autonómicos, los vocingleros o silenciosos presidentes, los partidos mayoritarios y minoritarios. El mapa -que tampoco es el único y total- de cada día, del trabajo y de la riqueza, del esfuerzo y del progreso, de toda la gente. Un mapa más real y futuro que el del solo color electoral que se nos avecina.

“Haré lo que pueda”

Traen los periódicos la noticia de la muerte de Luis Gómez de la Sota, alcalde por mayoría absoluta durante 44 años de Solórzano (Cantabria), tal vez el decano de los alcaldes españoles, primero franquista, luego de Alianza Popular, más tarde de la Unión para el Progreso de Cantabria (UPCA) y al fin del Partido Regionalista de Cantabria (PRC). Como le decía un día a Gil Robles otro de estos alcaldes, que había ido tomando todos los colores gubernamentales:
Yo no cambio. Los que cambian son los gobiernos.

Pero lo curioso es la actitud de don Luis. Nunca puso un cartel. Su fórmula de campaña era bien simple: “Me presento para alcalde. No ofrezco nada. Haré lo que pueda”. Con alcaldes así evitaríamos la costosa y a menudo tabarrosa campaña electoral. Lo que no se opone tampoco, en el mejor de los casos, a la presentación de un buen programa: “Este es el programa. Haré lo que pueda y lo que me dejéis“. Y sin dar caña a nadie: que ésa es otra.

Vuelva Usted…

Me escriben desde el Archivo General de la Administración (AGA), perteneciente al Ministerio de Cultura, sito en Alcalá de Henares, para comunicarme que las reproducciones que encargué hace exactamente dos años están esperándome desde el 6 de abril de 2005, “sin que hasta el momento -cito textualmente- hayamos logrado contactar con Ud”. Adjunta a la hoja en que tal noticia se me comunica viene una copia, al carboncillo, de mi solicitud de 33 fotocopias, fechada el 8 de febrero de 2005, donde están escritos mi único teléfono, mi única dirección postal y mi único correo electrónico. Menos mal que la cantidad debida por este servicio que ha durado dos años es pequeña: 2´10 euros. Pero tengo que abonarla en la oficina de un determinado banco, y en caso de que elija el envío por correo certificado, deberé hacer llegar, junto con el resguardo del ingreso, la cantidad de 3´53 euros en sellos de correos. Todo son facilidades, como se ve.
– Vuelva Usted… dentro de dos años.