Archivo por meses: mayo 2007

La diosa Persuasión

Nos enseña Francisco Rodríguez Adrados, nuestro máximo helenista contemporáneo, todavía tan activo, que en la Ilustración griega el artífice de la persuasión es el logos, entendido como argumentación racional del sabio o del político. El hacer que una cosa “parezca y sea” justa, según la expresión del Teeteto platónico, es persuasión. Según Demócrito, “para la persuasión es más decisivo el logos que el oro“, “llevado al deber por la persuasión“. Pero esa persuasión sólo puede poseerla el hombre virtuoso. En el drama Hécuba, de Eurípides, la diosa Persuasión es la única tirana de los hombres; nada se logra llevar a efecto sino por medio de la lengua; el logos es el templo de la Persuasión y su altar está en nuestra naturaleza. Por otra parte, desde fecha temprana comienza a desarrollarse otra teoría, según la cual la persuasión llevada a cabo por el logos no obra por vía racional, sino a la manera de un hechizo, dirigiéndose a zonas irracionales del alma humana, que a veces se rebelan contra los dictados de la razón. Esta es la tesis de Eurípides en Medea y en Hipólito, y será la tesis de Gorgias, quien en su obra Helena justifica la conducta de esta heroína con la fuerza irresistible del logos y de lo irracional. – Conviene evocar esta sabidurías, ahora que andan los partidos persuadiéndose entre sí, de muchas maneras, para formar corporaciones locales y gobiernos autonómicos. Y hasta algunos clubes de fútbol intentan persuadir a otros para que ganen, pierdan o empaten partidos decisivos de final de temporada. ¿La virtud? ¿El raciocinio? ¿El oro? ¿La diosa Persuasión? ¿Un hechizo? ¿Todo a la vez o consecutivamente?

¿Pactos en el ayuntamiento de Pamplona?

Si sólo tuviéramos que fiarnos de las declaraciones de ciertos dirigentes socialistas en Madrid sobre ausencia de pactos o acuerdos con los representantes de ANV (Batasuna), la confianza no debiera llegar lejos. Cada uno entiende en la vida política los acuerdos o pactos a su manera. El año 2003, al comienzo de la legislatura, el PSN-PSOE alcanzó, estando en minoría, seis alcaldías importantes con partidos soberanistas e independentistas, negando cualquier acuerdo o pacto con sus angélicos benefactores, lo que por aquel entonces hubiera vulnerado directamente la célebre ley consensuada por el PP y el PSOE, Por las Libertades y contra el Terrorismo, hoy en desuso en varias de sus partes. ¿Qué es un pacto o acuerdo para un político? Vaya usted a saberlo. Y así los cuatro concejales socialistas podrían votar esta vez a la candidata municipal de Na-Bai, mientras los concejales de esta formación y los de ANV harían lo mismo, diciendo todos ellos que no hubo ni acuerdo ni pacto. Pero, afortunamente, el candidato del PSN al Gobierno de Navarra ha sido un poco más claro: “ANV no será determinante a la hora de obtener la alcaldía”. Y el candidato socialista a ésta última, que fue el primero en anunciar tal postura, ha sido rotundo: “Lo dije y lo vuelvo a repetir: no vamos a aprovechar el apoyo de ANV para ninguna clase de gobierno“. Vamos a verlo. Otra cosa es que esta decisión sea o no parte de una estrategia para conseguir más fácilmente el gobierno foral, o para justificar su renuncia a él, si fuera cierto que Na-Bai hace de su conquista del ayuntamiento pamplonés condición sine qua non para ceder la presidencia del gobierno, como segunda fuerza política que es, a la tercera que es el PSN. Esta es otra cuestión, y más intrincada todavía que la anterior y que no cabe ahora aquí. Por otra parte, la muy hábil candidata nacionalista / soberanista / independentista plural a la alcaldía ha declarado también que para cualquier acuerdo con ANV le exigirá “un contundente rechazo de la violencia“. ¿Hay aqui una estudiada condición de última hora para romper esa actitud de principio hecha pública por el PSN-PSOE y reafirmada con cierta solemnidad por los dirigentes nacionales? ¿Y si ANV “rechazara” la violencia y hasta el terrorismo con una fórmula hábil, de ésas que suelen sacarse del bolsillo, cuando les conviene, como recordar una frase, sacada del contexto, de sus estatutos de 1930, de la que ya hablé un día, u otra similar? Además, y quedándome sólo en el plano de la lógica elemental, ¿cómo es posible ese rechazo oficial a la sigla ANV de una candidatura que ha sido legalizada con las más altas bendiciones político-jurídicas, y después que el Gobierno haya declarado una y otra vez que HB-ETA no está ni va a estar en las instituciones de Euskadi y de Navarra? ¿No ha dicho, hace sólo unas horas, el secretario general de los socialistas vizcaínos, hablando de posibles pactos, que ANV es una formación política legal, como otra cualquiera? El secretario general de los socialistas vascos ha dicho, poco después, lo contrario. Continúa, pues, la intriga.

Motivos

Los motivos de una derrota electoral o de un triunfo no alcanzado del todo son más complejos de lo que se cree. No siempre son razones de alta política, interpretaciones de la identidad nacional, o cosas similares, lo que mueve al elector, ni mucho menos. Por encima del nombre y de la querencia del partido y el programa propuesto, que pueden significar en ciertos casos mucho o todo, suele prevalecer la mayor o menor consideración de las personas que en cada caso los representan, con sus cualidades y defectos, con su buen o mal hacer en etapas anteriores, lo que en las elecciones municipales y autonómicas es dato de primera magnitud. Por otra parte, en una sociedad bien acomodada, permisiva más que tolerante, y sensible a todo lo que lleve el marchamo de progreso, como es la nuestra, los electores buscan sobre todo seguridad para el presente y el futuro.Y así todo lo que suene a conflicto, agresividad, tensión o crispación -la palabra de moda- se mira como alto riesgo, fuera, naturalmente, de los círculos o ámbitos específicamente beligerantes. En cambio, valores como diálogo -un icono de máxima aceptación-, entendimiento, antirevanchismo, compromiso, etc., están cada vez mejor cualificados. Tampoco podemos olvidar que cada cuatro años se acercan a las urnas miles de jóvenes, casi media generación, que traen el ímpetu de la novedad, y, de manera incluso biológica, el deseo de cambio, cuando esta treta política en forma de muletilla, a la manera de talismán mágico, ha sido incorporada al vocabulario electoral como fórmula significante de mejora y de porvenir.

Las elecciones en Euskadi

Equilibrado resultado entre el PP y el PSOE en las elecciones municipales y autonómicas en España. Si el primero gana en votos -los más numerosos de su historia- y en alcaldes, el segundo lo hace en poder municipal y autonómico por medio de los pactos ya habituales en su úlltima historia política. No ha habido en esta ocasión la lógica y decisiva influencia positiva del partido que gobierna el país, ni tampoco la revuelta patriótica auspiciada por la oposición, sobre todo ante la errática política antiterrorista y autonómica del Gobierno nacional. La abstención ha sido muy alta en algunas regiones, lo que siempre es una crítica a todos los partidos en general. Se ha confirmado y robustecido como alternativa de gobierno el presidente del PP, Mariano Rajoy, gracias especialmente a la rotunda victoria en la Comunidad y en la ciudad de Madrid, así como en la Comunidad Valenciana. En el caso del País Vasco o Euskadi, que mucho puede influir en Navarra, como tendremos ocasión de ver en fechas próximas, el Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra (PSE-EE-PSOE) ha sido el máximo beneficiario de la separación electoral de PNV y EA, que deja a esta última formación en un mal lugar -ausente,v.g., del ayuntamiento de Bilbao-, y del castigo dado por sus electores al PNV en Guipúzcoa y Álava tras resonantes casos de corrupción en el territorio guipuzcoano, que han originado al mismo tiempo mucha abstención. Mientras el PSE-EE se alza con la victoria en Vitoria, San Sebastián, Juntas Generales de Guipúzcoa y en no pocos grandes municipios, el PP retrocede en favor del PSE en casi todas partes y, fuera de las Junta Generales de Álava, donde conserva una ligerísima mayoría, pierde casi todos los municipios que gobernaba en este territorio histórico. Si a esto añadimos los buenos resultados de ANV, la marca legal de ETA-HB, con 95.000 votos en Euskadi y Navarra -ellos cuentan 187.000, incluyendo en provecho propio todos los votos nulos-, 439 concejales, 25 ayuntamientos con mayoría absoluta y 15 con mayoría relativa, así como la subida de IU/Aralar en casi toda la Comunidad Autónoma Vasca, las cosas están más cerca de los planes del proceso de paz de Rodríguez Zapatero y de los dirigentes del PSE-EE que de las tesis del PP y de UP, apoyados éstos por los movimientos y plataformas cívicos, muy activos en este terreno. Tal vez en el resto de España el vituperado y fracasado proceso, con su cortejo de muertes, extorsiones y terrorismo callejero hasta en la misma mañana del día electoral, haya podido fortalecer al partido de la oposición e incluso mantener y reforzar a UPN tras 15 años de gobierno en Navarra, pero ni ha favorecido al PP en Euskadi ni ha restado votos al nacionalismo soberanista / independentista, bien unido y organizado esta vez , en nuestra Comunidad Foral.

Esperanza

El poeta portugués contemporáneo Miguel Torga canta en uno de sus poemas a la esperanza, que es algo más que el simple deseo, pues se afirma en la razón y en la confianza en alguien y en algo -lo que llamamos fe-, y es ímpetu creador hacia el futuro que sobrepasa el pasado y el presente.
Esperanza:
Quiero que seas
la última palabra de mi boca.
La mortaja de sol
que me cubra y resuma.
Como en la despedida sólo hay bruma
en el entendimiento
y hasta el aliento traiciona a la voluntad,
grito ahora tu nombre a los cuatro vientos.
Te juro, mientras puedo, lealtad
por toda la vida y en todos los momentos.

La Virgen de la servilleta

El edificio de Los Venerables, con su estupendo museo, está ocupado esta semana por un congreso, y cerrada por obras la casa-museo de Murillo. Después de recorrer, en visita guiada obligatoria, la Casa de Pilatos (hoy residencia-museo de los duques de Medinaceli), llego al Museo de Bellas Artes de Sevilla, ubicado en el excelente contexto arquitectónico del antiguo convento de la Merced, exquisitamente renovado. El Museo es una colección de calidad excepcional y uno de los mejores de España. Entre sus mayores atractivos está el ser testimonio principal de la escuela sevillana, de trayectoria bastante homogénea y continuada desde la Edad Media hasta el siglo XX. Muchos de los pintores sevillanos y andaluces, antiguos y modernos, son nuevos para mí. Y entre los conocidos hay soberbios ejemplares de Pacheco, Murillo, Zurbarán, Valdés Leal, Ribera… Aquí está la Inmaculada de Murillo, llamada La Colosal, y otras muchas obras, procedentes sobre todo de la iglesia del convento de Capuchinos de Sevilla, que corresponden a la madurez artística del autor y pudieron ser salvadas de la invasión francesa. Me encanta, entre muchas de ellas, la bellísima Virgen con el Niño, llamada Virgen de la Servilleta (1665-66): asombroso juego de luces y sombras, prodigiosa soltura en los trazos, y una vivacidad inefable en el rostro meditativo y fascinador de la madre, que ningún pintor de su época igualó, y la expresión dinámica del niño, con esos ojos penetrantes que vemos en los niños sevillanos de muchos de sus cuadros y en ningún otro. Al volver al hotel, está una de las Hermandades sevillanas en la plaza del Salvador preparando el vistoso ángelus rocíero, en torno al Sin pecado, camino de Almonte. Me viene a las mientes la ultima romería del Valle de Arce y Oroz Betelu a Roncesvalles, una de nuestras más clásicas. Todo tan diferente. Todo tan parecido.

Catedral de Sevilla

Entro en la catedral de Sevilla, que visité hace muchos años, y vivo una experiencia muy poderosa, un estremecimiento, como solemos decir, como pocas veces recuerdo haberlo vivido: en San Pedro de Roma, en las catedrales de Milán y de Estrasburgo, en la de León, en algunos templos góticos de grandes abadías del sureste inglés. Pero tal vez más que en todos ellos. Catedral: mucho más que la cátedra del obispo local, perdido en esta inmensidad de belleza, en este esplendor, casi terrible, de transcendencia. Catedral: alegoría inmensa de lo santo y numinoso, del mysterium tremendum, del Dios majestuoso y fascinante, creador de cielos y tierra, conservador y salvador de todo lo creado para y con el Hijo hecho hombre, principio y fin de todas las cosas, que aquí ya se arrodillan ante él. No puedo leer nada ni seguir la ronda pedagógica de los altares, ni servirme de la audioguía. No quiero recorrer esta maravillosa pinacoteca, este museo glorioso, que hoy sólo me completa y hace refulgir el conjunto de la expresión plástica, del lenguaje incomparable del arte, de la inmensa metáfora. El retablo mayor inefable, la venerada Virgen de los Reyes, Murillo y Zurbarán, los restos de Fernando III o de Colón, no, ahora no; sólo como partes del todo sublime y misterioso. Cervantes escribió, al ver aquí el imponente catafalco para las honras fúnebres del gran rey del imperio español Felipe II, aquel famoso soneto que comienza: Vive Dios, que me espanta esta grandeza… Lo que espanta, en el justo sentido bíblico, es la grandeza de la catedral, prodigioso aunque pálido símbolo divino, voz silenciosamente resonante de la ciudad celeste, del cielo que es Dios.
Urbs Sion unica, mansio mystica, condita caelo,
nunc tibi gaudeo, nunc tibi lugeo, tristor anhelo,
podríamos decir con el latín lenguideciente de Bernardo de Cluny. ¡Oh, Jerusalén celeste y única, que nos haces gozar y llorar, y sobre todo desearte! A veces pienso que toda la catedral va a elevarse de un momento a otro con todos los cientos de personas que esta tarde la visitamos y que todos vamos a desaparecer, junto al Cristo pascual ascendiente, tras la nube de la gloria.

Españoles en la historia

(Una tromba, o trombón, de agua sobre Sevilla me pilla inerme y veraniego en los jardines de los Alcázares y, lo que es peor, deja casi sin aliento a toda la ciudad. Todos somos durante horas capitanes fluviales y hasta almirantes luchando contra los elementos, sin capacidad siquiera de escribir en ningún sitio una línea en el cuaderno de bitácora).
Vi ayer noche con mucho interés en la cadena Antena-3 TV la encuesta sobre los más importantes españoles en nuestra historia. Lo primero que cabe decir es que la dirección no estuvo muy acertada en la elección de los tres comentadores presentes en el plató, ni por su representatividad ni por su objetividad, de la que no hicieron gala en varias ocasiones, llegando uno de ellos a la más pedante bufonería. En cuanto a los cinco primeros elegidos: el rey actual de España, Cervantes, Colón, la reina actual y Adolfo Suárez, me parece bien su elección, muy comprensible en estos momentos, y hasta reconfortante. En cuanto a los demás, hasta 50, por una razón o por otra, todos eran relevantes para la gente que votó, que no fueron sólo los académicos de la Lengua ni sólo los políticos, tan dependientes del “qué dirán”. Tal vez fue una elección mucho más significativa de lo que se cree, ahora, cuando estamos en plena campaña electoral, en la que pocos serían capaces de ser tan sinceros como la buena gente que votó a “los españoles más importantes de la historia“.

Elecciones municipales en Sevilla

Hago una cala de aficionado en la campaña electoral municipal de Sevilla. Los candidatos llevan hermosos apellidos: Monteseirín, Zoido, Torrijos, Villar… Uno promete microclimas en calles y plazas; otro convertir Sevilla en capital del flamenco; de otro dicen que ha conseguido en unos días del Gobierno nacional resolver todos los problemas irresueltos en tres años. Supongo que, un día u otro, alguno de ellos o todos ellos habrán prometido limpiar de basuras los sucísimos márgenes del río que aún quedan en el Paseo de las Delicias. En cambio, el Barrio de Santa Cruz está limpísimo. Además, mientras están reunidos en congreso, a unos cientos de metros, los representantes de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), los trabajadores de la empresa municipal de transportes, en huelga, apedrean a la mañanica 80 autobuses, que vuelven magullados a su punto de origen. Y mientras nos deslumbran a todos los turistas los gigantescos ficus y las jacarandas lilosas en los múltiples jardines sevillanos, salen las Hermandades al Rocío y el Sevilla prosigue su estela de gloria futbolística, agoniza en la Liga (lucha por la supervivencia en Primera) su rival, el Betis, el equipo de los pobres y, para mayor desdicha, centenario; hasta en el puente de los Remedios he visto pintarrajeado el letrero indicador del estadio Manuel Ruiz Lopera, nombre / hombre ahora abominado. No todo es política municipal.

Historia en Sevilla

Acudo a Sevilla como ponente del simposio, en su XVIII edición: Memoria histórica: la Iglesia y la Segunda República Española, organizado por el Arzobispado y que tiene lugar en los Reales Alcázares de la ciudad. Conozco Sevilla desde hace muchos años, pero la encuentro ahora tan bella, tan primaveral, tan estallante, que me parece, aun en el recuerdo nostálgico, nueva. Comienzo mi intervención con una referencia breve a la Sevilla de los cardenales Ilundain y Esteban, navarro y buen amigo de Vidal y Barraquer, asi como Segura y Sáez, de políticos como Martínez Barrio o Jiménez Fernández, a quien conocí y visité en su casa en los años sesenta, o la Sevilla de tantos comunistas y sindicalistas cenetistas, bien conocidos en años republicanos, o del general Queipo de Llano. Mucha historia reciente de España. En la celebración de los 100 primeros números de la revista Aventura de la historia, del grupo editorial El Mundo, dijo el invitado de honor José Luis Rodríguez Zapatero cosas como éstas: “Si se falsean los hechos, si se bucea en el pasado más o menos remoto con voluntad selectiva, no se hace historia. Se busca simplemente, revestidos con el armiño de la historia y de la ciencia, encontrar coartada para juicios predeterminados sobre el presente, o, peor aún, para la formulación solemne de profecías, cuyo desmoronamiento exigirá el paso de una o dos generaciones. Estarán conmigo en que, en los últimos tiempos tenemos sobrados ejemplos de esto último“. Ya lo creo que estamos. Sobre todo en los tiempos en que gobierna nuestro presidente actual del Gobierno.