Archivo por meses: junio 2007

Hasta septiembre

La rueda del tiempo nos trae de nuevo los presanfermines, los sanfermines y los possanfermines, y en seguida el mes oficial de vacaciones, tiempos poco propicios para cuadernos y bitácoras. Por lo cual entorno el mío, lo cierro y lo guardo hasta el primero de septiembre, como hice el año pasado. Todo este último mes, gran parte de la clase política navarra nos ha dado una repetida prueba de incapacidad, de demagogia, de oscurantismo y de falta de sentido común. Muchos navarros están desasosegados, apesadumbados, decepcionados, hartos. Sigo pensando que mi propuesta, seguramente utópica para quienes persiguen sobre todo su legítimo interés, es la menos mala de todas, a no ser que unas nuevas elecciones se impongan como la mejor. Me gustaría que en septiembre no tenga que darme de bruces, también desde aquí, con un disparate histórico, de imprevisibles consecuencias.

Jóvenes españoles

Sigo desde hace años con el mayor interés los trabajos sociológicos del catedrático de Deusto Javier Elzo, sobre todo sus reflexiones posteriores acerca de los trabajos de campo que van llevando a cabo él mismo y otros colegas. En una de sus últimas entrevistas afirma que los jóvenes son menos felices de lo que dicen que son y que su autoestima ha caído en picado en los últimos tiempos, porque lo que buscan como felicidad no es al final lo que en realidad les da la felicidad, que es, en definitiva, una visión altruista de la vida. Los jóvenes de hoy viven habitualmente en lo provisional, de un día para otro, sin demasiada seguridad en el futuro, sabiendo en el mejor de los casos que lo más eficaz e importante es tener un proyecto de vida. Aquella familia que, dejada a su cuenta, como en el caso de España, era la que solventaba todos los problemas, desde la cuna a la tumba, está casi desaparecida y no volverá a aparecer. Y el nuevo peligro es que esa prótesis individualista (Lipovetski), que es con frecuencia la familia moderna, tiene poco de proyecto común y la educación de los hijos ya no es un elemento fundamental. Elzo, que tiene muy en cuenta los datos negativos que van dando los últimos estudios sociológicos sobre la juventud en España en el ámbito religioso, sigue sosteniendo que la demanda religiosa, en su sentido más profundo, está presente en los jóvenes, pues dos terceras partes de ellos se plantean las cuestiones existenciales del hombre. Pero reconoce a la vez que no están en la Iglesia. El Dios de los cristianos no les llega por ninguna parte. Ha desaparecido incluso la visibilidad de la figura de Jesús, de la que sus padres les hablaron poco o nada, y apenas nadie les habló después. A la Iglesia la ven excesivamente obsesionada con ciertos temas morales, opuesta a los avances del mundo y como una negación continua, “como el reino del no”, resume el sociólogo. ¿El reto con el que se enfrenta la Iglesia respecto a los jóvenes? El catedrático vasco responde que ese reto en España está en aprender a vivir en el paradigma de una sociedad laica, con riesgos de laicismo, incluso por parte de miembros del Gobierno.”Tenemos que centrarnos en lo esencial, que es la afirmación de la divinidad de Jesús, un Dios que se hizo hombre para por amor llegar a morir por los más débiles“. La respuesta me parece esencialmente acertada, pero incompleta, demasiado cómoda y común en ciertos sectores progresistas, demasiado rendida ante la fuerza de los hechos. Elzo, claro, es un sociólogo y no un pastoralista, y sus reflexiones siempre nos hacen pensar, querer, sentir y di-sentir.

Se nos va Tony Blair

El jovial, dinámico y seductor Tony Blair se nos va del Gobierno y del Parlamento del Reino Unido, tras diez años continuados de gobernación y tres triunfos electorales. Pero su triunfo más popular ha sido la pacificación del Ulster, ya comenzada por su predecesor conservador John Major. Sin duda que eso le ha dado méritos suficientes para que ahora le encarguen pacificar el endiablado Próximo Oriente – Medio Oriente. Además, aunque algunas de sus reformas hayan quedado incompletas y la división social en Gran Bretaña sea todavía muy grande, lo cierto es que Blair ha intentado también seriamente, con su Nuevo Laborismo y su Tercera Vía, hacer posible el acceso de la población más necesitada al bienestar general, sobre todo por medio de una educación renovada y para todos. Dentro de su partido, ha querido asimismo adaptar el laborismo inglés, siempre distintio del socialismo continenrtal, a los tiempos que corren, venciendo la tenaz oposición de una parte de la izquierda demagógica y retrógrada, que he conocido de cerca en el Parlamento Europeo. La tarea no ha sido ni es fácil, y la guerra de Irak no le ha ayudado en ese empeño precisamente. Algunos de sus compañeros y colegas han sido sus más duros adversarios. Por otra parte, se habla estos días de su problable conversión del anglicanismo al catolicismo, sobre todo tras su visita al papa Benedicto XVI. Gran Bretaña es un país de sonoras conversiones, comenzando por el teólogo, y después célebre cardenal, Newman, y siguiendo por no pocos historiadores, novelistas, filósofos, poetas, actores, como Dawson, Chesterton, Benson, Knox, Green, Spark, Hopkins, Sitwell, Guinnes, Copleston…, por no hablar de otras muchas más recientes de personas todavía poco conocidas en España. Tiempo al tiempo. Que el primer político laborista británico haya anunciado al papa su deseo de trabajar, desde su personal vocación y desde sus puestos de responsabilidad, por el diálogo no sólo entre las naciones, sino también entre confesiones religiosas me parece un signo y un hecho positivo de primera magnitud. Visto sobre todo desde España, donde apenas se conoce un político que se atreva a mencionar, ni por casualidad, la palabra religión.

Fe en la razón

Confianza en la razón es una cosa y fe en la razón otra notablemente distinta. El Iluminismo, mejor que la Ilustración, es cosa de fe, de iluminación humana, no razonable, de fe en la razón, una función al fin y al cabo, por importante que sea, de la inteligencia humana. Ya dijo el maestro Popper que “la razón quiere justificarlo todo, pero no puede justificarse a sí misma: el razonamiento más profundo parte siempre de una premisa irracional”.

Sobre la pintura

La Joven dama con rosario del retrato de Rubens ya no sabe, por el nerviosismo ante el pintor, en qué cuenta de los misterios tenía los dedos.

– Resulta que La tirana de Goya no era tal. El tirano era más bien el apodo de su marido, actor que solía hacer de autor de tiranías. Una muestra más del clásico antifeminismo.
– Prefiero llamar al célebre pintor nacido en Bruselas en 1568 Brueghel de Velours (de los terciopelos, por sus colores aterciopelados) que llamarle Brueghel el Viejo.
– ¿Quién les iba a decir a Jacques le Roy o a Antonia Canis que habían de vivir durante siglos en la vida de muchos seres humanos, gracias a los espléndidos cuadros de Anton van Dick y de Cornelis de Vos, respectivamente?
– Claudio di Lorena pintó una
Huída a Egipto desde Belén, pasando por un paisaje idílico de la campiña romana.
– Desde Jan van Eyck el óleo suavizó, ungió y hasta iluminó la realidad concreta, y consiguió, encubriendo la huella del pincel, llegar al detalle más diminuto.
– El Greco lleva a sus lienzos la luz de su Candía natal, y la luz de Venecia, Roma y Toledo, donde vivió. Con todas ellas hizo la inimitable luz propia, que a menudo parece celeste.
– ¿Le gustó a nuestro emperador Carlos I el retrato que le hizo Cranach el Viejo, el año 1535? No fue sólo Goya un pintor
cruel de corte.
– ¿Para qué la carta amorosa (
le billet doux), en manos de una celestina, en el cuadro de François Clouet, si el amante está allí mismo, junto a la muchacha desnuda?
– La arrebatadora escultura de
Cristo y la Magdalena de Rodin, que expresaba sin duda su propio drama personal (Camille Claudel), se adelantó a muchas leyendas posteriores en torno a las dos figuras bíblicas.

Museo de Bellas Artes

Madrid, después de esta primavera lluviosa, está tan verde y florido como La Primavera de Arcinboldo. Por cierto, ese único Arcinboldo que hay en España se halla en el Museo de la Real Academia de Bellas Artes, antiguo palacio, después muy cambiado, del prohombre navarro del XVIII, Juan de Goyeneche. Hacía tiempo que no lo visitaba, tras su reinauguración y renovación a fondo en 1986. Es una riquísima colección de pinturas, dibujos, grabados, esculturas, vaciados, planos, piezas decorativas, etc., desde el siglo XVI al siglo XX. Allí encontramos a clásicos, como Zurbarán, Murillo, Alonso Cano, Ribera, los Morales, Rubens, El Greco… Modernos, como Goya, Bayeu, Mengs, López, los Madrazo… Contemporáneos, como Gris, Sorolla, Picasso, Benlliure, Sotomayor, Gargallo, Blay, Vázquez Díaz, Palacio… Y muchos más, que ni siquiera aparecen en los desplegables oficiales que se ofrecen a los visitantes: Gutièrrez Solana ( Los disciplinantes), Zuloaga (Condesa Mathieu de Noailles), Macho (Cajal y Unamuno), Serrano (A. Machado), Clará, Rusiñol, Inurria, Vela Zanetti, Vaquero Turcios, Zóbel de Ayala, Villalba, Torner de la Fuente, Delgado Ramos, Bañuls, Schommer…- Mientras contemplo estas glorias, evoco algunas de las reflexiones hechas durante el almuerzo-tertulia entre un numeroso grupo de navarros y españoles de otras regiones, animado por mi amigo Alfonso Casanova. Si muchos niños, jóvenes y adultos aprendieran a conocer nuestra historia también por medio del arte, otra suerte de verdaderos patriotas tendríamos, y el sentimiento de la españolidad y de la navarridad, querido José Ramón, sería también convicción y decisión, como siempre suele ser, sólo que más firme y generosa, dentro de una inteligencia humana, unitaria y armónica.

La luz de Sorolla

Tengo todavía en los ojos y en la mente tanta luz, después de haber visitado despaciosamente esta mañana en Madrid la casa – museo del pintor valenciano Joaquín Sorolla y Bastida, creador del luminismo, que tengo que ponerme la mano a guisa de visera sobre la vista para poder mirar normalmente las cosas normales y cotidianas.

Aforismos

– La libélula es la esdrújula del aire.

– Si no hay viento, no hay propiamente ventana.

– No todo imperativo es legal, ni todo servicio militar.

– Qué fácil era la historia en la edad de piedra.

Ciencia y Fe

Sólo parecen incompatibles la fe y la razón, cuando le fe intenta convertirse en ciencia y cuando la ciencia se convierte en fe en la razón.