Archivo por meses: noviembre 2007

Cocina japonesa

Quién iba a decirme a mí, tan poco amigo de la cocina japonesa, al igual que la mayoría de mis compañeros de viajes al imperio del sol naciente, que, pocos años más tarde, el 2007, la famosa guía Michelin, con sus 108 años de fama, iba a conceder 191 macarons (estrellitas) a 150 restaurantes de Tokyo -ocho de ellos con tres estrellas-, dos veces más que a París y tres veces más que a Nueva York! Aunque 59 de los restaurantes galardonados sean de cocina extranjera -44  de cocina francesa, 8 italiana, 5 china y 2 española-, la mayoría de sus chefs son japoneses y siguen estando en Tokyo. Así que tendremos que revisar nuestros gustos y aceptar que los sushis, los soba, los teppanyaki o el fugu son platos exquisitos, indignos de gustos rústicos y decadentes como los nuestros. Impresiona, por otra parte, la porción mínima de reconocimiento que ha tenido la cocina china, que pasa por ser la más singular, completa y extendida del mundo. Vamos a ver qué sucede el año de los Juegos Olímpicos de Beijing o Pekín, cuando y donde los chinos van a extremar todas sus clásicas y nuevas excelencias. En nuestro último viaje por el sudeste asiático, la china ha sido una comida omnipresente en restaurantes y hoteles, aun dentro de la “comida internacional”. Pero no voy a ser yo, quien corrija los macarons a Michelin. Un respeto.

El “brindis por San Agustín”

Con su habitual ignorancia de las cosas eclesiales, no sólo eclesiásticas, un diario nacional titulaba las palabras de la vicepresidenta del Gobierno de España, María Teresa Fernández de la Vega, como brindis por San Agustín. No. Tras la imposición del birrete cardenalicio por el papa a tres eclesiásticos españoles en la basílica vaticana, se celebró una solemne recepción en la embajada española ante la Santa Sede, presentes los nuevos cardenales, una nutrida representación de los obispos españoles y nada menos que  el secretario de Estado, Mons. Bertone, con quien De la Vega se había reunido antes en el Vaticano. En unas breves y muy amables palabras, la vicepresidenta española, haciendo resaltar, acaso con una pizca de exceso, el respeto y la libertad existentes en las buenas relaciones actuales entre el Estado y la Iglesia en España, trajo a colación aquellas célebres palabras de San Agustín cuando trataba sobre la unidad de la Iglesia: “In necesariis, unitas; in dubiis, libertas; in omnibus caritas”.”Estos tres conceptos –añadió- se hacen verdad esta noche”. El nuevo cardenal de Valencia contestó con otro breve discurso, un tanto dogmático, como suele ser habitual en cierta clase de prelados, y que se da por sabido, sin que apareciera el deseo de corresponder a la inteligente intervención de la política socialista. Yo vi esa tarde, tanto en la concurrida recepeción como en el discurso de la vicepresidenta, la mano hábil y gallega del embajador Francisco Vázquez, el famoso ex alcalde de La Coruña, a quien  debemos mucha de la mejoría de las relaciones entre el Estado y la Iglesia en nuestro país, de unos meses para acá. Una realidad, de la que debemos alegrarnos, y que ya ha tenido su influencia en la redacción del próximo programa electoral del PSOE.

Timothy

Por muchos esfuerzos que hicimos, los miembros de la Asociación Yamaguchi Navarra no logramos respuesta de los jesuitas, javerianos y verbitas que trabajan en Indonesia, a los que nos dirigimos por correo electrónico, tras hablar con los verbitas, javerianos y jesuitas de Navarra. Sólo el P. Gregorio, un sacerdote español, responsable del Camino Catecumenal en Japón, que visitó a nuestro presidente en Pamplona, habló con sus colegas en Singapur, y cuando llegamos a ese bellísimo areopuerto, allí estaban esperándonos el sacerdote Timothy (Timoteo) y un matrimonio amigo, que nos ofreció amablemente su casa, ofrecimiento que amablemente declinamos, dado el programa de nuestro viaje. Al día siguiente, Timothy nos llevó en su coche a la isla de Sentosa, pequeña isla de la isla grande que es Singapur, de lindas playas y llena de atractivos varios, entre ellos el inolvidable acuario. Desde allí veíamos centenares de barcos petroleros en torno la vecina refinería. De nuevo en Singapur, al  final de nuestro viaje, fuimos de nuevo con Timothy a un placentero lugar en la costa, donde contemplamos un nuevo deporte marino, una especie de surfing dirigido, con obstáculos que salvar. Le invitamos a almorzar en una marisquería, donde seguimos hablando de la Iglesia en Singapur y en toda Asia, su relación con otras religiones, con Europa, etc. Thimothy es un cura todavía joven, lleno de vigor y de entusiasmo. Hijo de un matrimonio chino, huído de la China comunista, es el mayor de seis hermanos. Budista-taoista, como su familia, se convirtió al catolicismo cuando conoció a un equipo del Camino Catecumenal. Hizo sus estudios eclesiásticos en el seminario que el Camino tiene en Macerata (Italia) y luego en Roma, y ahora es párroco de una parroquia cercana al aeropuerto y responsable del Camino en Singapur. Habla chino mandarín y otros dialectos chinos, inglés – que es la lengua oficial en Singapur- e italiano. Nos dice que la secularización afecta a todas las religiones, también al Islam, que él conoce bien. Las conversiones al catolicismo van en aumento en una sociedad frenetizada por el trabajo, el dinero y el éxito. Nos habla también de las dificultades de una Iglesia que quiera seguir teniendo una fuerte sensibilidad social ante gobiernos fuertes, obsesionados principalmente por la seguridad y el progreso económico. Después del almuerzo visitamos con él la catedral El Buen Pastor, de Singapur, levantada en el siglo XIX, iglesia modesta -como todas las catedrales que hemos visto-, con un entorno natural precioso. No falta allí tampoco la estatua de San Francisco de Javier, presente por doquier en Asia y Oceanía.

Persona, partido y patria

El día del aniversario de la muerte del fundador del PNV, en el cementerio de Sukarrieta (Pedernales), el hasta ahora presidente del partido, Josu Jon Imaz San Miguel, ha vuelto a decir que el suyo no es sólo un partido nacionalista, sino también humanista; ha vuelto a apostar por el “pactismo como forma de hacer política desde el realismo y con el apoyo de las mayorías sociales“, y, citando a un peneuvista histórico, ha reafirmado la base de toda democracia: que “el fundamento de todo derecho es, en primer lugar, la persona y no las instituciones o la patria”; lo que lleva consigo “la prevalencia de los derechos individuales de las personas ante cualquier otro valor o derecho”. Cuando Imaz dice “instituciones” quiere incluir, sin duda, partido y gobierno: un gobierno, como el vasco, cuyas actuaciones se dan tantas veces de bruces con lo que acaba de afirmar; para no hablar de su máquina mayor de propaganda, la ETV, entretenida, un día sí y otro también, en elogiar y defender la autodeterminación y la independencia. Imaz ha continuado refiriéndose a la política cotidiana y ha dicho otra verdad como un templo: que la gente vota al PNV “por su eficacia, porque soluciona problemas en lugar de crearlos”. Parece todo dicho no sólo para los burukides y militantes del partido, sino para todos los partidos, todos los militantes y todos los ciudadanos.

Asia rampante

Singapur y Malasia son dos de esos llamados “tigres económicos” rampantes del sudeste asiático, junto con Taiwan, Corea del Sur y Hong-Kong. La denominación ha quedado ya superada tras el estirón gigantesco de China. Japón es una potencia mundial hace mucho tiempo. De todos modos, Singapur sigue siendo un modelo. Con un régimen autoritario, y un partido gobernante casi dinástico, la pequeña Ciudad-Estado -a la manera de Bremen, Hamburgo o la antigua Atenas-, con sus cuatro millones y medio de población, es una exposición esplendente de progreso, prosperidad y belleza. Una de las ciudades más hermosas del mundo y sin duda la más limpia. La capital de la Federación Malaya, a la que perteneció en su día Singapur, con sus dos millones largos, ha sabido imitar a su vecina en su creativa arquitectura urbana -tiene tres torres espléndidas entre las más altas del planeta-, en su culto a la naturaleza, más selvática que en el resto de Asia, y en su progreso económico, aunque sigue siendo todavía muy inferior. Kuala-Lumpur es acaso la ciudad más boscosa de todas, la única quizás que no ha traído el bosque a la urbe, sino al revés. El bosque se ha hecho urbano, ciudadano, de acero y cristal, más alto y majestuoso aún que sus ficus gigantes. Decenas y decenas de torres y rascacielos pueblan también la megápolis de Yakarta, capital de Indonesia, país asiático-oceánico, de 230 millones de habitantes repartidos en 17.500 islas. Yakarta, con 12 millones de población, más cuatro millones en su periferia, nos ha evocado algunas de las grandes ciudades indias y chinas que van avanzando hacia la nueva configuración, imitada de Nueva York y otras ciudades norteamericanas, barriendo las innumerables viviendas pobres y miserables, de una o dos alturas. A diferencia de las otras dos capitales, en Yakarta la pobreza y la miseria son patentes en largas zonas, fuera del “triángulo de oro” y otras partes céntricas; el tráfico es caótico; la contaminación palpable. Yakarta es la típica concentración humana del llamado tercer mundo, sin orden ni concierto, en uno de los territorios -la isla de Java- más superpoblado del orbe. Dentro de unos cuantos años, Indonesia se convertirá en el paraíso de los turistas. Ningún país -ni Australia siquiera- goza de la diversidad de climas, de tierras, de paisajes como este inmenso y, por eso mismo, inestable y problemático país.

Conversaciones con mi jardinero

La obra de Jean Becker (Francia, 2006), con Daniel Auteil y Jean-Pierre Darrousin como intérpretes, es una de las frecuentes creaciones cinematográficas francesas -la penúltima fue Los niños del coro-, que nos encantan por su sencillez, su humanidad, su realismo, su belleza, su buena interpretación. ¿Hay algo mejor? Una serie, bien trabada, de conversaciones de un pintor maduro parisiense, medio divorciado que, cansado de la metrópoli, comienza a vivir en la casa rural de sus padres, con un ex ferroviario, compañero de su infancia, lleno de sentido común, casado con una argelina, a quien le encarga el laboreo de su huerta-jardín. Así de simple, al parecer. Pero hay sobre todo en el intra-relato de superficie un paisaje familiar y bello, trufado de algunas evocaciones entrañables; un inteligente contraste entre la vida capitalina y la vida rural; una ponderada valoración de la amistad, de la fidelidad y del buen humor, y una doble pasión por la naturaleza y por el arte (en este caso, la pintura). La expresión acabada del beatus ille de nuestro tiempo. Sin alarde alguno, ni técnico ni literario. Un alivio gozoso. Un acierto pleno.

Cristianos en Extremo Oriente

En nuestros contactos con la Iglesia en los tres países recorridos, pocos y rápidos como es natural, nos hemos encontrado con una Iglesia católica indígena, joven, muy minoritaria, muy libre y muy activa. En todos los cultos en los que hemos participado, los templos estaban llenos, la liturgia era viva y alegre, la música varia y popular y un laicado de toda edad, que colabora no sólo en el culto, sino en las labores escolares y educativas –escuelas, cercanas a la iglesia-, visita a enfermos, tareas caritativas, organización de encuentros, etc. De los 4 millones y medio de habitantes en Singapur, el 15 por ciento es cristiano, y los católicos rondan los 350.000. En Malasia, país musulman en un 60 % y con el Islam como religión oficial de los 22´2 milliones de ciudadanos, el 9´2 son cristianos, entre ellos 710.000 católicos. A un 80% llegan los musulmanes en Indonesia, con 230 millones de personas y religión oficial musulmana, donde los cristianos no pasan del 5%. En los dos primeros países es muy fuerte la presencia de la llamada religión china, una mezcla de budismo, confucionismo y taoismo, entre cuyos fieles son numerosas las conversiones al catolicismo, lo mismo que entre indios y tamiles. La peor situación viven los cristianos (mayoritariamente, calvinistas y católicos) en ciertas partes de Indonesia. Grupos de musulmanes fanáticos provocaron una verdadera persecución de cristianos durante los primeros años de este siglo en Las Molucas, donde hubo miles de muertos, iglesias incendiadas, y muchos actos de violencia cruel por ambas partes. Lo que unido a movimientos y guerrillas independentistas en varias islas del inmenso país, incluidas Las Molucas, hace peligrosas estas regiones conflictivas, aunque mucho menos la inmensa capital Yakarta y otros lugares turísticos, mucho mejor protegidos.

La guerra de la Independencia

He tenido la suerte de asistir, en la Univerdidad Pública de Navarra, a dos jornadas del congreso internacional sobre Guerra, sociedad y política (1808-1814): El Valle del Ebro, organizado por el profesor e historiador navarrro Francisco Miranda y su equipo, donde un nutrido grupo de especialistas españoles, portugueses, franceses, británicos, italianos y polacos exponen y debaten temas relacionadas con la guerra de la Independencia española, desde múltiples puntos de vista. Una guerra de conquista por el honor y gloria -y todo el provecho posible- de Napoleón, de su Imperio y de Francia. Una guerra de defensa, en la que se rebela antes que todos y sobre todos el pueblo español, que se defiende como puede y ataca como puede al enemigo. España se divide en un primer momento en Juntas Provinciales o Juntas Regionales hasta que se forma la Junta Central Suprema (“Su Majestad”), con una Junta Militar, pero que apenas controlan y dirigen nada. El ejército, primeramente confundido y engañado, es pobre, está disperso, dentro y fuera de España, mal preparado y peor armado, pierde casi todas las batallas -Bailén es la excepción-, pero no se rinde, porque el pueblo no se rinde, como nos enseñó mejor que nadie Galdós en sus célebres Episodios Nacionales. Guerra cruel y atroz entre contendientes, con una superioridad aplastante del ejército francés, nos deja para muchos años una costumbre y tradición guerrillera que tendrá muy diversas desembocaduras. Dentro del panorama nacional español, “las dos Españas” ya están ahí en forma de afrancesados contra patriotas, y en forma también, dentro del españolismo, de patr¡otismo tradicional contra patriotismo ilustrado, y viceversa, con diferentes concepciones-valoraciones de la nación y de la patria, como aparecerá claro en las posteriores Cortes de Cádiz, nacidas de la Junta Central. Siento no poder estar en la segunda parte del congreso, que se desplegará en Tudela, estudiando la batalla que lleva el nombre de esa ciudad, con visita guiada, desfiles de los grupos de recreación, parada militar, recreación de la Batalla de Tudela y homenaje, en la plaza de los Fueros. a los caídos en 1808.- Un congreso bien preparado y llevado, muy útil y hasta necesario en los tiempos necios que corren, cuando todavía demasiados creen que los graves acontecimientos “históricos” han pasado para siempre.

El deporte español, noticia diaria

Epílogo al partido de esta noche entre España (1) e Irlanda del Norte (0): Si en veinte días sólo pudimos encontrar una noticia política española en los medios informativos de los tres países susodichos de Extremo Oriente, las noticias deportivas españolas tenían una presencia diaria: Alonso, Nadal, el Real Madrid, el Barcelona, los partidos jugados o por jugar en la primera división de la Liga española… Hasta los taxistas nos declamaban los nombres de nuestros futbolistas. No es de extrañar que los independentistas antiespañoles pongan tanto empeño en las selecciones propias. Podemos ser más o menos críticos con ciertas organizaciones deportivas, y sobre todo con ciertos excesos, extralimitaciones y hasta idolatrías en el ancho campo del deporte. Pero no sé si calibramos suficientemente su transcendencia internacional y su formidable atractivo por encima de fronteras, divisiones políticas o culturales. Un signo de nuestro tiempo mundial y de nuestro inter-espacio planetario.

Paz, piedad, perdón

Las palabras reconciiadoras del presidente de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Blázquez, obispo de Bilbao, sobre el perdón, de manera activa y pasiva, de nuestra Iglesia, tras su discurso en Roma exaltando, en términos muy evangélicos, la memoria de los mártires de la guerra civil, han causado la mejor impresión en todos los no atacados por la peste del fanatismo. Desde la Asamblea conjunta de obispos y sacerdotes, en 1971, hay en la Iglesia española muchos testimonios de este género.Me pregunto, con pena, cuándo van a imitar a la Iglesia, a la que tanto critican, los sucesores de quienes fueron responsables, personales u orgánicos, de muchas atrocidades, antes y durante la guerra civil, pertenecientes al PSOE, PCE, Esquerra Republicana de Catalunya, CNT, UGT, FAI… Las patéticas palabras, aunque tan tardías, del presidente Azaña,recogidas en el título; la tajante condena del bolchevismo como principal causante de la tragedia, en boca de Julián Besteiro, miembro de la rebelde Junta de Defensa de Madrid, presididda por el coronel Casado, o la tardía pero contundente autocrítica de Indalecio Prieto desde su exilio mejicano, por citar los testimonios más conocidos, han tenido y siguen teniendo pocos imitadores dentro de la izquierda española.