Archivo por meses: septiembre 2008

Las voces de Antígona

Veo y oigo el video-audio presentado por la Fundación Víctimas del Terrorismo, Las voces de Antígona, en el que se recoge el relato de 10 mujeres que han sufrido el terror de ETA en su familia, realizado por Pedro Arjona, producida por Jorge Martínez Reverte, con música de Javier López de Guereña y locución de Felipe Hernández Caba. Vuelve la figura trágica griega, predilecta de los públicos, para simbolizar nuestra mayor tragedia nacional en tiempos de democracia. Vuelve, por la vía del arte, el viejo  conflicto ente religión y utilitarismo humano, dos concepciones de la existencia que muchas veces buscan horizontes opuestos. Negar al hermano muerto el descanso en la tierra maternal y centenaria es un crimen contra los dioses, huella un derecho divino y no hay utilidad de la política tirana que lo justifique: “No pensaba que tus proclamas tuvieran tanto poder -le grita Antígona a Creonte- como para que un mortal pudiera transgredir las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses. Éstas no son de hoy ni de ayer, sino de siempre, y nadie sabe de dónde surgieron. No iba yo a obtener castigo por ellas de parte de los dioses por miedo a la intención de hombre alguno“. No todo acaba, pues, en el derecho positivo del Estado o de la Comunidad Autónoma. No todo lo rige, lo dirige y lo regula el poder político de turno, la opinión pública reinante, la dictadura de la moda (de la vida) que nos rodea. Ni antes ni ahora, ni ahora ni nunca.

De pictura et pictoribus (y IV)

 *A San Jerónimo, uno de los santos preferidos por los pintores clásicos, suelen representarlo, en los siglos XVI y XVII, penitente y estudioso en el desierto, junto a una calavera y uno o varios leones en derredor, pero a menudo ricamente ataviado, hasta con capisayos cardenalicios. Toda una marca. Santo y Padre de la Iglesia, no lo imaginaban menos arropado.

 *Frente a otras obras suyas más convencionales, en el Busto del pintor Anselmo Guinea, de Nemesio Mogrovejo, un escultor bilbaíno muerto a los 35 años, hay esa energía vital, ese ímpetu transfigurador que sólo el buen arte llega a conseguir. Podemos ignorar, incluso, todo sobre Guinea -el paisano de Nemesio y autor de cuadros de realismo luminoso como Gente: Un puente en Roma o Recuerdos de Capri-, pero por esta escultura sabemos ya que es un creador, un artista, un hombre extraordinario de suyo.

 *En Concepto espacial: La espera, de Lucio Fontana, la doble línea oblicua y negra que rasga el espacio central tiene a los dos lados todo el inmenso ámbito blanco de la esperanza.

 *Pocas expresiones artísticas más veraces para significar la masa, en sentido orteguiano, que el cuadro La gran muchedumbre, de Antonio Saura: negra confusión, confusa negrura, con algún que otro, breve, espacio blanco.

 *Al Pájaro lunar, de Miró, escultura en mármol negro, que vuela en el jardín interior del Reina Sofía, le salen cuernos por todas partes: son los famosos cuernos de la luna.

¿Qué es de los pobres?

Oigo y leo a todas horas y en todos los sitios sobre la crisis económica o sobre la quiebra dei sistema financiero. A todas horas sobre cómo repercuten en la industria, en la banca, en Estados Unidos de América, en la Unión Europea, en España. No veo ni leo cómo afecta todo esto a los pobres del mundo. A las grandes y espantosas masas de miserables de las grandes ciudades tercermundistas, a los pobres con hambre, sin techo, enfermos, amontonados en hospitales, calles y campos. E incluso cómo les afecta a los pobres no miserables de nuestros pueblos y ciudades. Por lo visto, sólo nos interesa la repercusión de la crisis y de la quiebra sobre los que comemos, bebemos, trabajamos, dormimos y nos vamos de vacaciones. Voy a ver si encuentro algo sobre la crisis y los pobres de verdad.

De pictura et pictoribus (III)

* ¿Qué piensa del mundo ese joven alemán del Autorretrato, hijo de orfebre húngaro emigrante, viajero y pintor, gótico y renacentista, que busca la belleza ideal y un ideal de vida? ¿Se considera él mismo una expresión privilegidada de ese ideal? Así parecen decir esos ojos altivos y suaves, esa boca frutal, esos cabellos y barba solares, ese escote poderoso, esas manos enguantadas, ese vestido holgado. Retrato de sí mismo, ensimismado. Oh, Albert Dürer, Alberto Durero, inolvidable joven señor.

* Qué carácter, que dominio de la vida y de las cosas, en este Retrato de mujer casada, de Antonio Moro, sentada sobre el trono familiar y seguramente mercantil, desconfiada y vigilante, con sus manos anilladas y posesivas. Hasta el perrito faldero no es ya  sólo símbolo de lealtad, sino de guardia y defensa de lo suyo.

* Qué turbador y turbado el Muchacho con turbante, de Sweerts, con su ramo-ofrenda de camelias en la mano derecha.

 * Joan Miró  no sólo redujo las figuras corporales a líneas y colores, sino, en su última etapa, a células y hasta a moléculas, coloridas y  llenas de energía,  removiendo el universo.

* ¿Qué le costaba al pintor de La visita inoportuna, haber cerrado la puerta, mientras retrataba a su esplendente modelo desnuda?  Pero al verdadero autor de la pintura, Eduardo Zamacois, el motivo novelístico hacía muy atractivo el título.

Stephen Hawking y Dios

Nos visitado el genial científico inglés, cosmólogo, astrofísico y divulgador de éxito, Stephen Hawking, admirable por su ciencia, por su desvelos divulgadores y por su increible fortaleza en resistir y vencer hasta ahora, desde su carrito de ruedas, a una grave enfermedad degenerativa, que le priva de casi todos sus sentidos. Nos ha hablado -cada una de sus palabras es un triunfo- de varios extremos científicos de su especialidad. No es muy optimista que se diga en lo que toca a este mundo en que vivimos. Piensa  que será muy difícil evitar una desastre en nuestro planeta en los próximos cien años y prevé que el futuro  de la raza humana está en el espacio, a donde él ya ha viajado una vez para experimentar la ingravidez. Pero, como muchos sabios de su estirpe, se ha metido a teólogo, y nada menos que desde Santiago de Compostela, ha dicho, según recoge con grandes titulares, como no podía ser menos, el diario más leído y laicista de España, que las leyes en las que se basa la ciencia para explicar el origen del universo no dejan mucho espacio ni para milagros ni para Dios, y que la ciencia está dando cada vez más respuestas a preguntas que solían ser dominio de la religión. Lo que prueba, entre otras cosas, y lo digo con pena, que no ha aprendido mucho de su admirado y creyente Galileo; que no le han convencido, si es que los ha leído, otros sabios como Theillard de Chardin u otros físicos y astrofísicos cristianos, o que, sencillamente, nadie le ha dado, al menos, esas dos tardes de teología necesarias para poder hablar con un poco de seriedad sobre estas cosas y no aparecer como un supino ignorante acerca de lo que se entiende hoy por milagros, por Dios, por origen del universo y hasta por dominio de la religión.

De pictura et pictoribus (II)

*En los cuadros, grandes y pequeños, de la Anunciación, de El Greco, todo el cielo se viene a la tierra: la luz, las nubes, los ángeles, y sobre todo el Espíritu de Dios. Más que una anunciación, es un sobresalto cósmico.

*En El Fumador, de Juan Gris, el humo, verde, azul, negro, naranja, dorado, vela, oculta y hace desaparecer la cabeza del que fuma: tal vez su propia conciencia.


*Oteiza des-ocupa cilindros, esferas y cubos, desdoblándolos, retorciéndolos, recortándolos, extrayendo dmensiones nuevas desde dentro de las mismas figuras, intentando convertir la concreta realidad geométrica, con la que se encuentra cada día, en la geometría teórica: abierta, lírica y libre; el arte, al fin (con su Musa correspondiente), que propiamente es.

*¿Cuándo un clavel simbolizó tan vivamernte la belleza candorosa e iluminó la santa pobreza, como en La aldeanita del clavel, de Adolfo Guiard?


*Antes de dar al mundo marinos, geógrafos, aventureros, conquistadores, Holanda nos dio pintores. Entre retratos y composiciones colectivas, castizas y populares, ningún holandés debió de quedar fuera del pincel de sus numerosos artistas durante los siglos XVI y XVII. Burgueses satisfechos, solemnes y graves, y el pueblo siempre festivo, alegre y bullanguero, aun en medio de su pobreza. Qué voluntad de pueblo unido, enérgico y creador, recreada por el arte.

“Conflicto” y asesinatos etarras

Desde hace muchos años algunos venimos diciendo que, mientras  el gobierrno vasco y los partidos que lo apoyan sigan defendiendo a cada paso, lo más pública y agriamente posible, la existencia de un conflicto político vasco, que hay que resolver cambiando el status jurídico-político actual, ETA seguirá actuando a sus anchas. Hoy, un diario nacional, siempre complaciente con el soberanismo vasco, se atrevía a decir por fin eso mismo, como si fuera un descubrimiento. Hoy también, el diario oficial peneuvista, junto a un editorial lleno de lugares comunes, que quieren dar la impresión de firmeza y de rigor frente al terrorismo, publicaba un largo artículo de colaboración calificando al Estado español de “estado de desecho“. Cosas como ésta debe de incluir el presidente autonómico (de Comunidad Autónoma dentro de un Estado nacional) en su pretendido deber de hacer política, mientras la banda independentista terrorista vasca sigue asesinando.

De pictura et pictoribus (I)

*La Victoria de Samotracia nos demuestra que, aun sin cabeza, se puede seguir siendo un símbolo triunfal, con tal de mantener altas y abiertas las grandes alas.

*Nunca una manzana del paraíso fue tan símbolo bíblico-sexual como en el Adán, de Alberto Durero.

*No conozco grupo pictórico tan escultórico como El descendimiento, de van der Weiden (1435), óleo sobre tabla. Es uno de los cuadros más vistos y admirados. Tal es la plasticidad, la fuerza, el realismo, el color…, el arrebato, en fin, de los personajes y su conjunto sacro.

*A ver quién encuentra las tres manchas en la Pintura con tres manchas, de Kandinsky.

*¿Cuándo visitan los españoles sus mejores museos nacionales, abarrotados de visitantes extranjeros: por la noche?

La Niebla

(Homenaje a las víctimas de los hijos de la niebla)

I

La situó el novelista Stephen King
en un pueblo del estado de Main,
en la profunda América del Norte,
convertido después en todo el mundo
por el arte cinética de Frank Darabont.

Era una niebla nunca antes vista:
espesa, envolvente, adhesiva, constrictora,
destructora implacable
de la vida en la tierra.

Sólo unos pocos pudieron evitarla,
metidos de prisa en un supermercado,
que cerró a tiempo todas las salidas.
Paradójico símbolo de una humanidad
sitiada por el pánico a la muerte.
Allí compartieron unos días agónicos
los guapos y valientes Thomas Jane, Marcia Gay Harden,
o André Braugher
-actores, al fin y al cabo, de películas-
con decenas de pobres diablos
huidos de la niebla,
monigotes del pavor,
subhombres terrificados.

Era una niebla al servicio de la muerte cercadora,
madriguera de monstruos de fiereza mecánica,
de forma extraterrestre,
de tentáculos ubérrimos, prensiles,
viscosos, repugnantes.
Convertidos de día en aves crueles de rapiña,
violentos se cebaban
en la carne feraz y temblorosa
de las víctimas más jóvenes y bellas.

II

Una niebla monstruosa
-lo sabemos-
va recorriendo el mundo.
Esa niebla que llamamos el mal:
el hambre, el odio, el dolor,
la injusticia, la guerra, el terrorismo…

Una niebla, invisible con frecuencia,
y a veces bien visible y espantosa,
nos ha salido al paso de continuo
en los últimos años.
Conocemos los confusos orígenes,
pero ciertos,
de sus monstruos camuflados y serviles,
sus inicios cautelosos,
sus avances certeros,
sus cercos compulsivos y tenaces,
sus ataques iracundos,
su perversión sin límites.

III

Cuántos años llevamos per-seguidos,
compelidos, rodeados, acosados,
por la burla, el dicterio y el estigma,
la injuria, la calumnia,
el desprecio, el olvido o la revancha,
el crimen, y la infamia final después de muertos.
Son las armas maestras de los monstruos escondidos
y de todos sus cómplices, a veces manifiestos,
que niegan la existencia de esa niebla,
su envoltura terrífica,
su amenaza, su peligro, su nequicia o sus horrores;
que la explican en su caso, la adoban, la maquillan,
cuando no canonizan
-dioses endemoniados de ese infierno-
de progreso o justicia sus excidios.

Cuántos años de lágrimas, que parecen inútiles, como una lluvia seca;
de palabras impotentes, que parecen grabadas en un disco oficioso;
de promesas, que duran unas horas: ¡cada uno a lo suyo!
Cuántos años volviendo a lo peor
de la historia universal.

Quien ha visto y oído llorar a tantas viudas,
a tantos padres, hijos, hermanos, amigos, compañeros
de las víctimas
-todas inocentes-
ya no puede ser lo alegre que antes era,
ya no puede no tener en las pupilas
la sombra indeleznable de la pena solidaria
y una triste pregunta decisiva
sobre la inmensa finitud del hombre.

IV

Tiempo hacía que la niebla
rondaba Berriozar,
pueblo de pueblos, país de países,
por las cuatro vertientes del denso submontano:
desde Ezcaba y Artica,
desde Aizoain y Pamplona.
Lo rondaba con el ímpetu del odio y el terror,
ensayando sus tentáculos de caza.

Un día se adentró en la calle Askatasuna
y la hizo la calle del delito cruento,
el ludibrio y la mofa sangrante de toda libertad.
Sus monstruos arrastraron la vida
floreciente y madura
de Francisco Casanova Vicente:
askatasunaren kalea,
askatasunaren etxea,
askatasunaren izena,
sekulako
(calle de la libertad,
casa de la libertad,
nombre de la libertad,
excelente y para siempre).

Los monstruos se llevaron también entre sus garras
recios trozos de la vida más íntima
de Anuncia y de Francisco,
de Javier, de Laura y Rosalía:
-nombres de santoral glorioso,
de huerto y poemas petrarquistas-
y de todos los parientes, compañeros y amigos,
que con él, condoliendo y congozando, convivían.

V

Yo no le conocí. Pero sé que ni siquiera
era un hombre importante y menos de poder.
Y que, por ser, como él era,
débil y fácil presa cotidiana,
le arrebató esa niebla insaciable y asesina.
Hijo de emigrantes,
el tren de ganarse la vida les llevó,
como a otros muchos,

a la estación nodal de Castejón de Ebro.
Servidor de su pueblo en la milicia,
estudioso hasta el fin, por oficio y por querencia,
de cuestiones sociales, derechos y deberes;
músico alegre, alegrador de gentes,
con su voz de canario y jotero juglar,
no había en su limpia ejecutoria otro elitismo
que el de un alma noble en servicio constante.

Felices…, sí, felices,
aquí y allí, y en todo tiempo,
los limpios de corazón.

Y no usemos -ingenuos, mezquinos o cobardes-
vocablos abstractos, rimbombantes, bien vistos,
para decir por qué le acribillaron.
Ser español, y español simbólico además,
era aquel día, lo mismo que es ahora,
motivo principal
de condena suprema y parabellum.

Pero un pueblo paciente y condolido,
viento de pueblo, justiciero nato,
se despertó sobre la tierra maldita por la sangre del crimen,
se puso en pie por fin para espantar los monstruos
entre la niebla huidiza,
y confortar después a tantas víctimas
del miedo derramado.
No fue vana la muerte de Francisco Casanova
ni siquiera en su pueblo.
Su testigo de inmediato testigo
de la vida y su valor primerísimo
va pasando, más vivo que nunca, entre miles de personas,
como nunca imaginaron sus aleves matarifes.

VI

En aquel infeliz supermercado
de Main, que hacía de refugio,
salieron también de su escondrijo
los vicios capitales que, entre nieblas, nos acechan.
No faltó la fanática devota,
que blandió la santa Biblia lo mismo que una espada
para anunciar castigos ejemplares
de manos de un dios apocalíptico,
mal entendido y peor manipulado,
exigiendo, lunática, expiación y sacrificios personales.

Todo terror desempolva o inventa las culpas que le sirven.
Todo terror se nutre de fríos preparados de venganza,
y se erige en profeta febril de expiaciones.

Nosotros creemos en el Dios de Jesús de Nazaret,
padre y madre de toda criatura.
Jesús, el hombre justo, en su intensa humanidad,
nos reveló el amor y la entrega de Dios
hasta el fin de lo posible,
no su cólera o su noble, mayestática,
dignidad ofendida.
El fue el mártir-testigo ejemplar
de una vida volcada, contra viento y marea,
en la felicidad de los mortales,
de aquéllos, sobre todo, apartados de la dicha:
míseros, enfermos, apestados, pecadores…,
excluidos de la vida común, del templo, de la ley,
y de un Dios excluyente y vengativo.

Él no buscó el dolor, la desgracia y la muerte tormentosa.
Él buscó el compromiso civil y religioso con todos sus rigores.
Él bebió el cáliz vital y fraternal hasta las heces.

Es lo que aquí y ahora estamos celebrando / reviviendo.
El memorial más vivo de aquel ser admirable
-cuerpo y sangre, en términos hebreos-
es , porque él quiso, un pan que nutre y fortalece,
y un vino que reúne y regocija.
Real-sacramental presencia de su vida y de su muerte
por amor a los suyos.
Fácil de sentir, de explicar, y fácil
de imitar y de heredarlo por los siglos.
Una cena que contagia y compromete,
fraternal / sororal comunión constitutiva
para gozo, plenitud y pervivencia de los hombres.

VII

Hoy, a nueve de agosto, en Berriozar,
octavo aniversario
del feroz exterminio de Francisco Casanova.
Fiesta cristiana también del martirio-testimonio
de aquella joven filósofa sutil,
judía y alemana, Edith Stein,
-Sor Teresa Benedicta de la Cruz-
carmelita arrastrada
al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau,
a manos de los mismos devotos de los ídolos
de la sangre, de la tierra, de la raza,
de la fuerza, del dominio, y de la muerte
del otro, del extraño o del impuro.
Fue una víctima de los hornos de gas,
otra niebla científica
de los hijos de la niebla antropofágica.

*

Juntos, aquí, en concordada voz, la conjuramos.
Juntos, aquí, desde su misma raíz, la maldecimos.
Juntos, aquí,
prometemos a Dios nuestro Señor
-el único Señor en quien creemos-,
no dejar de alejarla y anularla,
con todas nuestras fuerzas,
con su ayuda y la ayuda
de todos las personas de limpio corazón,
en todos los momentos de nuestra corta vida.

*

(Simancas-Berriozar (iglesia de san Esteban,
9 de agosto de 2008)