Archivo por meses: octubre 2008

¿Salvajada inútil?

    Temo cada vez más no sólo un nuevo excidio etarra, sino también las necedades que se dicen y escriben tras cada uno de ellos. Lo primero que he encontrado en el primer periódico digital que he visto hoy, tras el estrago de la banda terrorista ETA a la Universidad de Navarra ha sido Salvajada inútil. ¿Cómo que inútil? Si quiere alguien decir que la universidad, los estudiantes, los profesores, los navarros… no van a hacer lo que quiere ETA (lo que ya es mucho decir), dígalo de otra manera pero no así. ETA con estas inutilidades no ha conseguido unas cosas y ha conseguido otras, y muy importantes, que no voy a repetir aqui, que demasiado tiempo (vida) le he dedicado ya. Ha conseguido, por ejemplo, espantar a todo el mundo, convencer a muchos, a muchísimos sobre la necesiad de un diálogo con ellos, y cambiar de arriba a abajo la política en el País Vasco y a veces la de España, y a casi todos los partidos nacionalistas periféricos, que de nacionalistas sin más han pasado a ser confederales, soberanistas e independentistas. Sin ETA eso, todo eso, hubiera sido imposible o muy improbable. Así que de inútil, nada. Y la guinda la ha puesto el rector de la Universidad atacada, que llama al atentado de hoy beatíficamente violencia irracional. ¿Sólo violencia? ¿E irracional? Yo pensaba que aquella vieja idea de los años sesenta de que ETA era una pandilla de locos, que mataba por matar, que no sabía hacer otra cosa, etc. había pasado a la historia. Ya veo que no. Si hay algún terrorismo racionalísimo, razonante, con una racionaliad diabólica  entre medios y fines, entre teoría y acción es el de ETA. Ni violencia (sí terrorismo), ni irracional, por Dios. A no ser que a toda violencia llamemos irracional. Etaríamos entonces ante una moral angélica.

Dios como problema

El buen escritor y periodista que es Juan José Armas Marcelo escribe hoy en su columna en ABC nada menos que sobre Dios. Para quienes creen en Él a pie juntillas o para quienes no creen en Él de esa misma manera, Dios, piensa el novelista canario, no es problema. Sólo lo es para los que, como él, según confiesa, unas veces creen y otras no, o creen en parte y en parte no, o para los que dudan algunas veces de su existencia y, otras, creen que probablemente exista, que son tal vez, en secreto, una gran mayoría.- No sé qué es Dios para quienes no creen en Él. Lo que sí sé que para quienes, por su gracia, sí creemos, queremos creer, pensamos que creemos en Él, aunque creamos tan tibiamente, Dios no sólo es un problema (algo que se nos pone delante), sino que es mucho más: un misterio, que nos envuelve por entero. Lo que no es nada fácil ni cómodo, ni para el pensamiento ni para la voluntad ni para el sentimiento, es decir, para todo nuestro ser, aunque sea al mismo tiempo tan humano, tan gratificante, tan plenificante, a la vez que exigente. Y por eso cada día la oración -el suspiro, el clamor- que nos sale del alma no es otro que el del ciego curado por Jesús: creo, Señor, pero aumenta mi poca fe.

Molt bé, Benach

Mientras alcaldes, presidentes de Parlamentos y de Comunidades Autónomas -que no Autonomías- se han ido subiendo durante estos últimos tiempos los sueldos y las sinecuras, sin apenas oposición de nadie, y mientras algún que otro presidente autonómico gasta dos millones de euros en remodelar su despacho, viene el presidente del Parlamento (¿por qué Parlament, cuando se habla o se escribe en castellano?) Catalán, le echan en cara que el gasto llevado a cabo en su coche -escritorio de madera, reposapiés y un nuevo sistema tecnológico- supera los 9.000 euros, deshace lo hecho y va y coge y agarra una declaración ante la prensa en la Cámara catalana, explica por qué y para qué lo ha hecho, pide disculpas a las familias en crisis y ordena que se suspenda la renovación automática de vehículos adscritos a los cargos del Parlamento (no del Parlament), incluido el suyo propio Muy bien, sí señor, así, así se hace. Aixis mateix.

Tiempo de con-su-mismo

Uno de los muchos power points que me llegan de mis amigos y colegas inernautas proclama los nuevos tiempos del consumismo, según todos los expertos en economía, mercadotecnia y sociología consumística. Por tanto el año 2009 será seguramente el Año del Con/su/mismo. El paciente consumidor tendrá que quedarse:


con su mismo coche
con su mismo sueldo
con su mismo techo
con su mismo vestuario
 con su mismo calzado
y sólo, si Dios quiere,
con su mismo trabajo.
Arriba el Con/su/mismo.
¡Porque no hay otra!

La “canariedad”

    Por si nos faltara algo en el ruedo del mal llamado nacionalismo periférico español, ahora, tras el congreso de Coalición Canaria, coalición coaligable con todo aquél que le eche una mano, tenemos, como no podía ser menos, la canariedad, el hecho diferencial canario, una región estratégica del Atlántico, alejada de Europa y a medio camino entre África y América, una identidad nacional canaria, un partido constituido para la construcción democrática de la nación canaria, que quiere espacios de autogobierno similares a los conseguidos por Irlanda  (otra isla, claro), que no renuncia a nuevas vías de relación bilateral entre Canarias y el Estado desde una futura reforma de la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Y unos nacionalistas canarios que quieren… (leámoslo bien) que España se convierta en una confederación de estados (sin comillas esta vez). Pero luego van y… no excluyen soluciones de corte federal. ¿En qué quedamos, señores redactores de LD, que, después de haber escrito eso de la confederación, titulan la noticia así: “Coalición Canaria apuesta por “una solución de corte federal” para España? ¿Quiénes son los que confunden confederación con federación, confederalismo con federalismo? ¿Políticos o periodistas? ¿No es ya bastante con tener otra nación como Irlanda dentro de casa, una canariedad, y un sentir, actuar y expresarse de forma diferente? Pero, señores congresistas, ¿es que hay alguien en el mundo que no se distinga de todos los demás por su sentir, actuar y expresarse de forma diferente? ¿Hasta dónde llegará entre nosotros la epidemia del complejo contagioso de inferioridad-diferencialidad?

El otoño de Dios

 En San Martín de Améscoa, tras el funeral celebrado por Javier, amigo de recorridos por las Améscoas y países aledaños, y amigo también de recorridos por la red, he recitado este breve poema, hecho de prisa, tras enterarme por la mañana de su muerte hace días en Barcelona:

Ahora que el otoño colorea y enrojece de fiesta
los pámpanos, los arces, los viburnos o las hayas,
y nos urge, intenso, a recorrer
las aldayas vecinas
o los bosques misteriosos de Lokiz y de Urbasa,
que tantas veces, alegres y locuaces, recorrimos,

tú te has ido, temprano, Javier,
al otoño de Dios,
con la cosecha de tu noble vida,
con tu fe temblorosa, igual que la de todos,
con tu firme esperanza en la bondad suprema,
con tu amor decidido
por lo bueno, lo justo y lo bello de la inmensa creación.

                                       
Por la gracia de Dios,
que es también la razón y la espera de los hombres,
creemos y queremos ese otoño feliz después de nuestra vida:
esa luz que borre  tantas sombras,
esa paz que que nos libre de todos los amargos conflictos,
esa honda belleza que colme
nuestras ganas infinitas de vivir,
esa gloria que renueve esta miseria:
este ser tan pequeño, de tiempo y espacio,
que es el hombre.

¿No decimos que somos tan modernos,tan jóvenes,
y con ganas de hacerlo todo nuevo?
Pues Dios es la eterna juventud,
la constante
renovación de las cosas y los hombres.
El único futuro que sostiene
los proyectos infinitos de los hombres de todas las edades.

                                       
Nos lo dijo,
con su vida ejemplar y su muerte terrible y consecuente,
Jesús de Nazaret.

Con la fe de Javier, sus amigos y paisanos
lo creemos,
lo decimos,
y con humilde gozo
aqui lo proclamamos
ahora y para siempre.

(Amb la fe de Xavier
ho creiem,
ho digm
els seus amics i veíns,
i amb hùmil goig ho proclamem ací,
ara i per sempre)

Ingrid Betancourt en Oviedo

Ayer Ingrid Betancourt nos emocionó a muchos en la entrega de los premios Príncipe de Asturias en Oviedo, uno de los acontecimientos españoles de mayor éxito en el mundo. Aquella joven colombiana, licenciada en ciencias políticas en París, azote de la clase política de su pueblo, a la que accusó de corrupción y tráfico de influencias, que renunció a su escaño en el Senado tras calificarlo de nido de ratas,  candidata secuestrada más tarde por las FARC como canjeable y liberada ahora del Infierno verde –libro de uno de sus compañeros de cautiverio-, se ha convertido en un fenómeno mediático mundial, que provoca adhesiones y rechazos extraordinarios. Entre los rechazos, está el provocado por sus continuas manifestaciones en favor del diálogo y del perdón, sobre todo a raíz de su conversión cristiana, que ella subraya en todas las conversaciones. Pero la confusión llega sobre todo desde aquéllos que en España confunden demasiado pronto las FARC con ETA. Y no es eso. Ingrid se refiere una y otra vez a los muchachos de 13 y 14 años para los que no hay lugar en la sociedad colombiana y que se meten en la guerrilla porque allí comen tres veces al día (La guerrilla les da cosas que no sabe darles el Estado) y una y otra vez denuncia el mundo de intereses escondidos, de mentiras y agendas ocultas de muchos políticos. Además, Ingrid Betancourt va más lejos de la realidad inmediata a la que estamos acostumbrados. En una reciente entrevista con un periodista de EP, típico progresista español, que confunde la fe con la mística y la religión con la irracionalidad, dice la ex cautiva: Yo pensaba que las FARC eran un respuesta a las contradicciones del sistema. Después de vivir dentro de las FARC he comprendido que son un subproducto de ese sistema, ésa es la gran decepción. Cuando yo hacía política en Colombia, pensaba que había que cambiar las estructuras del poder. Hoy pienso que hay que cambiar el alma del pueblo colombiano, del pueblo colombiano como entidad coolectiva y, más aún, la de cada uno de nosotros en nuestra identidad individual. Cuando pienso en Colombia, pienso que somos el resultado de una civilización que tiene un inmenso malestar. Entonces acabas pensando que no sólo hay que cambiar los corazones, sino que también hay que cambiar el mundo. Lo increible es que pienso que es posible, además de necesario y urgente.

La muerte de Abundio Chato

Me llega la noticia, por razones ajenas a la voluntad de todos, con cinco días de retraso. Se llamaba Abundio Chato y ya ese nombre y apellidos tan singulares, y siempre mal pronunciados por los franceses, le hacían cercano y hasta festivo. Lo cierto es que para los cientos, para los miles de españoles que fuimos pasando por Estrasburgo en los años ochenta y noventa Abundio fue una referencia, una acogida, un compañero y un amigo. Tras sus estudios de filología francesa, aquel joven sacerdote humanista e inquieto de Paredes de Nava ganó a pulso la dirección de prensa y comunicación de la embajada de España ante el Consejo de Europa en Estrasburgo, esa ciudad franco-alemana, europea por excelencia, ciudad de la luz, el agua, el derecho y la paz. Y en el servicio a la comunicación, a la paz, a la hermandad europeas y universales, con su gran corazón cristiano, que se le estropeó un día allí y ahora aqui definitivamente, consumió toda su vida este hombre admirable, dechado de amistad y de generosidad. Desde presidentes de Gobierno, ministros, embajadores, diputados y senadores, hasta el último mono, como se dice vulgarmente, le debemos cientos, miles, cientos de horas de entrega y dedicación. Y no todo fueron siempre simpatías y agasajos. La indiferencia, la ingratitud, el egoísmo y el desprecio, tan habituales en la clase política, le hirieron profundamente en el curso de sus días. Terminó antes de tiempo, muy decepcionado de quien le debía más. Después, como si fuera una continuación de su vida mundana anterior, en los últimos años sirvió cristianamente a los enfermos del popular hospital madrileño de San Rafael hasta su muerte. En la tierra y en el cielo muchos nos sentimos hoy más unidos a él que nunca. Esta mañana de octubre, con ese sol frio que enrojece de belleza los pámpanos, los arces y las hayas, me evoca aquellas mañanas felices en que recorríamos, alegres y europeos, siempre en su coche trotero, la ruta del vino de Alsacia,y le dedico corazonmente mi homenaje total en nombre de los miles de españoles y europeos que, a veces sin saberlo, le deben su conocimiento directo de Estrasburgo, su  emoción-convicción europea, y una experiencia humanísima de encuentro fraternal en uno de los centros mundiales del mejor futuro. Dieu avec toi.

De omni re

¿Es la política el arte de lo posible (de intentar conseguir lo posible del ideal) o el arte de lo ideal (de tratar de obtener que el ideal sea posible)?

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Todo es verdad en cuanto algo es fuente y manadero de un generoso esfuerzo. La vida es el criterio de la verdad y no la razón, escribe Unamuno, siguiendo de cerca o de lejos a William James. Un generoso esfuerzo, añado yo, es intentar encontrar la verdad para la vida.

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Y si el universo (la materia y el espíritu) no fuera eterno, ¿qué sería del materialismo de los materialistas exagerados?

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La esperanza en personas y en causas superiores nos hace al mismo tiempo des-esperar de otras personas y de otras causas.

Con Boadella

Leo una entrevista hecha en EM con Albert Boadella, este cómico genial, a quien, pese a ciertas desmesuras, debemos tanto, y subrayo algunas cosas que me gustan más. Dejo aparte, quizas para otra ocasión, algunos juicios políticos personales o grupales y su crítica del nacionalismo, porque no sé, la verdad, como en otros muchos casos, a qué se refieren algunos escritores, periodistas y políticos con esa palabra; porque si a cualquier cosa y a cualquier género o grado de nacionalismo lo llaman así, no hay manera de entenderse. Dice sobre Pujol: Creo que Pujol es irrepetible, porque él mismo ya llevaba la parodia detrás de sus espaldas. De la política: Me entusiasma la política porque es una expresión genuina de la ferocidad humana, de la perversidad, del despotismo, pero también de los sentimientos más generosos que existen en el ser humano. De Madrid: Madrid es una ciudad abierta, como lo había sido Barcelona hace 40 años. Barcelona es una ciudad que a través del nacionalismo se ha ido volviendo una urbe provinciana. La endogamia es un mal muy peligroso para lo que puede ser la evolución cultural, política y económica de un país.