Archivo por meses: noviembre 2008

Museo Lázaro Galdiano

    Vuelvo al museo-palacio de mi paisano Lázaro Galdiano, en Madrid, que no había visto desde su última renovación. Comienzo por el tercer piso, abarrotados de gente como están los dos primeros, y me quedo pasmado ante la riqueza y esplendor de las colecciones reunidas por este magnate coleccionista (éste fue su título profesional) durante toda su vida: armas, marfiles, esmaltes -esmaltes sobre todo-, maderas, cerámicas, bronces, porcelanas, platería, monedas, medallas, tapices… a través de los siglos. ¿De dónde sacó este anticuario, bibliófilo, editor de La España Moderna y de cientos de libros, tanto tiempo (vida), tanta habilidad y conocimiento de los hombres y de las cosas para conseguir estos  tesoros? Veo luego que las colecciones no están sólo en el tercer piso, sino que, más reducidas, se reparten por toda la casa: muebles, relojes, vasijas, arquetas, miniaturas, entre esculturas, pinturas y retratos de la mejor calidad: El Greco, Ribera, Carreño, Zurbarán, Murillo, Cranach, Brueghel, Tiépolo, Maess, Goya, López, Madrazos. Así que llego a la la mitad del primer piso y  no puedo más. Termino volviendo a contemplar la delicada Virgen de la leche, del flamenco Maestro del follaje dorado, y El Salvador adolescente, atribuido hasta hce poco a Leonardo, y compuesto quizás sobre el diseño del genio por sus discípulos Boltraffio o de Predis: Jesús adolescente, de medio cuerpo; abundante cabellera partida sobre media frente, que acaba en una nariz perfecta; ojos una pizca rasgados, sorprendidos, abultados los párpados inferiores; labio inferior semi partido; barbilampiño; túnica gris con cenefa superior y manto verde recogido sobre el hombre izquierdo. La más hermosa obra de Leonardo, o atribuida a él, que se conserva en España.

De puños y banderas

Veo al nuevo secretario general de ELA, el alavés Adolfo Muñoz, que sustituye a José Elorrieta, tras veinte años de liderazgo, levantar el puño izquierdo, como en los peores tiempos, tras su primer discurso de presentación. Hay que ver cómo ha cambiado aquel sindicato cristiano confesional de los años treinta, que se llamó Sociedad de Trabajadores Vascos (STV). El discurso corre parejas con el gesto: alianzas con LAB, el sindicato afín a ETA; soberanismo y vuelta al pacto de Lizarra; pocos tratos con los sindicatos españolistas (CC. OO. y UGT); rechazo de toda participación institucional; tibieza al hablar de ETA, cuya violencia debe terminar; lucha contra patronos y gobiernos, tratados con los peores calificativos. Es decir, y aunque la demagogia se lleve una buena parte de este exhibido radicalismo, el sindicato mayoritario en Euskadi va al revés de como va el sindicalismo europeo.- Junto a este puño izquierdo levantado, nos llegaba esta mañana una nueva sentencia  del Tribunal Supremo obligando a poner la bandera española en el Parlamento Vasco, de Vitoria, dentro y fuera. ¿Cuántas van con ésta? Si exceptúamos el ayuntamiento de  Bilbao, que hizo porfin colocar hace un año la bandera española y la bandera vasca en el tejado, a los dos lados del campanil, ¿qué fue de la bandera española en Arcaute, en Ajuriaenea? No hay una bandera  constitucional en casa consistorial alguna regida por soberanistas e independentistas en todo Euskadi, pero tampoco, por lo general, en las regidas por socialistas, y ni siquiera en edificios oficiales españoles fuera de las ciudades. ¿Qué presidentes, qué ministros, qué diputados, qué delegados del gobierno, qué tribunales hemos tenido en este país, que sigue siendo el único en Europa donde ocurren estas cosas tan primitivas?

Pintura y arquitectura

    Las formas de Matisse, grandes y cortadas de manera casual, con frecuencia torpes y desgarbadas -nos dice Frank O. Gehry, el aquitecto del Guggenheim-, le inspiraron la construcción del Museo y de otras construcciones recientes: pensemos, p.e., en las nuevas bodegas Marqués de Riscal, en Elciego. Si la arquitectura (las arquitecturas) ha sido durante siglos fuente de inspiración para multitud de pintores, he aquí el caso de un buen pintor, como Matisse, que inspira a un buen arquitecto. Añadamos, pues de confesiones hablamos, la inspiración de escenas de la infancia. Gehry nos ha revelado el recuerdo de las carpas que tenía su abuela en su casa, cómo de niño las contemplaba, jugaba con ellas, antes de gustarlas en el plato (aquí nos gustan menos), y cómo, al instalar el Museo en la ría de Bilbao, y junto al mar, el símbolo del pez ha estado muy presente en su imaginación y en sus dibujos preparatorios: las planchas de titanio, tan parecidas a las escamas.  Muy cerca, la escultura de la gran araña de bronce, de Luisse Bourgeois, se debe también a un sueño de infancia: su madre era tejedora y enfermiza y la niña la cuidaba, haciendo de hija y de madre a la vez. La araña gigante, como gran protectora, defensora y guardiana frente a los mosquitos feroces y voraces. Pintura e infancia. Sueños y símbolos en y para esta obra, que cada día me parece más bella y afortunada. Un lujo para Bilbao, que se ha ido transformando en una hermosa y nueva ciudad, en la que el Paseo Fluvial, camino del mar y del mundo, ha sustituido a las Siete Calles de siglos anteriores y a la Gran Vía del XlX y XX. Museo Guggenheim: barco soñado, al pairo, en la ría de Bilbao; brinco de pez inmenso y reluciente; banco de carpas al sol.

Con Cy Twombly

    (Tras ver la extraordinaria exposición de Cy Twombly en el Guggenheim de Bilbao)


Et in Arcadia, ego. Poussin y su admirador norteamericano Twombly, radicado en Italia, la encontraron (a la muerte) fácilmente en medio de la luz y de la vitalidad de los pueblos mediterráneos, y hasta en las ruinas de las viejas culturas muertas, sacadas a la luz (redivivas) del arte y de la historia que no cesa.

Las cuatro estaciones: barcas frágiles, rojas, amarillas, cárdenas y blancas… por el mar insondable de los tiempos (de la vida innúmera), entre letras claras, confusas o ilegibles de poemas, que quieren ser eternos.

Hero y Leandro. La ola arrebatada arrebató la vida del denodado Leandro, en pleno Helesponto, mientras nadaba un día más hacla la torre deseada de Hero. Todo el mar palideció entonces con la bruma de su nostalgia: … He´s gone / up the bubbles of his amorous breath (…Él se fue / y subieron al mar las burbujas de su aliento amoroso), como gimió estremecidamente el poeta John Keats.

Dale fuego al chaparral

Viendo en DN de hoy el resultado del sondeo sobre intención de voto de los navarros, tras la ruptura de UPN y PP, dan ganas de decir como en la jota popular: ¿Y eras tú la que decías / dale fuego al chaparral ?

El PP y los obispos

 Sigue EP con su campaña insistente, casi cotidiana, de desprestigio de la presencia pública de la religión, del cristianismo, del papa, de los obispos… Si no es por una cosa, es por otra. Sin que haya casi nunca algo positivo en la actuación de la Iglesia y del cristianismo. Todavía tengo en la pantalla del diario de ayer el encabezamiento de la noticia sobre lo que ha sucedido en un colegio de la provincia de Valladolid: El PP y los obispos defienden loscrucifijos que sigan en las aulas. La sintaxis es detestable, pero aqui importa poco. Quiere decir la rúbrica: Sólo la derecha (el PP) y los obispos (del PP) defienden… Para que el lector se diga: pues, si sólo el PP y los obispos… Pero ¿está seguro el periódico de que todo el PP y todos los obispos quieren eso? ¿Y está seguro de que ellos solos lo quieran?

El silencio sobre Tabaré

    El presidente de la República Oriental de Uruguay, Tabaré Ramón Váquez, vetó el proyecto de ley, aprobado por el Parlamento, sobre la legalización del abortó en su país, con argumentos basados en las nuevos descubrimientos científicos, como la fecundación in vitro y sobre todo el ADN; en la existencia de la vida humana desde su concepción y en el respeto a esa vida; en la ejemplarización de las leyes; en la multiplicación de los abortos tras su legalización (para lo que puso el jemplo de España y de Estados Unidos de América), e incluso en la Constitución nacional de Uruguay y en el Pacto de San José de Costa Rica. ¿Por qué la prensa española, en general, no habrá dado publicidad a este notición? ¿Porque el presidente uruguayo es médico oncólogo? ¿Porque es agnóstico? ¿Porque es izquierdista? ¿Porque es notorio masón?

“No me arrepiento de nada: soy ateo”

 Lo dice paladinamente Santiago Carrillo en una entrevista hecha ayer en EM, cuando le preguntan qué le resultaría más inquietante: que le adivinaran el futuro o el pasado: Mire usted, yo estoy mucho más preocupado por el futuro que por el pasado. Al pasado hay que hacerle añicos. Y esto lo dice un señor entusiasta con el proyecto de memoria histórica y que ha escrito tantas páginas para justificar su pasado bolchevique, la bolchevización de las Juventudes Socialistas en 1936 y todo lo que vino despues, siendo él uno de los responsables del orden público en Madrid. Y continúa: Yo no me arrepiento de nada, porque el arrepentimiento es una noción religiosa y yo soy ateo. La cosa no puede estar más clara. Los ateos no se arrepienten, según Carrillo. No dice si, en vez de eso, hacen autocrítica, examen de conciencia, análisis existencial o algo parecido. Todos hemos leído y oído sobre los innumerables juicios bolcheviques, donde los más altos cargos del Partido eran obligados a arrepentirse o a algo similar, aun antes de ser implacablamente fusilados. No quiero sacar algunas consecuencias de tan irresponsables palabras ni juzgar la moral civil por lo que dice Carrillo. Pero entenderemos así mejor por qué es inútil pedir a muchos marxistas-leninistas y afines que pidan perdón (¿otra noción religiosa?) y ni siquiera excusa por todos los disparates que han hecho, los mayores tal vez del siglo XX. Ellos no se arrepienten: son ateos.

Baltasar Lobo

 He podido contemplar en el Paseo del Prado de Madrid, después de mi paseo habitual por el Jardín Botánico con su penúltimo otoño, una docena de esculturas de Baltasar Lobo (1910-1993), aquel dibujante zamorano que conocí en las revistas anarquistas de los años treinta, convertido después en París en un escultor de fama internacional, comparable a su contemporáneos Moore, Giacometti, Brancusi o su amigo Henri Laurens, pero a quien yo no conocía de cerca, pese a sus esculturas fijadas en varias ciudades europeas y a premios y homenajes tras su vuelta del exilio, en Zamora y en toda España. Deslumbrantes cuerpos femeninos en bronce al aire libre -fulgentes al sol, verduscos, pardos o castaño-oscuros a la sombra-, gigantescos o de tamaño natural, de piel finísima y exacta, todo curvas perfectas, redondeces, turgencias, ovalidades, de pies a cabeza, de una pureza pocas veces conseguida en la historia del arte, dejando brillar, seducir, entusiasmar al eterno femenino, hecho unas veces diosa-madre, en escenas deliciosas de maternidad, y, otras, convertido en mujer coqueta, libre, dichosa, al viento o al sol, sentada, recostada o en pie, o en cualquier menester cotidiano, como esa mujer peinándose, agarrando el flujo broncíneo de su caballera, una de las piezas más hermosas. A la salida del Botánico, como si de unas plantas las más perfectas del paraíso humano se tratara, ¡qué visión de utopía, de libertad paradigmática, de celeste mujer descendida por unas horas a la tierra!

No hay que esperar ningún juicio

Un amigo me envía un fragmento de un artículo de José Antonio Pagola -el autor más vendedor (best seller), esta última temporada-, titulado Un juicio extraño. Recordando al Jesús de los Evangelios, volcado sobre los necesitados, identificado con los más pequeños y desvalidos, compasivo con todos (Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo), termina escribiendo: Nuestra vida se está jugando ahora mismo. No hay que esperar ningún juicio. Ahora nos estamos acercando o alejando de los que sufren. Ahora estamos decidiendo nuestra vida.