Archivo por meses: enero 2009

Interrogatorio en la prisión

Viendo el cuadro lacerante de Alessandro Magnasco, Interrogatorio en la prisión (1710-1720), pienso no sólo en la cárcel de Guantánamo, que estos días está en la mente de todos, sino en todas las atroces cárceles que en el mundo han sido y son, y en sus cuadros de horrores. Magnasco nos pinta dos hombres encepados; otro colgado de la horca de balanceo frente a un juez civil y su tribunal; dos encadenados acompañados por dos frailes franciscos, el caballete español… Seguramente que muchas cárceles de hoy en muchos países presentan un cuadro de horrores tan espantoso o más que éste. Todo oscuro, borroso, tétrico. Un mundo muy extendido y brutal,  uno de los mas infrahumanos que existe, que ni conocemos, ni nos interesa conocer.

La formación del espíritu nacional

Me gustaría poder preguntar a muchos, que despotrican a trochemoche contra la Educación para la ciudadanía o contra todo adoctrinamiento, qué dijeron o qué hicieron cuando regía en las aulas españolas la formación del espíritu nacional. O cuando, después, muchos dirigentes eclesiásticos han querido adoctrinar y no, a la manera de Jesús de Nazaret, anunciar, invitar, proponer, compartir (más que impartir) la alegre noticia del Reino. Y a otros muchos, tal vez más jóvenes, les preguntaría qué han dicho y hecho, qué dicen y hacen, cuando en ciertas Comunidades Autónomas (que no Autonomías) se ha estado y se está adoctrinando en puntos claves para la convivencia, en ámbitos como la geografia, la historia, la sociología, la política, la lengua… y volviendo a la formación de un nuevo espíritu nacional, que muchas veces separa, aleja, amenaza, odia y destruye… ¿Qué?

Preguntas directas

En la sesión  televisiva “Tengo una pregunta para Usted”, directo fue el traductor granadino, que  preguntó al presidente español cuántos niños palestinos habrían muerto  en la última guerra de Gaza con las armas vendidas por España. El joven clérigo manchego, en vez de preguntar si el feto es un ser humano, pregunta demasiado metafísica, debió tal vez haber preguntado si había visto el presidente alguna fotografía científica de un feto a las doce semanas -plazo máximo de la futura ley de plazos- y de su destrucción, y qué le parecía. O, si de despenalizar se trata y de no llevar mujeres a la cárcel, como dijo, por qué no despenaliza a todos aquéllos que roban una cartera o unas joyas, a veces a multimillonarios, y no impide que vayan a la cárcel. ¿Qué es más injusto e inhumano, destruir un feto de 12 semanas -o muchas más, en muchos casos- o robar una cartera o unas joyas para salir de un grave apuro?  Pero alegrémonos al menos de que el presidente mostrara su preocupación por el abuso de los abortos, especialmente en mujeres jóvenes, verdadera plaga que convierte el aborto en un método más de contraconcepción. Pocas veces oímos a los políticos de cualquier color decir ni siquiera eso. No parece existir para los políticos más que una moral común, la ecológica; la social apenas  la tocan; la sexual jamás, como si no existiera. Y ahora que el Tribunal Supremo ha dictado sentencia contra la objección a la Educación para la Ciudadanía, recuerdo que, en 1863, harto el gobierno del marqués de Miraflores (moderado / conservador) de que los obispos condenaran obras literarias importantes, preguntó en una ocasión a varios de ellos que concretaran las páginas en que la novela Los miserables, de Víctor Hugo, atacaba o vilpendiaba el dogma o la moral. Lo que a los prelados, entre otros el de Pamplona, no les supo nada bien. Preguntas directas.

Los lefebvrianos

Si hemos de ser tolerantes y aun liberales (generosos), como nos pavoneamos de serlo, tenemos que admitir que en una organización inmensa, como es la Iglesia católica, pueda haber extremos, de un género u otro, aunque no ultras, porque ultra significa más allá de toda regla de juego y de decencia. Por mucho que nos disguste y hasta nos avergüence su arcaica doctrina y sobre todo su torpe actitud y actuación, si los lefebvrianos se reconcilian con el resto de la Iglesia, el concilio Vaticano II y el papa, no podemos nosotros ser los ultras en esta ocasión. Ahora bien lo que ha dicho ese obispo lefebvriano, o ya ex lefebvriano, de cuyo nombre no me acuerdo, sobre el holacausto, los nazis y los judíos tiene que ser cuanto antes desautorizado seriamente por alguna alta autoridad de la Santa Sede (no digo sólo el papa). Porque, de lo contrario, ya algunos comienzan a reprochar al Vaticano e incluso al mismo pontífice un cierto relativismo, tantas veces denostado por Benedicto XVI. En este caso, sería tolerar, cuando no aceptar, una barbaridad dicha, sostenida y propagada, para…, o con tal de… Eso es el relativismo.

Tengo una pregunta para Usted

Tengo para mí que lo mejor de este todavía reciente y original programa televisivo es el programa mismo, como espejo del país y espejo también de los políticos que se enfrentan cara a cara con un público a quien no conocen y que pregunta lo que quiere. Nada parecido a los mítines, tribunas de propaganda y demagogia, ni tampoco con el Parlamento, tribuna oficial de la ortodoxia de los partidos y de los intereses que mandan en cada momento. El programa de hoy ha dado una buena imagen de la España de hoy: un país postrado por la crisis y la desconfianza ante la política y los políticos,  con un bajo tono vital, y de un presidente del Gobierno, que se ha esforzado, con la conciencia de hacerlo tarde, en infundir esa confianza, en unos momentos bajos para él y su gobierno, cumpliendo un penoso deber político. Y pedagógico: lo que es más difícil todavía.

Una historia divisora y dividida

Según el magno hispanista norteamericano, muy presente entre nosotros, Stanley G. Payne, autor de España, una historia única, el nuestro es el país donde existe una mayor controversia acerca de la propia historia (realidad). Ésta, en cuanto realidad e interpretación, aparece cuarteada, fragmentada por cada facción independentista, soberanista, nacionalista, regionalista o localista, de las muchas que se mueven en nuestro mapa, porque cada una de ellas busca su propio lugar en la historia común (realidad e interpretación), que, por cierto -añado yo- las sustenta y las explica. Si es que algunos no aprovechan la confusión y el desconcierto para favorecer similares intereses particulares y partidistas con una legal y obligada memoria histórica, que es, en su misma expresión, una contradicción, un oxímoron, pues la memoria es intrínsecamente individual y, por supuesto, no puede dejar de ser histórica. A Payne, como a muchos de nosotros, le parece increíble que haya habido un juez, por estrella que sea y estrellado que acabado haya, que haya querido anular, por su cuenta, la ley de amnistía de 1977, y recalca vigorosamente que uno de los requisitos de aquel modelo de transición  español fue el rechazo a toda política de venganza, lo que comportaba evitar cualquier búsqueda política o jurídica de justicia histórica. Tampoco tiene empacho el historiador -con quien coincidí en uno de los últimos congresos sobre la Segunda República- en afirmar que la Iglesia, factor fundamental de la constitución de la nación española, es mucho más abierta y tolerante que la religión izquierdista, más intolerante y unilateral. Lo que tal vez Payne no deja demasiado claro, aunque no deja de decirlo, es que ya en tiempos de la Transición, una facción, pequeña pero muy activa, de la extrema izquierda marxista-leninista y anarquista, de la extrema derecha falangista y tradicionalista, y de la derecha e izquierda soberanista, independentista y separatista (¡no sólo nacionalista!) no aceptó nunca ni la reconciliación, ni la amnistía, ni la Constitución, ni la historia común, ni el común futuro. Y ahí están a todas horas, arriba y abajo, aqui y allí, sacando la cabeza, las manos y los pies cuando y donde pueden. Ignorarlo o negarlo es equivocarse mucho.

Mujeres en la Iglesia católica

A Gudrun Sailer, periodista de la sección alemana de Radio Vaticano, autora del libro Frauen in Vatikan, le parece muy importante que la presencia femenina en los distintos organismos de la Santa Sede alcance ya el 16%. Y cree que esa proporción aumentará, porque, entre cosas, las estudiantes de teología son más que los estudiantes.Y hasta afirma que existen reflexiones de cómo abrir el cardenalato a las mujeres, a lo que se opone por ahora el requisito de la ordenación sacerdotal, sólo desde 1984. Cree, sin embargo, que la apertura del sacerdocio a las mujeres es cosa lejana, pero que eso no es todo, y que ahí están Teresa de Calcuta o la luterana Sigrid Spath, quien traduce para el papa y es como la voz oficial de Benedicto XVI en alemán. Y para qué hablar de las religiosas, cuatro quintos de las órdenes y congregaciones católicas en el mundo, tan olvidadas e infravaloradas todavía. Sailer habla de algunas mujeres ejemplares que conoce, entre ellas sor Enrica Rosana que, el año 2003, llegó a ser la subsecretaria en la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica.- Tiene mucha razón esta valiente y valiosa Gudrun al subrayar que la jerarquía eclesiástica no es todo en la Iglesia y que dar pasos es siempre avanzar. Pero, Dios mío, ¡qué lejos estamos aún de aquel acompañamiento cotidiano de Jesús de Nazaret por las aldeas y pueblos de Galilea, asi como en su viaje a Jerusalén para la Pascua hasta la cruz, y de aquella Iglesia primitiva del apóstol Pablo, con tantas mujeres en puestos de primera responsabilidad!

Se nos cae la tuya

Esta noche, el recio viento escapado del Cantábrico nos ha arrancado de raíz la tuya  (thuja occidentalis) del jardín exterior de nuestros bloques, que hacía juego con el inmenso fresno de cuatro brazos, que estaban seguramente aqui, cerca de alguna villa tal vez, antes de que se hiciera la avenida de la Vuelta del Castillo. El fresno tenía hoy un aire de sorpresa y de pasmo. Era la tuya una parte alta y hermosa, con su copa piramidal de 20 metros, de nuestro paisaje septentrional, cuando mirábamos hacia San Cristóbal, el alto de Marcalain y San Bartolomé. Siempre severa en su color verde opaco, con sus ramificaciones horizontales curvadas hacia arriba y las secundarias colgantes; con sus estróbilos ovoides, irregularmente reagrupados, de donde partían sus semillas aladas. En su follaje compacto y aromático descansaban, y tal vez anidaban, los gorriones y las palomas que venían hasta nuestras ventanas y hasta el terrazo de la galería baja a llevarse las migas o los  chuscos de los vecinos. La hemos visto esta mañana sobre el santo suelo del jardincillo y del pasillo que llega a dos de nuestros bloques, sobre un banco y unos arriates destrozados, cual larga era, vencida por su propio peso sin defensas, derrotada, exánime. Su copa sobresalía sobre los contenedores de la anteacera, hasta la calle. Algunos vecinos comentábamos el suceso. Uno de ellos la llamaba secuoya. Otro ha dicho, filosófico: –Sólo se caen los viejos. La verdad es que la tuya caída tenía unas raíces extendidas en derredor del tronco, poco gruesas, sin ninguna raigambre honda vertical. Era otro gigante con pies cortos. La tuya del jardín. Sin ella saberlo, era una bella realidad, y hasta su desplome imprevisto  ha sido una alegoría también.

Aforismos “históricos”

Metido de lleno en un largo empeño de ensayo histórico, que me hace buscar, leer,traducir, comparar, sopesar miles de páginas, sobre el siglo XIX mayormente en estos días, me van brotando unos cuantos aforismos -vamos a llamarlos así-, de los que hoy colecciono  varios y los mezclo con algunos otros más actuales.

– La ley sálica quiso convertir en estatuas de sal política a todas las mujeres candidatas al trono de España.

– Los guardianes de la revolución, sobre todo si son muchos, son la mejor prueba de que no se hizo ninguna revolución en serio.

– Mejor fuera poner la mano en el pecho que poner la mano en el fuego.

– El marino José Malcampo, presidente que fue del Gobierno español, recogió una mala cosecha política y por eso se fue tan pronto del campo del poder.

– El alto el fuego siempre quiere decir que el fuego anda por los bajos.

– ¿No podían haberle dado un nombre menos amargo a la viagra?

– El revolucionario terrorista italiano Toni Negri solía afirmar que el terrorismo era  el alba de la revolución. – Sí, sin duda: el alba de la revolución terrorista.

– ¿Qué hombre y hasta qué santo más claro que san Antonio María Claret y Clará?

África esquilmada

Tal vez ahora, con Obama, hijo de kenyata, en la presidencia USA, África vuelva más fácilmente al escenario internacional. Mientras, estos días pasados, todos estaban pendientes, y con toda razón, de lo que ocurría en Gaza, nadie volvía la vista hacia las guerras interminables, sin prensa y sin historia, del Congo, Somalia, Sudán, Uganda… y hacia los desastrosos efectos dejados por la guerra en Angola, Mozambique, Ruanda, Burundi, Congo otra vez, Liberia, Sierra Leona, Chad… Ya no se trata del café, té, cobre o algodón. Ahora  los incentivos y los objetivos se llaman petróleo, gas, bauxita, manganeso, oro, cobalto, uranio, diamantes. Ah, y el preciado coltan (columbio-tántalo), componente esencial de nuestros ordenadores, teléfonos móviles, reactores nucleares, etc. A las potencias coloniales europeas se han sumado desde hace tiempo China -casi 40.000 millones de euros anuales en comercio bilateral-, India, Pakistán, Rusia, Japón y hasta Brasil, que hacen para su provecho lo que los paises africanos debieran hacer para intentar salir de su desarrollo: transformar en el lugar de origen y exportar con valor añadido los productos propios. Hoy muchos paises de África esán más atrasadas respecto a otros países en vías de desarrollo -p. e., los asiáticos- de lo que estaban el dia de su independencia. Por otra parte, el año 2007 expiraron los acuerdos preferenciales que mantenía la Unión Europea con sus ex colonias de África,CaribeyPacífico – la organización ACP, en la que trabajé como parlamentario europeo-, lo cual ha causado un desastre económico para los países africanos, que con la pérdida de las tarifas aduaneras perderán hasta el 10% de sus ingresos anuales. Muchas fábricas y pequeñas empresas tendrán que cerrar. Y los mercados africanos se llenarán, todavía más, de  arroz, huevos, aceite, pollos o cebollas…, importados de Europa a precios más baratos que sus propios productos. África esquilmada.