Archivo por meses: noviembre 2010

Acosados en Pakistán

Antes, y con frecuencia, fue en Sudán, India, Las Molucas (Indonesia) o Pakistán. Hace unos días, en Iraq. Ahora, otra vez, en Pakistán. En esta ocasión, se trata de Asia Bibi, peón agrícola, casada y con dos niños quien, por defender en una discusión al cristianismo, ensuciado  por una mujer musulmana, fue acosada, golpeada junto a sus hijos, acusada de infiel, arrestada y condenada a muerte. Como otros muchos, por cosas similares desde la promulgación de la ley de la blasfemia en 1986. Pero ¿quién defiende en Occidente a Asia Bibi? Cualquier venganza personal, ajuste de cuentas, o un simple malquerer puede cobijarse bajo esta infame ley, que hace a los cristianos (un 1´6% en el país), protestantes o católicos, gente de  muy segunda clase, clase amenazada por el testimonio de cualquier musulmán. Las declaraciones  y protestas de obispos, clérigos y laicos, protestantes o católicos, que sufren esta situación, no dejan lugar a  dudas. Los casos de linchamientos, incendios de casas  y templos, destierros, violaciones de mujeres, torturas… son incontables. Recientemente, varias esclavas cristianas han sido quemadas vivas, violadas y asesinadas por sus propios amos,  al no querer convertirse al islam. Mártires en el pleno sentido de la palabra. El Gobierno  pakistaní hace a veces lo que puede, pero ante esa ley gemeral y la Sharía, la ley  moral coránica en vigor, muchas veces no puede nada. Y en Occidente ¿quién defiende a Asia Bibi y a tantos cristianos como ella?

Elecciones catalanas

Está claro que el 60 por ciento de los catalanes, que han emitido el voto, no han votado sobre todo por algo relacionado con el dichoso Estatuto catalán, que hace unas semanas parecía el ombligo político de la nación catalana, sino por algo mucho más real y cotidiano. El Gobierno tripartito ha fracasado sonoramente y los partidos coaligados de la llamada Izquierda catalanista lo han pagado caro: los federalistas asimétricos (PSC) + los autodeterministas eco-marxistas (IVC) + los independentistas puros y duros (ERC). Semejante mezcolanza no podía tener un final feliz en una situación crítiica. Los dos últimos seguirán en sus trece. Los primeros tendrán que decidirse alguna vez a ser ante todo la izquierda nacional catalana o a ser parte también de la izquierda española. Pero. mientras en sus congresos se definan como municipalistas, catalanistas, europeistas y… federales (¿de qué Federación?), poco podremos esperar. Si alguna ocasión era propicia para el PP y para Ciudadanos era ésta: el resultado es positivo para ellos, especialmente para el PP, pero no tanto. Vuelve a gobernar, como casi siempre en la historia contemporánea de España, la otrora llamada burguesía catalana, hegemónica en Gerona, Lérida y Tarragona, excepto en las capitales. Ahora es el partido de las llamadas clases medias, que ya no confían en la izquierda, ni siquiera en el centro-izquierda. CIU, ya desde la deriva soberanista de 1998, ha aprendido a comportarse como el PNV, aunque con desdibujados derechos históricos: le bastan los derechos electorales y el culto a la lengua, que confunden con cultura. Con todas las identidades nacionales en su seno, con todas sus necesarias y útiles contradicciones, jugará a ser el partido hegemónico en toda Cataluña y decisivo en lo que ellos llaman España (antes, Castilla). Como el PNV. Entre la independencia, el concierto económico y los presupuestos del Estado. La herencia de Cambó y la herencia de Maciá, con el recuerdo del fusilamiento de Companys y la matanza de monjes de Montserrat. Vayan preparándose los futuros inquilinos de la Moncloa.

De Azaña al Tenorio

Mi primera visita familiar desde Madrid a la ciudad de Alcalá de Henares, siendo todavía adolescente, fue con mi tía María, religiosa concepcionista de la Enseñanza, y unas compañeras suyas, entre las que estaba una sobrina del alcalaíno don Manuel Azaña. Aún recuerdo desde entonces aquellos dos balcones-galerías y las ventanas enrejadas del entresuelo, en la casa familiar de los Azaña, que después he visto varias veces.-Fui ayer al  cercano AGA (Archivo General de la Administración) a entregar varios libros míos y me entretuve un rato, en el largo pasillo que lleva a las nuevas salas de estudio,  viendo la exposición Azaña (1880-1940). Memoria del hombre y de la República. Una muestra hagiográfica más, como era de prever. El personaje aparece siempre el mismo: serio, grave, rígido, solemne, distante, con un rictus de desdén cuando no de amargura tras esas gafas redondas que ocupan casi todo su rostro poderoso. Siendo todo un intelectual orgulloso de sí mismo y crítico con casi todos, un exquisito escritor –El jardín de los frailes-, y un políico muy superior a casi todos los que le rodearon, le perdieron muchas veces su extrema autoestima; su jacobinismo republicano; su resentimiento anticlerical y antieclesial, muy fundado en ocasiones; su alejamiento del vulgo, como aparece una y otra vez en sus Memorias… Con todo, como se vio en la noche triste del 13 de octubre de 1931, sin él las cosas en aquel momento político hubieran ido a peor. Sufrió mucho y pensó muchas cosas bien, aunque demasiado tarde. – Hoy por la mañana vuelvo a visitar la Universidad con la guía de un joven profesor versadísimo en su historia. Por la tarde, voy a la muy renovada Colegiata Magistral, sólo comparada con la de San Pedro de Lovaina. Incendiada en 1936, y testigo de atroces asesinatos, es uno de los lugares de esa reflexión a la que nos hemos entregado estos días. De allí, ya de noche, he llegado al Oratorio de los Filipenses, que es en verdad varios oratorios. La iglesia, rectangular, es todo un salón, poco sacro, con balconcitos altos en cada flanco, y lleno de imágenes y cuadros. Misa del primer domingo de Adviento: gente mayor y devota, y el celebrante, sobrio y lleno de sentido común. Pregunto por el P. Lecanda, el amigo y confidente  de Unamuno, su paisano. Expulsados de Alcalá los oratorianos, tras las elecciones del Frente Popular, se refugió en su tierra y salvó así la vida: murió de muerte natural por el tiempo en que murió don Miguel y fue enterrado después aquí. Al salir a la placita de los tilos, que lleva el nombre del religioso vasco, me encuentro con una representación popular de Don Juan Tenorio (“Las Noches de Don Juan Tenorio en Alcalá”). En este punto, don Juan mata a don Luis Mejía y al Comendador, el padre de doña Inés. Buen final, pues, de noviembre -el mes de los difuntos- y hasta del seminario en el palacio de Málaga, de Alcalá de Henares, con unos versos  inesperados de Zorrilla:

                Llamé al cielo y no me oyó…

Seminario universitario

El seminario sobre Izquierda obrera y Religión, organizado por la Universidad cisneriana y la Fundación Pablo Iglesias, nuevo  paso adelante de un proyecto único en España, no ha podido llevarse a cabo  de manera mejor. En el colegio de San Ciriaco y Santa Paula, llamado Málaga -fundación en 1610 del obispo Moscoso, ordinario de esa diócesis andaluza-, hoy facultad de Filosofía y Letras, todo ha sido sencillo, austero, riguroso, alegre y convivente, dentro de una gran pluralidad. A Feliciano y Julio, nuestra gratitud y reconocimiento. Socialismo, anarquismo, republicanismo burgués, República y guerra civil, Iglesia, clericalismo y anticlericalismo, eclesialismo y antieclesialismo, escuela, mujer… se han expuesto y descutido con serenidad, libertad y deseos de aprender y de convivivir. Sin interferencia alguna, sin ningún condicionamiento exterior.- Sueño desde hace muchos años con una obra de conjunto, interdicisciplinar, de historiadores  de toda condición, que pueda esclarecer en este punto neurálgico el pasado, y poder así animar el presente y el futuro de España, acabando no sólo con la ignorancia, sino sobre todo con todo sectarismo y fanatismo., uno de sus amargos frutos. Como en los tiempos de Erasmo, Alcalá está siendo pionera. Enhorabuena.

Cosas de Alcalá

Calle Santa María la Rica. ¡Pobre Santa María!

– Qué suerte la del PP de Alcalá de Henares, que tiene como vecino contiguo de su sede en la plaza Cervantes a un oculista / laser / psicotécnico / Luz.

– Encuentro en la calle Mayor un Menú anticrisis, 6´50 euros. ¡Un genuino menú (t)eurístico!

– Junto a la iglesia del majestuoso palacio arzobispal (de los antiguos arzobispos-cardenales de Toledo, siglos XIV-XVIII), un enigmático letrero: Librería Diocesana. Todo clero. ¿Todo clero es el propietario? ¿Todo clero es el único usuario? ¿Todo clero debe leer? ¿Todos los libros tratan del clero?

– La inscripción en piedra, sobre el dintel de la puerta principal de dicho palacio arzobispal, Contaduría Mayor de Rentas, dice bien a las claras el carácter primordial de esta pingüe sucursal toledana.

– Hay tantos palacios en Alcalá, que cada concejalía del Ayuntamiento tiene uno como sede: Concejalía de Hacienda, de Educación, de Cultura… Como en los Gobiernos de las Comunidades o como en los grandes Ayuntamientos.

Calzados y descalzos

Colegio de Agustinos Calzados de San Agustín el Real / hoy Juzgados / Siglos XVI-XVII. Parece una broma. Pero, además, que yo sepa, nunca hubo agustinos descalzos. Ermitaños, sí, y recoletos (como los del convento de San Nicolás de Tolentino), pero descalzos, no.

Colegio Menor de Carmelitas Calzados, levantado sobre las casas de Pedro Galle. Monumental. Ya se nota que estaban calzados, muy bien calzados.

– Los colegios-conventos de los descalzos estaban mayormente más lejos del centro, o en las afueras de la ciudad. ¡Cuando, más bien, debían haber estado dentro, para no dañarse mucho los pies!

– Qué vergüenza debían de pasar los trinitarios, mercedarios o carmelitas calzados, cuando se encontraban en la universidad o en las mismas calles de Alcalá con sus hermanos descalzos

– Dentro y fuera del Colegio Convento de Mínimos,  han construido la nueva Facultad de Económicas y Empresariales, verdaderamente máxima. En ella caben todos los franciscanos mínimos que en el mundo han sido desde su fundación por san Francisco de Paula.



Ciudad de santos y sabios

Recorro de nuevo toda la ciudad histórica, la ciudad de santos y sabios, como  le gustaba llamarla a don Miguel de Unamuno. Voy releyendo indicadores, inscripciones, placas conmemorativas, que son muchos, dentro del itinerario de la Ciudad Literaria y de la Ciudad de las Tres Culturas (título siempre excesivo). En los viejos Barrios, Judío o Moro, a veces cuesta imaginar los adarves, callejos y callizos de antaño. Cuántos nombres, entrañados en la vida de la ciudad, que recuerdo con emoción y  veneración, protagonistas de la historia de Alcalá, de Castilla, de España y de todo el mundo: santos Justo y Pastor, san Ildefonso, san Diego de Alcalá, Isabel la Católica, Nebrija, Cristóbal Colón, Catalina de Aragón, Alonso  de Carrillo, Ginés de Sepúlveda, cardenal Cisneros,  Juan de Vergara, Arias Montano,  Gil de Hontañón, Carlos I, Fernando de Austria, príncipe Carlos, fray Luis de León, santa Teresa de Jesús, Mateo Alemán, Huarte de San Juan, san Juan de la Cruz, santo Tomás de Villanueva, san Juan de Ávila,  san Ignacio de Loyola, Vallés, los Carranza, Covarrubias, Lópe de Vega, Miguel de Cervantes, sor Luisa de Belén de Cervantes, cardenal Sandoval y Rojas, cardenal Tavera, Mariana, Suárez, Tirso, Calderón, Caramuel, Jovellanos, John O´Neill,   Miguel de Unamuno, Juan José de Lecanda, Manuel Azaña, Andrés Saborit… Revivo el erasmismo alcalaíno, con los navarros Juan de Eguía, editor, y el dominico Sancho de Miranda, hermano del arzobispo Carranza, entre otros más ilustres. No hubo en España nada parecido. Hoy la vieja Alcalá sigue siendo el conjunto universitario-eclesial más granado de España, salvo el núcleo central de Salamanca. Claro que los inmensos espacios dedicados antes a los colegios y conventos son difíciles de ocupar y carísimos de rehabilitar.  Por ejemplo, en el enorme cuartel  de San Diego, un gigantesco mamotreto junto a la Universidad cisneriana, levantado en el siglo XIX sobre un convento franciscano del XV, y hoy vacío, podría caber todo el ejército español. La actual Universidad no puede llegar a todo. Por otra parte, es pena que casi todos sus profesores vivan en Madrid o poblaciones cercanas, y muchos alumnos también, lo que resta densidad y hasta realidad universitaria a la ciudad. Entro y salgo por la calle Mayor,  peatonal, alegre y cómoda de pasear en días laborales: soportes de piedra viejos y nuevos, casas de dos plantas, con algunas buhardillas, a los dos lados ,y los bajos convertidos en minúsculas tiendas. La crisis ha hecho aparecer aqui también algunos letreros de Se vende y Se alquila: menos mal  que hay igualmente un visible Menú anticrisis, 6´50. Patrimonio de la Humanidad, nada menos, Alcalá de Henares, un día amurallada y hoy abierta, torreada y encigüeñada, se cuida cada día más. Volver acá es asistir a una pemanente renovación. Un gozo.

Fundación Pablo Iglesias

Vengo al seminario Izquierda obrera y religión en España (1900-1939), organizado por la Universidad de Alcalá de Henares y la Fundación Pablo Iglesias, y mi ponencia se titula, además, Pablo Iglesias y la Iglesia. Así que voy a visitar la Fundación, que dirige un admirado colega investigador, a quien debemos todos mucho, y coautor de una reciente obra en varios tomos sobre biografías socialistas. Allí encuentro algunos de mis viejos trabajos, que ni siquiera recordaba. Voy viendo en una de las pantallas casi un centenar de cartas del fundador del PSOE. Recojo dos breves citas, que apunto para mi ponencia. Una es de la carta dirigida a dos niños de La Arboleda (Vizcaya), que habían escrito al diputado socialista por Madrid: Para ser buen socialista, hay que ser buena persona. Lo que está en línea con la clásica figura del bien como justicia total. Y otra, en carta al concejal federal de Madrid, Pedro Niembro, en 1908: El partido en que milito ha sido siempre un partido revolucionario, y aunque no es aficionado a las algaradas, sus actos han de responder a dicho carácter.

En Alcalá de Henares

Llego a mi querido Alcalá de Henares. Es domingo por la tarde y esta vez hay taxis en la estación de tren. La habitación es la misma que otras veces: da a la plaza de San Diego, al rodal de cedros atlánticos y azules, y a la fachada plateresca de Gil de Ontañón. Hace frío de noviembre. En la más larga calle Mayor soportalada de España pasea con garbo  y brío mucha gente, como en tiempos. Ya no hay barrio moro ni barrio judío y es más reducido el barrio cristiano. Llego al hospital de Antezana, fundado en 1483  en el que fue su palacio por don Luis de A. y doña Luisa de Guzmán, sepultados en la iglesia adjunta. Lo recorrí en anterior ocasión. Conserva aún su bella y antigua factura,  con un patio popular de tradición mudéjar. Según tradición, trabajó en él como  cirujano sangrador Rodrigo Cervantes, padre del escritor, cuya casa museo está contigua. La iglesia adjunta tiene doble alero y una espadaña con campanica. En el hospital trabajó y residió Ignacio de Loyola mientras estudió en la universidad (año 1526); los elesiásticos le hicieron sufrir mucho. Me quedo a la misa de ocho. La capilla de la Madre de Misericordia, titular  del templo, está abarrotada. Pero ay, Dios mío, me toca un celebrante, que podía haber vivido en el siglo XVI, pero sin el genio de Ignacio. La homilía sobre el Reino de Dios (fiesta de Cristo Rey) es una muestra más de la abstracta e inútil espiritualización con que suele tratarse este punto: Jesús de Nazaret predicó un Reino muy otro. Al menos, vocaliza bien y se le entiende. Prescinde después del gesto de la paz. Y a la hora de comulgar, obliga, por lo visto, a todo el mundo a arrodillarse y a comulgar directamente en la boca, sin más excepción que la mía. Cuando, de pie, extiendo la mano, me mete casi expeditivamente la forma en la boca. En aquel tiempo la Inquisición le hubiera dejado tranquilo, ya lo creo .- Hace frío de noviembre. La gente se va retirando de la calle Mayor soportalada, enlosetada en el centro y enlosada en las aceras cubiertas. La bella plaza de Cervantes es toda luz y comienza a caer un fino calabobos incluso sobre los que creemos que no lo somos.

Tolstói

El 20 de noviembre de 1910 moría León Tolstói, uno de los grandes de la literatura mundial. La noticia llega en varios periodicos españoles, mezclada, como es habitual, con algo menor y más llamativo: con la nota polémica de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que celebra sus méritos literarios pero rechaza de nuevo al heterodoxo de ideas anticristianas, a quien el Santo Sínodo excomulgó el 20 de febrero de 1901. Y, sin embargo, el autor de Guerra y Paz apareció ante el mundo como un entusiasta de Jesús de Nazaret, puesto como modelo para todos los hombres. Por ejemplo, el protagonista de su novela Resurrección, Ivanovich Nejliudov, se propone hacer suyos los sublimes preceptos del llamado Sermón del Monte, según la versión del evangelista Mateo. Pero las ideas de redención, de gracia, y hasta de divinidad del Cristo le son ajenas. Es sólo el hombre sabio que da acertados consejos para la vida. Menos cree en la Iglesia, a la que un día perteneció: de la indignidad de los cristianos deduce la indignidad del cristianismo como cristiandad organizada. Por eso prefiere quedarse con un cristianismo reducido, jesuista más que cristiano.- Pero sigue siendo uno de los grandes de la literatura mundial.