–Dentro del llamado Estado de Bienestar hay muchas personas que viven aún en el estadio de malestar.
Archivo por meses: diciembre 2010
El pájaro de fuego
Tránsfugas
Scrooge
Otra Navidad
El cielo navideño
Villancico
La Natividad,
de Hans Memling
(Brujas, 1470-1472)
Desnudo de ropa y cielo
está el niño de María.
Desnudo de ropa y cielo.
Sobre el manto que su madre
ha extendido sobre el suelo,
el niño se estira todo,
tan formal como un muñeco.
Dos angelicos alados,
pelirrojos los cabellos,
vestidos de rosa y verde,
se le arroban genuflexos.
Desnudo de ropa y cielo…
Arrodillada, María
-crenchas de maíz el pelo-
con sus manos separadas
parece medir el cuerpo.
Y al mismo tiempo le adora,
los ojos bajos y quedos,
mientras la luz le incandesce
su vestido marfileño.
Desnudo de ropa y cielo…
Anda José trajinando,
manto y vestido bermejos,
y cubierta la cabeza
con gorro marrón de fieltro.
Lleva en sus manos un cirio,
que, aunque es ya día en el pueblo,
al resplandor celestial
quiere añadir luz y fuego.
Desnudo de ropa y cielo…
Desde el pitón del establo,
en un devastado templo,
la mula y el buey asoman
sus asustados testeros.
Todo es luminoso y limpio.
Todo silencioso y quieto.
Hay en el aire un olor
a lavanda y a romero.
Desnudo de ropa y cielo
está el niño de María.
Desnudo de ropa y cielo.
Una y otra vez
Vamos a esperar
con la misma fe
al niño humano y divino,
el más
esperado y decisivo
de la humanidad.
Una y otra vez,
una y otra vez.
El que en otro tiempo vino
a la ciudad
de Belén,
o, según sabios más críticos,
al lugar
de Nazaret.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
El mismo
que, sin cesar,
viene siempre de camino,
inmanente y trascendente como es.
El que vendrá,
al fenecer de los siglos.
Una y otra vez,
una y otra vez.
Este niño, ya nacido
tiempo atrás
de la carne
y el Espíritu,
en humana desnudez,
es hoy el que va a tornar,
es hoy el que va a nacer.
El Dios vivo
que se acerca
una y otra vez.
Una y otra vez,
una y otra vez.
La alegría de la lotería
La lotería
Hace ya muchos años, dentro de una serie de letrillas, entre líricas y críticas, que escribí para Navidad, escribí ésta, que, al parecer, todavía tiene vigencia. Le cambio sólo una rima.
Le cayó la lotería.
Desde entonces se volvió
una persona muy pía.
Cree que Dios se encarnó
ese día.