Archivo por meses: febrero 2014

Cuando se juega todo el sentido de la vida

Con motivo de la aprobación por el Senado belga del proyecto de ley de la eutanasia de los menores de edad y de su próxima discusión en el Congreso, la Conferencia episcopal belga, reunida en la asamblea de Grimberger -no dividida, como los partidos políticos, en flamencos y valones-, publicó un valioso y valeroso comunicado, preparado con la ayuda de varios expertos, sobre esa propuesta legislativa, sobre su oportunidad, su contenido, sus riesgos y sus consecuencias. Al tratar de su oportunidad-necesidad, recuerdan que en el pais vecino de Holanda existe una ley pareja desde el año 2006, pero que no se ha puesto en práctica casi nunca. En cuanto al contenido y sus riesgos, en la primera de las reflexiones, partiendo de la prohibición de matar, base fundamental de nuestra sociedad democrática, afirman que, al abrir la puerta a la eutanasia de los menores en casos límite, en lugar de la sedación y cuidados paliativos,  se corre el peligro de querer extenderla a los discapacitados, a las personas con demencia, a los enfermos mentales e incluso a quienes están cansados de vivir. Con el riesgo todavía mayor de cambiar el significado de la vida humana, haciendo que se conceda el valor de la humanidad sólo a los que son capaces de reconocer la dignidad de su propia vida, negándoselo a muchos otros. Se juega, pues, no sólo el sentido de cada una de las vidas, sino todo el sentido de la vida de la sociedad.

Homenaje a Markus Lüpertz

(En la Exposición de ML en el  Museo de Bellas Artes de Bilbao)

Schwarz ist keine Farbe.                                                                                                                 Weiss ist keine Farbe .                                                                                                                       (El negro es ningún color.                                                                                                               El blanco es ningún color).                                

Pero tú los juntaste al azul

del cielo y al verde de los valles;

al rojo de la sangre, al amarillo

del sol, la mantequilla y el otoño,

 y recreaste el mundo del color,

que es el mundo real y primigenio.

Poeta y músico en todas tus acciones,

tu pintura escultórica,

tu escultura pictórica

prolongan  sin rubor el mundo clásico

– Nefertitis, Judit o Ganimedes-,

que fue la Antigüedad,

sabia y solamente sometida   

al único ideal de la belleza,

que heredaron  tambien tus mediadores:

Goya, Pousin o Giacometti.

Tú, el más clásico de todos,

y el más rebelde

de los expresionistas,

en el trazo intenso de la mano

y en las estatuas

de cera, yeso, madera o bronce, gigantescas.

Escultor de gigantes,

has elevado al hombre hasta la altura

del arte,

el único creador omnipresente

que este mundo tolera.           

“El mundo sucede en las palabras”

 

Este hermoso verso titular es de mi amigo, el poeta catalán Santiago Montobbio, cuyo último libro tengo sobre mi mesa de trabajo. Ni él ni yo lo aplicamos sólo ni sobre todo a las muchas palabras de los debates del Estado de la Nación, que se desenvuelven estos días, sino a todas nuestras palabras, a todas las palabras de los humanos:

La vida transcurre mansa hasta que la asaltan. En cualquier
recodo de un camino donde estaban al acecho                                                                              de pronto aparecen y persiguen                                                                                                        y son cifra oculta y última                                                                                                                  del respirar que nos conforma.                                                                                                        Son aire, agua, alba. El mundo                                                                                                          sucede y se agolpa en las palabras                                                                                                   y la vida en ellas es mansa o es terrible                                                                                           y su verdadera profundidad alcanza.                                             .                                                                                                                                                                                                                                                                                                               

¡Vivan las Repúblicas españolas!

 

No sé, pero creo que a veces, por consolarme ante la crítica situación en Cataluña, repaso algunos textos históricos y los interpreto ahistóricamente, desde ahora y desde aqui, o simplemente aplico rudamente su literalidad a las circunstancias actuales. Es el caso del Pacto de San Sebastián, de 17 de agosto de 1930. Llegó a él un joven abogado catalanista de Acció Republicana Catalana, llamado Manuel Carrasco i Formiguera, alumno agradecido de los jesuitas, muy católico activo y muy nacionalista. Llegó con otros dos políticos catalanistas mucho más flexibles, pero él iba, como nos cuenta Alcalá Zamora, no ya con intransigencia de fondo, sino, además, con acritud de forma y sequedad de expresión, para dejarnos atónitos. Según Miguel Maura, otro de los presentes, Carrasco exigía la más absoluta autonomía para Cataluña. A partir del nacimiento del nuevo régimen, Cataluña recaba su derecho a la autodeterminación, y se dará a sí misma el régimen que le convenga. Tanto Alcalá como Maura, ex monárquicos, fundadores de la Derecha Liberal Republicana; como los republicanos Albornoz y Domingo, fundadores del flamante Partido Radical Socialista;  el republicano local Sasiain, futuro alcalde de San Sebastián, y el observador socialista Prieto se opusieron a tales exigencias, le explicaron su concepto de autonomía y federalismo, y le dejaron claro lo que estaban dispuestos a llevar a cabo entre todos. Y Carrasco debió de aceptar el consenso de la mayoria, porque en las elecciones generales del año siguiente, tras el plebiscito del Estatuto de Cataluña, fue con las siglas de su partido en las listas comunes y mayoritarias de Esquerra Republicana, que entonces no era independentista, sino catalanista, republicana y autonomista.- Unos meses más tarde, el ex coronel Maciá, convertido en independentista extravagante y agitador, proclamaba, el 14 de abril de 1931, en el palacio de la Diputación de Barcelona la República Catalana, una de las exaltadas quimeras de Maciá, según expresión de de Alcalá Zamora, con el sonsonete ultrafederal para las demás regiones. Se movieron con frenesí los nuevos políticos españoles, coaligados ya en el Gobierno republicano, para impedir por las buenas aquella locura. Y el día 16, tres nuevos ministros, el andaluz Fernando de los Ríos, y los catalanes Marcelino Domingo y Luis Nicolás D´Olwer (éste último, del mismo partido que Carrasco) volaron a Barcelona, y de aquel encuentro salió no la República, sino la Generalitat de Catalunya. El día 26, el presidente del Gobierno Provisional de la República Española, don Niceto Alcalá Zamora, visitó, con esos mismos ministros, la capital catalana, en olor y calor de multitudes. Tan exaltado fue el encuentro, que el mismo don Niceto, que no era ni siquiera federalista, llegó a escandir, en el mismo balcón de la Diputación, en un arrebato indigno de su habitual rigor jurídico, un estentóreo: ¡Vivan las Repúblicas españolas

“Alianza de Riqueza y Clero”

 

En su conferencia del Ateneo de San Sebastián, el 29 de abril de 1930, el ex ministro de la Monarquía y futuro presidente de la Segunda República, el prestigioso jurista Niceto Alcalá Zamora, aludía a la alianza  de Altar y Banca  -una especie moderna de la tradicional de Altar y Trono-, y la describía como alianza formidable, pero a la vez absurda, heterogénea e ineficaz para resistir el temporal que se acerca y que, ya en verdad, descarga. Don Niceto, católico liberal, confeso y profeso, da sus razones: Si consultáis a un hombre de negocios, os dirá que en esa compañía, es fácil la quiebra completa; lo más probable, la disolución, por pérdida cuantiosa de capital; el supuesto más optimista, la liquidación sin ganancia alguna: ¡un mal negocio! Si el consejo lo pedís a uno de los pocos tácticos que permanezcan en el lado de la reacción, él os dirá que con huestes tan dispar (sic) no se libran batallas; que las marchas y los movimientos de los unos y de los otros no pueden acompasarse; que se daría el mando a soldado demasiado prudente para el ataque, o demasiado fanático para la espera. Y, si acudís a un pastor de almas, él os dirá que el reino de Dios es mucho más amplio; que aquel Dios de los Ejércitos de multitudes, (es) de desemparados y que cuando se acerca, próximo ya el misterio de la Pasión, a los alrededores del Templo, levanta su santa indignación la proximidad de tenderetes y de mercaderes (Aplausos)”- Con este lenguaje barroco y esta sintaxis retorcida de  abogado facundo y verborrrero, tan propios suyos, quiere dar otra versión actual de la tradicional Altar y Trono, Iglesia y Monarquía, catolicismo y poder, riqueza y clero, vigente en largos sectores de la España de la Restauración, de la Dictadura y de la Dictablanda. Fiel a su fe y a la Iglesia que él quería dentro del nuevo estado de cosas, dimitió de la presidencia provisional del nuevo régimen ante el sectarismo perseguidor del artículo 26 de la Constitución, aunque luego, siendo presidente elegido de la Segunda República, su obstinado interés por un Centro hecho a su medida y bajo su férula, le distanció de todos, acabando solo y abandonado por la derecha y la izquierda. Preconciliar, diríamos hoy, y hombre de buena voluntad; con muchas dotes de hombre público, y mediocre político.

Barcina / Gillotina

 

Ciertos regeneradores que tenemos en Navarra, que hasta hace poco eran asesinos o amigos de los asesinos de ETA, han escrito en una fachada, a la entrada de Etxarri Aranatz, con trazos de color verde sobre fondo blanco, este lema, al parecer regenerador, para aviso y lección de todos lo que lo vean: BARCINA / GILLOTINA. (Por cierto, si está escrito en castellano, está incorrectamente escrito, como es evidente; y, ¡si ha querido escribirse en euskara, también, porque guillotina se traduce por gilotina!). El pareado es, por otra parte, perfecto. Seguramente, dada su pasión por la regeneración del pueblo navarro, inventaron este lema audaz como parte del intento de regenerar esta degenerada sociedad a través de una moción de censura contra la presidente del Gobierno de Navarra, que los acercara o los llevara directamente al gobiernito tenemos, que diría Sancho. El lema, la verdad, es digno de sus autores, marca resplandeciente de la casa.

¡A otro perro con esos huesos!

 

¡A otro perro con esos huesos! No se me ocurre comentario ni más castizo ni menos respetuoso, para saludar a los verificadores, peones de propaganda pagados no se sabe por quién, que nos visitaron ayer en Bilbao, acompañando el retablillo de la farsa de dos encapuchados de ETA y unas cuantas armas, con las que quieren exigir compensaciones a su odiado Estado Español. Deben de pensar que esto es Irlanda del Norte, Líbano, Suráfrica o Sri Lanka. ¡Se han confundido de geografía y de historia!

Aciertos y desaciertos en las Cortes

 

Creo que acierta UPyD cuando fuerza a PP y PSOE, al mismo tiempo que acuerda con ellos, a pronunciarse por vez primera en el Congreso frente al reto independentista del Gobierno catalán. Aciertan PP y PSOE cuando, por fin, votan unidos en tema tan crucial. Acierta el PSOE al traer a mandamiento al caótico PSC-PSC(PSOE). No acierta Rubalcaba cuando, una vez más, se empecina en atribuir al federalismo -que cada grupo federalista, como es ya tradición en la historia e España, entiende a su manera- todas las venturas y todas las soluciones. Acierta, en cambio, al ofrecer a los federalistas catalanes, que teóricamente son bastantes, alguna pinta de solución o de salida en su laberinto. Desacierta el PP, como ha desacertado siempre, en una política de comunicación acerca de Cataluña como acerca de casi todo. Y acierta el Gobierno en su laconismo respecto al problema catalán, desoyendo el vocerío de la extrema derecha y la ingenuidad de los que le piden diálogo y siempre diálogo, cuando el patético presidente autonómico Mas no quiere diálogo, sino referendum.

Kelvin Doe

 

Me encanta leer reportajes y noticias de personas pobres, y más si proceden del llamado tercer mundo, o del cuarto mundo dentro del primero, que son capaces de superar las peores circunstancias y se lanzan al mundo de la ciencia, el arte, la política, el altruismo. Son no sólo una prueba de la mejor humanidad, sino un poderoso acicate para el trabajo, la confianza y la esperanza de todos nosotros. En una serie sobre niños prodigio encuentro a Kelvin Doe, un adolescente pobre de Sierra Leona, el país más pobre del mundo, que a los once años revolvía los vertederos de la capital en busca de material electrónico. Kelvin, el menor de cinco hermanos, trasteaba por la noche hasta el amanecer con diales, transistores, microchips… Empecé arreglando -dice- las radios de mi barrio. Gratis. En Freetown, una radio es la cosa más valiosa del mundo. Un anciano se enfadó porque no supe arreglar la suya y quería pegarme. Me fui corriendo a casa  y mi madre se enfadó aún más. Me prohibió arreglar más radios. Kelvin se dedicó entonces a fabricar generadores y baterías. Y más tarde, amplificadores, micrófonos, una mesa de mezclas… Montó su propia emisora de radio. El pasado verano, fue invitado por el MIT para trabajar en proyectos de ingeniería. El MIT es el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la prestigiosa universidad privada de Cambridge (USA), con 80 premios Nobel en su haber,  y la escuela de ingeniería mejor del mundo.

Las Hurdes

En la conmovedora película de Luis Buñuel, Las Hurdes: Tierra sin pan (1932), que nos ofreció la Filmoteca navarra, no había alusión alguna a los intentos anteriores de regeneración de esa comarca superior de Extremadura. Situada al norte de la provincia de Cáceres, limítrofe con el valle de las Batuecas (Salamanca), zona montañosa de casi 2.000 kilómetros cuadrados, atravesada por siete riachuelos de agua fresca y limpia, estaba entonces habitada por unos 8.000 residentes en 46 aldeas y alquerías, que formaban cinco ayuntamientos. Ya en en 1892, el doctor Bide, que la visitó, por encargo de la Sociedad Geográfica de Madrid, presentó un informe sobre ella. Miguel de Unamuno, que recorrió en 1913 casi la mitad de sus núcleos de población, acompañado por dos intelectuales franceses amigos, uno de los cuales ya los había visitado, escribió un largo y curioso artículo, en el que reconocía la buena labor que habia desarrollado, en años anteriores, el obispo local, Francisco Jarrín, pero no conocía, al parecer, otra muy anterior, del también obispo de la misma diócesis, Juan Porras y Atienza, al final del siglo XVII y comienzos del XVIII. Monseñor Jarrín fundó la sociedad Esperanza de las Hurdes, que en 1908 organizó el I Congreso de Hurdanos y hurdanófilos, mucho más eficaz, al decir de muchos, que el recientemente celebrado, en 1988. Lo que casi nadie recuerda, y ni siquiera Wikipedia lo menciona, es la posterior obra llevada a cabo en la comarca por otro obispo de Coria, el célebre, posteriormente, arzobispo de Toledo y cardenal, Pedro Segura y Sáez, y que nos cuenta el interesantísimo libro de Santiago Martinez, Los papeles perdidos del cardenal Segura. Es el caso que aquel intransigente prelado tradicionalista burgalés, molesto en sus sedes de Toledo y Sevilla para muchos, expulsado de España en junio de 1931 por el Gobierno de la República, hizo, en la primavera de 1921, su segunda visita pastoral a las Hurdes, después de visitar su catedral, a los dos días de ser nombrado obispo de la diócesis de Coria. De su viaje, acompañado por dos eclesiásticos de confianza, dio cuenta, unos meses más tarde, a finales de febrero de 1922, en tres conferencias públicas, que dieron mucho que hablar. Tanto, que el Gobierno de la Monarquía encargó una visita y un informe a cuatro científicos -entre ellos el doctor Marañón- y al conde de la Revilla, elegido por el distrito del que eran parte las Hurdes, y un avance del cual se hizo público en junio de ese mismo año. En las primeras semanas de mayo, el prelado Pedro Segura había vuelto allá para distribuir las limosnas y los objetos litúrgicos donados por los fieles para las pobres iglesias hurdanas. También ese 3 de junio, el conde de la Revilla interpeló, solemne, al Gobierno y pidió escuelas nacionales, caminos vecinales, ambulatorios…, para terminar con el estado deplorable, vergonzoso de atraso y de abandono de Las Hurdes: no había allí un médico, ni un practicante, ni una farmacia, ni un camino vecinal, y apenas escuelas e iglesias, pero sí hambre, cretinismo y bocio. El interés por las Hurdes en toda España fue mayor que nunca. El siguiente día 20, llegó nada menos que el rey Allfonso XIII, escoltado por el ministro de la Gobernación, por varios de los científicos de la anterior comisión -Marañón entre ellos-, un periodista y un fotógrafo, y durante cuatro días recorrieron la comarca en el habitual y único medio de locomoción que eran por aquellas fragosidades las caballerías. Allá volvió de nuevo a acompañarlos en algunas ocasiones, sobre todo en las visitas a los templos, el obispo Segura, quien, el día 24, firmó un informe sobre las necesidades de la desgraciada comarca. Lo más original fue su petición de un hospital, de un asilo para ancianos, así como de una cooperativa de productos y de un cuartel de la guardia civil. El 18 de julio siguiente, se creaba el Real Patronato de Las Hurdes, presidido por el rey, vicepresidido por el obispo Segura, y compuesto por casi todos los científicos que las habían visitado, además de otras autoridades locales y nacionales. Pero la imprecisión de la financiación requerida y de las competencias del mismo Patronato, delegadas por los distintos ministerios, truncaron su eficacia.  Luis Buñuel, en su célebre película, mostró una tétrica realidad estática, que parecía no haber cambiado en nada. Algo hizo después la República, que llevó hasta allí alguna escuela y hasta La Barraca. Los planes del franquismo, con sus repoblaciones forestales y el plan de Fraga, Las Hurdes-1976, poco consiguieron también. Los nuevos pinares ardieron en gran parte, rechazados por los íncolas hurdanos, que sentían amenazados sus pobres terruños, sus escasos viñedos y olivares, y los terrenos de las mil flores para sus panales de miel. La visita real se repitió en 1998, con mucho menos sorpresa que la anterior y con alguna mayor eficacia. Con fondos del FEDER europeo, en fin, se han llevado a cabo los mejores planes del desarrollo rural, promoviendo sobre todo el turismo rural en algunos de los puntos claves de los núcleos de población, reducidos ya a 39, y con con un tercio menos de población.