Archivo por meses: abril 2015

Haydn

 

Concierto en Do Mayor de Haydn

(solista, Leticia Moreno)

 

       Un diálogo intenso entre ángeles jubilosos.

       Un arcángel entona una sutil plegaria.

       Y ángeles y arcángeles se ponen a danzar.

 

¿A quién votar?

 

           No suelo mezclar lo que escribo aqui con lo que escribo en otras partes, pero esta vez las cosas coinciden. Acabo de escribir para DN un artículo con este título provocador,  que es el tema de los temas de toda esta larguísima y tediosísima pre-campaña electoral.  Distingo la ración del postre, los asuntos institucionales de las políticas de cada día, lo que admite acuerdos habituales y lo que no, y pondero el hecho de que varios partidos, viejos y nuevos, se oponen, en puntos esenciales, al Amejoramiento del Fuero, a la Constitución y a los Tratados de la Unión Europea, “detalle” que apenas aparece en la precampaña ni en la campaña, que suelen ser tan vulgares como las personas que la llevan a cabo. Digo mi decepción profunda con Podemos, y la ignorancia supina del Régimen Foral en Ciudadanos y UPyD, curiosamente partidos inspirados o patrocinados por intelectuales (racionalistas abstractos y mal conocedores de la historia). Lamento la ruina del PSN-PSOE, abocado al quinto lugar, al que lo arrasstró una dirección unánime en el error durante dos décadas -desde 1986 no ha ganado una sola elección-. infantilmente izquierdista, a veces revanchista, a veces arrimada al confederalismo / independentismo vasco, que lo ha superaado ya con creces, queriendo repetir el disparate catalán, con tal de llevarse un bocado a la boca. ¿A quién votar? Si no existen para muchos los “mejores”, que voten a los “menos peores”, pero que voten.

Funerales de Estado y otros funerales

 

         Funerales de Estado debieran ser aquellos funerales organizados por el Estado de una Nación, que busca de la manera mejor y más democrátíca honrar la memoria de aquéllos por los que se celebra. Otra cosa son los funerales organizados por la Conferencia Episcopal, por una Diócesis o por una Parroquia. Debiera ser normal que un Funeral de Estado se celebre en un palacio, un estadio o una catedral -como el último celebrado en la catedral de Colonia-, y que, si están de acuerdo los familiares, participen en él los ministros de la Confesión o Confesiones  correspondientes. Esto se hace en todas partes, excepto cuando la persona o persona muertas hayan expresado antes de su  muerte una voluntad contraria, o los familiares de los difuntos, por ateos, agnósticos o cualquier otra causa, así lo deseen. y lo manifiesten.- Voy más lejos. Ya es hora de que la misa deje de ser una conditio sine qua non  de todo funeral católico. Si la liturgia eucarística solemne puede ser espléndida para muchos, para otros muchos puede ser demasiado larga, demasiado rígida, demasiado aburrida, y un sí es no es discriminatoria por aquello de la comunión, que hasta las televisiones, cuando la trasmiten, suelen ocultar. Cuántas veces, con ocasión de funerales masivos, v.g., por accidentes de  varia naturaleza, que suelen ser para la gran mayoría meros actos sociales, o funerales de personas públicamente alejadas de la Iglesia, y hasta enemigas de la misma, y mandados hacer por familias piadosas, he pensado qué bien estaría en vez de un funeral clásico una  breve paraliturgia bien hecha -como se hace en muchas bodas-, con participación de familiares y amigos, que dejara un agradable recuerdo, también religioso, a todos, y  no … no una misa impuesta a la mayoría, que ni la entiende ni la quiere, con homilías casi siempre ridículas, convertidas en elogios fúnebres desaforados y muchas veces injustos. Lo único que se va consiguiendo así es que cada vez haya más gente que prescinda del rito católico y se busque otros funerales laicos más adecuados a la realidad.- Funerales de Estado y funerales de estado civil / social / popular, que hay que repensar, rehacer y renovar.

El Quijote de Pierre Menard

 

         Ahora que aún estamos en la onda de homenajes a Cervantes y a  su mejor creatura, El Quijote, y al final de la Semana de homenaje al Español, me acuerdo del autor inventado por Borges, el escritor simbolista de Nimes, Pierre Menard, que en el siglo XX escribió muchas páginas que coincidieron, palabra por palaba y línea por línea, con las de Miguel de Cervantes. Es el sueño de muchos de nosotros, lectores y admiradores empedernidos de su genio. Lo hizo Menard, según  el prodigioso imaginador argentino, desgarrando para eso miles de páginas, con la técnica del anacronismo deliberado y de las atribuciones erróneas. Un Quijote exactamente igual que el  cervantino del siglo XVI, pero sin copiarlo, creándolo él mismo, desde su tiempo y lugar, en un imposible esfuerzo sobrehumano.

Romería a Ujué

 

         Entre las muchas romerías, celebradas sobre todo durante los meses de abril, mayo y junio en Navarra, y de las más visiblemente penitenciales -Roncesvalles, Trinidad de Lumbier, San Miguel de Ízaga, Javieradas, Ujué… -, ésta última es tal vez la más sonora, la más popular y multitudinaria.

El domingo siguiente a la festividad de San Marcos, los romeros de Tafalla, Beire, Pitillas. Santacara y Murillo el Fruto visten túnica negra sujeta por un cordón, se cubren la cabeza con una caperuza, negra  también, y llevan sobre sus espaldas la cruz de madera, entre cantos propios de cada pueblo y el rezo del rosario. Los encabezan las crucdes de las parroquias, sacerdotes y autoridades municipales. Y a todos, el árbol florido de la cruz.

Sostiene la tradición  que la primera romería llegó hasta Ujué desde Tafalla, cuando la ciudad del Cidacos se hallaba sitiada por los moros.

Desde el crucero del siglo  XVI, llamado cruz del saludo,  saluda a los romeros la Virgen del Calvario, que imita y anuncia a la majestuosa imagen románica venerada en el santuario.

Caminan los romeros entre las piedras doradas de Ujué, revestidos de siglos pasados, junto a quienes los precedieron, penitentes a fuer de hombres, con la esperanza verdecida como cristianos del común:

           Vida y dulzura, esperanza nuestra,
                                                                           Dios te salve.

La vuelta de los romeros de Tafalla a la iglesia de Santa María es más que un espectáculo. A eso de las nueve de la noche, oír desde la plaza de la iglesia a los romeros que cantan las avemarías por las últimas calles empinadas, para entrar en el templo abarrotado cantando la letanía mariana y terminar con la Salve clamorosa, es hondamente conmovedor. Hasta los polìticos agnósticos y ateos no se pierden la comitiva desde la puerta al altar mayor.

“La religión no tiene nada que decirnos”

 

         El eminente físico canadiense James Peebles fue uno de los científicos que predijeron la existencia en el universo de  una radiación cósmica fósil, una especie de eco del Big Bang, que en 1964 dos ingenieron de la compañía Bell Labs, Robert Wilson y Arno Penzias, que se ganaron el premio Nobel de Física, llegaron a identificar. Peebles ha estado en Madrid para hablar sobre El descubrimiento y la expansión del universo. Admirador del físico belga George Lemaître, sacerdote católico, profesor de Lovaina, uno de los padres del Big Bang, ha recalcado algo que debiera ser ya aun axioma aceptado por todos: que la religión no tiene nada que decirnos [a los físicos], y los físicos no tienen nada que decir a la religión. Son ámbitos diferentes y mucha gente se siente cómoda con eso. Y Peebles recuerda lo que llegó a decir Lemaître: Si un creyente quiere nadar. es mejor que lo haga igual que un no creyente.- De todos modos, bueno es recordar que hasta hace bien poco uno de los argumentos cotidianos del ateísmo y del antiteísmo era decir, siguiendo al Estagirita y a su discípulo Averroes, que el mundo era eterno, sin principio ni fin. Es natural por eso que los creyentes se sientan también cómodos con la reciente convicción científica de que el mundo tuvo principio (Big Bang) y que el mundo acabará (Big Crunch). Lo que no contradice para nada las sabias palabras del físico canadiense.

Milagro

 

          Tras la nevada abrileña de los cerezos en flor,  la capital de la cereza en la Ribera, Milagro –miraculum– es mirador admirable en el entrerríos, entrambasaguas o mesopotamia del Aragón y del Ebro.

Farallón de yesos o, más soñadoramente, proa del barco fluvial equipado, con las  velas recogidas de los pinos, y el mástil de la torre gótico-renacentista-decimonónica de Nuestra Señora de los Abades.

Hoy mirador gozoso e incitante sobre huertas fértiles, sobre sus cerezales, los paredones inestables del torreón prismático de piedra y argamasa -el miráculo– nos recuerdan que nuesrtros reyes cristianos lo eligieron certeramenrte para vigilar la plaza musulmana de Tudela y sus razzias terribles a través de la segura ruta de los ríos.

El sol le hace mirarse peligrosamente en el agua, pero le dora y asegura a la vez las torrecillas barrocas de la basílica del Patrocinio y los aleros, las arquerías y los blasones de sus palacios dieciochescos.

El cementerio mediterráneo

 

              Desde que  el papa Francisco empleó la metáfora en su resonante  viaje a Lampedusa, todos la uitilizan ahora como si fuera invención propia. Como era de temer desde hace mucho tiempo, nuevas catástrofes humanas han seguido a las anteriores y seguirán siguiendo, mientras haya todo un continente, como África, que quiera saltar hasta Europa y se añada a ello medio Oriente Medio que, huyendo de la honda crisis interna que lo corroe y destruye, pretenda hacer lo mismo. La inmigración hacia Europa es desde hace muchos años el primer problema polìtico de la Unón Europea y ésta ha estado muy lejos de darle esa importancia y de diseñar siquiera una salida, que no una solución. Salida que compromete, penetra y condiciona todas las políticas: la económica, la de cooperación y desarrollo, la diplomática, la defensiva… No en el peor de los casos, y si esas políticas no se ponen inmedIatamente en marcha, corremos el riesgo de tener que ir abriendo campos de refugiados, a la manera de Líbano, Jordania o Turquía, en países europeos como Grecia, Italia, Chipre, Malta, España y hasta Fancia, de los que partirán ríos de gente hacia los paises del Norte. Todos los Estados de la Unión y de fuera de la Unión se verán gravemente afectados. Peor para ellos, si ahora mismo no tratan el problema de la inmigración como su primer problema.

Cuento soñado

 

            Tenía prisa y cogí automátiamente el paquete, en forma de envoltorio, que me habían traído esa mañana y bajé a buen paso desde el segundo piso de mi casa. Estaba oscureciendo, Al salir a la calle, miré hacia arriba y vi que había luz en la cocina. Entonces sentí que no habia saludado a mi madre y me prometí volver pronto para hacerlo.

Tuve mi primera sorpresa cuando, a los pocos metros, me encontré con la tía Marina, vecina de mi casa, quien miró hacia el envoltorio que yo llevaba en mi mano derecha y se puso a llorar desconsoladamente -¿Qué llevas ahí? ¿Qué llevas ahí?, comenzó a gritar. Pero yo tenía prisa, no suelo hacer mucho caso a la tía Marina, y seguí mi camino, bordeando el regacho, por el estrecho camino que corre parejo a casa Sabino, para salir al rellano de los plátanos frente a las askas de la fuente. Allí me encontré con Merceditas que me djo venía al teléfono público. Pero en esto miró hacia el paquete que yo llevaba algo disimulado en mi mano derecha y comenzó también a llorar desesperadamente y a gritar: ¿Qué llevas ahí? ¿Qué llevas ahí?

 Esta vez sentí un fuerte calambre en mi mano derecha y tuve que dejar el paquete-envoltoriio que cayo al suelo haciendo un enorme ruido. Eché a correr carretera abajo y llegué hasta casa Pardo, mientras se hacia noche negra de repente.

Eran las cinco de la madrugada. Encendí  el foco de la mesilla y recordé que sólo había cenado una manzana para tomar la couldina contra la congestión. Tal vez tenía un poco de fiebre. Luego pensé sí acaso  fue el negro cuento de Ambrose Bierce, Aceite de perro, que leí a comienzos de semana. No había manera de reatrapar el sueño.