Viñedos y vendimia

 

Este año, llegué tarde a la viña abandonada, que vendimio todos los octubres, y tuve que contentarme con las escuálidas uvas blancas que aún supura otra viña contigua más abandonada aún , invadida por la maleza. Espero todavía racimar con éxito en las suculentas viñas riojanas.

El vino ha sido desde siempre un producto principal navarro, y después del cereal, la segunda fuente de ingresos de nuestra agricultura. Las excavaciones han ido descubriendo bodegas en las villas romanas de Liédena, Falces, Funes o Arellano. Los exteriores e interiores de nuestras iglesias románicas, góticas y barrocas se adornan frecuenemente con uvas, parras y escenas de vendimia. Poco antes de la terrible filoxera, que destruyó nuestros viñedos desde 1890, se rozaron las 50.000 robadas de plantación, donde reinaba la garnacha, la mazuela y la tempranilla, que daban aquellos recios caldos tintos, altos de grado y de fuerza.

La creación de bodegas cooperativas -la Olitense, en 1911, fue la primera de Navarra y una de las primeras de España- impulsó decisivamente la recuperación y el mejoramiento de nuestras viñas.

Muchas generaciones de navarros han participado en las tareas rituales del abono, poda, sarmenteo, cultivo, desforrecino, deshijuelo, sulfatamiento y vendimia. Ésta úiltima era una fiesta, la fiesta familiar más alegre del año agrícola: la preparación de la bodega y los lagos, el madrugón, el tajo, las cestas y las tijeras, las comportas, el acarreo, el pisar las uvas, la cena en común, el vaciar los lagos, la prensa de la pasta, las cubas, el chiquiteo casero, la compra-venta del vino, muchas veces forzada por la pobreza… Después, las bodegas comunales cambiaron mucho el rito artesanal y familiar, y la modernización actual, con las altas viñas emparradas, la vendimiadora mecánica, el transporte mecánico, los depósitos metálicos… lo han hecho desaparecer casi del todo.

Aún queda lo esencial. E cultivo amoroso de la vid durante todo el año. La belleza y el gusto, únicos, de la uva. La cata, en la que la vista, el olfato y el gusto arrastran al cuerpo y al espíritu al común festín:

Como el amor. Lentamente                                                                                                                           elvino se va filtrando                                                                                                                                     dulcemente enamorando                                                                                                                                 los sentidos y la mente.