La corrupción propia no quita votos

 

         Conocemos en todo el mundo muchos casos de corrupción parcial y hasta generalizada, que no quitan votos, sino que dan y mantienen Gobiernos y Regímenes por tiempo indefinido. Ahí está el sempiterno Partido Liberal Democrático de Japón. O el Partido Socialista de Valonia. O el RPR de Chirac. O casi todos los de Italia. O  CIU y PSC en Cataluña. O el PP de Valencia, Baleares y Madrid. Y vamos a Andalucía. Yo he oído no pocas veces, en Andalucía y en Navarra, que cuando es… para el partido, todo es bueno, ¿por qué no?. Y en Andalucía el apaño, la sisa, el engaño, la engañifa, el fraude, el robo,  la extorsión, el cohecho…  la corrupción pura y dura ha sido no sólo en favor del partido -ahí está la recién detenida Irene Sabalete amenazando a funcionarios de la Junta si no hacían propaganda para el PSOE-, sino en favor del sindicato hermano; de los sindicatos en general; de las asociaciones cercanas; de las coperativas; de todos los trabajadores de una o varias empresas, con los empresarios al frente; de pueblos enteros… Una tupida red de intereses particulares viviendo de los cientos, de los miles de millones de euros del interés general: los ERE o los Fondos de Empleo, ¿qué más da? ¿Cómo no van a votar a quien es responsable de esa permanente bicoca, o a quien la permite, o  a quien no la impide? ¿Corrupción? ¿Por qué corrupción? ¿Por qué no colaboración, coordinación, cooperación? ¿No lo hacen los demás? ¿No lo hacen todos? ¿No lo han hecho los ricos toda la vida? En todo caso, bien está que se denuncie la corrupción de otros, la corrupción de los señoritos con nombre y apellido, de Madrid o Barcelona, Pero la nuestra, la del pueblo honrado…, ¡no por Dios y María Santísima!