Campos de colza

 

         Nadie diría que una planta resultante de la hibridación natural de una col y un nabo pudiera dar esa viva encarnadura casi gualda, que interrumpe galantemente el monótono perfil verde-verdusco de los campos navarros de la Baja Montaña y Zona media en los meses de abril y mayo.

En los primeros ochenta comenzó a cultivarse tímidamente en Obanos y en la Valdorba, en su variedad de primavera.

La producción de colza, rica en aceite y proteína, adaptable a la mayoría de los suelos, no ha hecho más que crecer en toda la Cuenca de Pamplona, en Tierra Estella y en toda la Ribera Alta.

Más limitado es el cultivo de girsaol, variedad pipa negra, destinada a la producción de aceite en el mismo espacio navarro; cultivo alternativo para romper el ciclo del cereal y mejorar los terrenos. Cabecitas y cabezotas locas en torno al sol, que las dora primero y las abrasa después. Encendidos relojes de las muñecas del viento, que marcan al revés la hora solar.

Me quedo mirando esas sernas recién aparecidas, luminosas, esplendentes, erguidas, coquetas, rozagantes, en las que el cielo azul, el blanco níveo de los cúmulos y el casi gualda de la colza pintan una bandera natural que simboliza la pacífica y ubérrima patria de abril y mayo.