Dos nuevos lemas electorales

 

El Sí podemos, traducción literal del americano Yes, we cann, no se aparta del círculo reducido del pragmatismo de la fuerza, ni escapa del espacio dominado por la aspiradora absorbente del poder. No tiene en principio nada de regenerador. Cambiémoslo por el Sí debemos, dentro del ámbito humanista de la ética y la moral del hombre personal y colectivo.

El  omnipresente signo gramatical del Cómo, útil dialéctico político del que echan mano todos los realistas,  posibilistas y antiutópicos, siendo tan necesario para andar por elmundo finito del hombre, es corto de vida y escaso para la acción. Cambiémoslo o, mejor, completémoslo con los mucho más exigentes y trascendentes Por qué y Para qué.