Si el aborto fuera un derecho, como quiere hacernos creer el anteeproyecto, aprobado por el Gobierno español, el aborto debiera ser no sólo elogiado, sino proclamado, protegido y promovido, como cualquier otro derecho. Pero no lo es. Le falta la cualificación moral. Podrá ser legal, no sancionable, eximido de tal o cual penalización… Pero no derecho.