Europa está en mi sangre

Ahora que Europa no parece signficar para muchos más que primas de riesgo, planes de recortes y disciplina de presupuestos, alivia y emociona leer poemas como el de Santiago Montobbio en el libro que ya cité hace unos días:

Europa está en mi sangre. Italia
y Francia
en mis primeros apellidos. Pero no sólo Italia
y Francia: Europa toda, el brumoso norte y la tierra
eslava,
la vieja centroeuropa, Inglaterra, Escocia, Alemania
y el Mediterráneo
más recóndito y primero de Albania, donde las tres
culturas aún alientan,
y nuestra madre Grecia. Europa, Tierra,
pero también espíritu,
leyenda,, una comunidad natural de corazones
y respiros,
una fuerza, quiza un destino. Europa está en mi
sangre,
en mi sangre me llama, la puebla y la convoca,
en sus latidos, en su curso. De ella soy, a ella
siento
en esta Barcelona vieja que en Europa es modesta
pero en ella se ovilla y la atraviesa. Cataluña
también antigua y cierta, España valiente y triste,
como un fruto de sí misma desprendida
ydesparramada por el mundo. Europa. Tantas
historias, tanto arte, tiempo, belleza y palabras.
A Europa en cada golpe de la sangre siento.
Hacia ella voy, ella me llama. Es lo que soy,
lo que entiendo. Es exactamente
adonde pertenezco.