Este hermoso verso titular es de mi amigo, el poeta catalán Santiago Montobbio, cuyo último libro tengo sobre mi mesa de trabajo. Ni él ni yo lo aplicamos sólo ni sobre todo a las muchas palabras de los debates del Estado de la Nación, que se desenvuelven estos días, sino a todas nuestras palabras, a todas las palabras de los humanos:
La vida transcurre mansa hasta que la asaltan. En cualquier
recodo de un camino donde estaban al acecho de pronto aparecen y persiguen y son cifra oculta y última del respirar que nos conforma. Son aire, agua, alba. El mundo sucede y se agolpa en las palabras y la vida en ellas es mansa o es terrible y su verdadera profundidad alcanza. .