Cristianos defienden a musulmanes

 

      Por salvar de una muerte segura en sus templos y locales a varios cientos de musulmanes -partidarios del derrrocado Gobierno anterior, presidido por un musulmán-, acosados y perseguidos por grupos rivales armados, varios sacerdotes católicos, la mayoría indígenas, se jugaron recientemente la vida en la República Centroafricana, donde los musulmanes son tan sólo el 15 por ciento de la población. Y se la jugaron, exponiendo sus cuerpos delante de los agresores, hasta conseguir que los perseguidos fueran entregados a las fuerzas de la ONU, que patrullaban por la capital, Bangui.  Algunos de esos musulmanes, protegidos ahora por responsables cristianos, habían pillado, incendiado y destruido recientemente templos de comunidades cristianas, cuando tenían el Gobierno del país en sus manos. En esa misma capital, las quince parroquias cristianas y algunas comunidades religiosas han llegado a albergar a 300.000 personas desplazadas, que huían del enemigo dispuesto a todo. Sacerdotes diocesanos, combonianos, jesuitas, carmelitas…, amenazados por unos y por otros, en determinados momentos, han demostrado coraje, habilidad y temple sereno para salvar, de un modo u otro, todas esas vidas, llegando a proteger tan sólo en el monasterio de las Bienaventuranzas a 70.000 personas durante los pasados meses de enero y febrero. El arzobispo católico acogió en su vivienda desde el mes de diciembre, en lo más álgido de la crisis política, al imán de la ciudad. Los dos actuaron como auténticos heraldos de la paz mutua y de la paz entre todos.- A uno le alegra y le “enorgullece” contemplar esta ejemplar actuación cristiana, que no es la única, ni mucho menos, en el atormentado continente africano. Y le gustaría poder leer dentro de poco alguna actuación similar de musulmanes -que, sin duda, la habrá- salvando o intentando salvar vidas de cristianos, amenazados, acosados y perseguidos frecueentemente hasta la muerte, en países de mayoría islamista.