Playa La Almadraba
El mar
no puede parar.
No sólo ser,
sino estar.
*
Si no existiera el mar,
¿quién podría soñar?
¿Cómo soñar
sin el mar?
*
Si al mar lo mueve
la luna nueva,
¿qué no hará
la luna llena?
*
Siempre nos tiende el mar
sus finas manos,
y nos requiere a veces
con sus abrazos.
*
“A la mar fui por naranjas,
cosa que la mar no tiene”.
Y me volví con las olas
del árbol de la corriente.
*
Dos mundos que nunca
se encontrarán:
el cielo
y el mar.