Ay, si yo pudiera,
al menos, algunas veces,
escribir en letras de silencio mis palabras,
decirlas en el silencio,
que nunca hiere,
que todo lo interpreta,
que todo lo sugiere.
Decir en el silencio,
amigo y leve,
todo lo que letra y voz
no pueden
decir.
En ese
silencio de Dios,
que calla y crea,
que calla y mueve,
calla
y sostiene.