Tal vez ahora, con Obama, hijo de kenyata, en la presidencia USA, África vuelva más fácilmente al escenario internacional. Mientras, estos días pasados, todos estaban pendientes, y con toda razón, de lo que ocurría en Gaza, nadie volvía la vista hacia las guerras interminables, sin prensa y sin historia, del Congo, Somalia, Sudán, Uganda… y hacia los desastrosos efectos dejados por la guerra en Angola, Mozambique, Ruanda, Burundi, Congo otra vez, Liberia, Sierra Leona, Chad… Ya no se trata del café, té, cobre o algodón. Ahora los incentivos y los objetivos se llaman petróleo, gas, bauxita, manganeso, oro, cobalto, uranio, diamantes. Ah, y el preciado coltan (columbio-tántalo), componente esencial de nuestros ordenadores, teléfonos móviles, reactores nucleares, etc. A las potencias coloniales europeas se han sumado desde hace tiempo China -casi 40.000 millones de euros anuales en comercio bilateral-, India, Pakistán, Rusia, Japón y hasta Brasil, que hacen para su provecho lo que los paises africanos debieran hacer para intentar salir de su desarrollo: transformar en el lugar de origen y exportar con valor añadido los productos propios. Hoy muchos paises de África esán más atrasadas respecto a otros países en vías de desarrollo -p. e., los asiáticos- de lo que estaban el dia de su independencia. Por otra parte, el año 2007 expiraron los acuerdos preferenciales que mantenía la Unión Europea con sus ex colonias de África,CaribeyPacífico – la organización ACP, en la que trabajé como parlamentario europeo-, lo cual ha causado un desastre económico para los países africanos, que con la pérdida de las tarifas aduaneras perderán hasta el 10% de sus ingresos anuales. Muchas fábricas y pequeñas empresas tendrán que cerrar. Y los mercados africanos se llenarán, todavía más, de arroz, huevos, aceite, pollos o cebollas…, importados de Europa a precios más baratos que sus propios productos. África esquilmada.