Antonio López y Serrat

 

Y viene ahora el españolísimo pintor Antonio López, y cuando le preguntan por Cataluña, se limita a ponderar lo bien que le tratan allí y lo buenos que son. Y, como que sí como que no, y sin que le pregunten más, pone él mismo un pésimo ejemplo referido a la grave cuestión política de estos días: que si él tuviera un hijo que quisiera emanciparse, no se opondría a sus deseos. ¿Heroico, verdad? ¿Oportuno y congruente, verdad? Pues, éste es el patriotismo y el civismo de divos como Antonio López y de otros Lópeces como él. Y Serrat, el glorioso Serrat de estos días, siempre mimado en toda España, ¿qué dirá, después de haber callado tanto, sobre la pretendida independencia de Cataluña? ¿Acaso que él, de madre aragonesa, es tan español como catalán?, ¿que él está encantado en España?, ¿que él no se imagina una  España sin Cataluña?… Quiá. Lo que podría temerse: que ¡es necesaria la consulta en Cataluña! (Quiere decirse: que tiene «derecho» a la autodeterminación). Y éstas tenemos. Y si personajes como López y Serrat son tan valientes como para decir eso, ¿qué podemos esperar de cualqier otro, catalán o no?