Las Bases de Manresa (1892) eran unas Bases per la constitució regional catalana, como soberanía en su gobierno interior. Ya en la Memória.… presentada al rey Alfonso XII en 1885, ya en el Missatje… a doña Cristina, regente de España y condesa de Barcelona, en 1888 cuando se encontraba en Barcelona para inaugurar la Exposición Universal, se sostenía, en términos más o menos confederales, la existencia de la nacionalidad catalana en la Nación-Estado de España Tomó en 1901 la recién nacida Lliga Catalana, bajo la doble guía de Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó, el relevo de aquellas entidades cívicas, culturales y económicas de Cataluña que dirigieron en el siglo XIX el movimiento civil por la defensa de los derechos de Cataluña. Cuando Prat presentó al presidente del Consejo, José Canalejas, en 1911, el proyecto de bases para la próxima Mancomunidd Catalana, que echaría a andar en 1914, manifestó que aquella aspiración de Cataluña era la aspiración, más o menos manifiesta de todas las regiones y provincias de España. En 1916, presentó Cambó en el Congreso, y no en términos confederales precisamente, una propuesta de autonomía integral, retomada por la Asamblea de Palamentarios en 1917 y reiterada un año después, tras su primea experiencia como ministro del presidente mallorquín Antonio Maura. Una autonomía que correspondía a la nacionalidad catalana -expresión muy popular desde el libro del catalán federal Pi y Margall- en todo aquello que afectaba a su vida intena. No quería decir separación, ni mucho menos, sino que era un acicate, como así fue, para otros pueblos de España: Queremos que venga con España, porque sentimos a España como algo nuestro.