Lo ha definido con una fórmula breve, difícilmente mejorable, el inteligente y dinámico cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, colaborador cercano del papa y presidente de Charitas Internationalis, que conoce bien el paño del populismo, especialmente en América del Centro y del Sur:
Malicia vieja con ropajes nuevos.