El vuelo de Hugo


Hugo
se nos subió
verticalmente
al cielo.

Inmenso y vehemente
fue el desconsuelo,
al dejarnos solos
en el duro suelo.

Tan repentino
fue el vuelo,
que nos trajo el llanto,
el dolor y el duelo.

No hay razón que revele el destino,
no hay alivio que sane el quebranto.
Nadie sabe sabe el enigma del velo.

Ni Ángel,
 el abuelo,
después de tantas horas
de «vuelo».

Angelito Hugo,
que estás en el cielo,
danos un poco de luz
y de consuelo.