Cena de Jesús,
la última cena:
los últimos gozos,
las últimas penas.
Todo compartido
en la tarde espesa
de sucias traiciones,
de tristes tibiezas.
Todo ya en el trance
de una muerte cierta:
tres hienas voraces
le siguen y cercan.
Por eso es la hora
sagrada y suprema,
de partir el pan
y de darlo en prenda
del Reino que anuncia
la mesa fraterna.
De pasar la copa
del vino que alegra
y rehace el cuerpo
para la cosecha.
Memorial perenne,
regalo y presencia,
testigo y proyecto,
anuncio y promesa.
Cuerpo roto en sangre,
sangre vocinglera,
que pide justicia,
que clama inocencia.
*
Cena de Jesús,
la última cena.
Hasta que en el Reino
llegue la primera.