Que en esto me hacía Dios mucha merced, que en el trabajo buscaba ser la primera, y todas las cosas para su descanso y acomodamiento procurava hasta las muy menudas, como si toda mi vida huviera de vivir en aquella casa; y ansí me dava gran alegría cuando quedavan muy bien.
(Santa Teresa de Jesú, Libro de las Fundaciones, 19,6)