Parecía un funeral ecuménico, universal, con textos bíblicos, hindúes, coránicos… Y, al final, hemos visto una cruz de madera presidiendo la tumba. Y una palabra abriendo y definiendo su nombre y su apellido, que sorprende un poco a primera vista, viniendo de este ex jesuita, casado y con hijos, pero no ex misionero ni ex cristiano-católico, que al final ha elegido esta palabra, que era la suya, la de su misión y la de su vida: Father: Padre. Padre Vicente Ferrer. ¡Los perodistas y los políticos, en cambio, le llaman filántropo!