¿Qué hizo usted? ¿Dónde estaba usted?

 

         Mientras preparo un artículo más extenso sobre ese panfleto miserable, que es El corralito. del periodista de Diario de Noticias, Iván Giménez Gil, escribí hace poco sobre lo importante que sería que a quienes aprovechan cada día la represión de la guerra civil y del franquismo, hasta los abuelos y los bisabuelos, para echar en cara a sus enemigos políticos lo que les es absolutamente ajeno, se les  preguntara qué hicieron ellos, dónde estuvieron ellos durante la terrible represión de ETA en sus cuarenta años de  terror reciente. Ellos: políticos, periodistas, intelectuales orgánicos, activistas sociales, eclesiásticos, profesionales de todo género, educadores… Qué hicieron, cómo callaron y se escondieron, cómo disimularon, e incluso cómo aplaudieron, jalearon y apoyaron, de mil maneras, a la banda y a sus numerosos brazos sociales, culturales y políticos. Y no, por querer ocultar ni relativizar nada, ni salvar a nadie, sino porque es cuestión capital confrontar al falso progresismo, al izqueirdismo oportunista y guerracivilista y al nacionalismo vasco a la moda con el imperativo moral exigente y predominaante del deber de toda persona y grupo humano de enfrentarse al terror, a cualquier terror, y del deber de acompañar y solidarizarse seriamente con las víctimas, con todas las víctimas. Pero el tabú -hecho de miedo y de moda- ante el independentismo vasco sigue muy activo y, que yo sepa, nadie, ni en la acción politica ni en la acciòn mediàtica, se atreve a levantar la voz ni a bajar las teclas del teclado para poner en este punto las cosas en su punto. He aqui una de las causas principaldes del éxito del independentismo vasco y de su hegemonía social durante tanto tiempo y entre tanta gente.