Vuelvo a la poesía de los trovadours, trouvères y minnesingers medievales para uno de mis temas de investigación, y en este poema del mejor novelista de su siglo, el trouvère Chrétien de Troyes (1160-1190), Amor que me has robado de mí mismo, encuentro una estrofa tan admirable como ésta:
Corazón, si mi dama no te aprecia,
no por eso te alejarás de ella;
siempre estarás a su disposición
desde que lo has emprendido y comenzado.
No amarás con mi consentimiento la abundancia
ni te afligirás por la carestía.
Mucho se endulza con el alejamiento
y, cuanto más lo habrás deseado,
tanto será más dulce para probar.
( Cuers, se ma dame ne t´a chier…)