El humorista gráfico César Oroz nos los ha dibujado dándose un beso de tuerca en la boca, como dos homófilos fieros. El esperado y tardío encuentro del presidente del Gobierno de España con el presidente del Gobierno de Navarra (no presidentes de España y de Navarra) ha tenido, por lo que se cuenta, un resultado feliz. Cada uno de los dos ha cedido en alguna cosa y los dos han conseguido otra, pero el diálogo entre los dos y la reafirmación de la lealtad común ha sido el fruto mejor. Ya escribí en El Mundo, el 17 de marzo de este año, que, si Zapatero hubiera recibido a Sanz en la Moncloa a tiempo y hubiera sido sincero sobre la negociación entonces en curso con ETA y su entorno, no se hubiera celebrado en Pamplona la famosa y masiva manifestación en contra de esa negociación y a favor de la Navarra foral y española, que muchos entendieron también contra el Gobierno de la Nación. Y otro hubiera sido el clima antes de las elecciones forales y otro el entendimiento posterior entre los dos partidos nacionales. Creo que el presidente del Gobierno fue en todo ese tiempo el mayor responsable de los malentendidos, de los excesos y de las demagogias que acompañaron a la desinformación y sobre todo al largo disparate del proceso de autodeterminación, propulsado por la banda terrorista. Pero hay que ver cómo una entrevista de dos horas y cuarto puede arreglar tanto desarreglo, y felicitarnos por eso. Claro que no está prohibido pensar que todo ha sido más fácil porque ETA rompió la tregua, el infausto proceso se vino abajo, los socialistas perdieron las elecciones en Navarra e Ibarretxe volvió a sacar su plan autodeterminista a la plaza mayor de Euskadi. Y porque, además, UPN ganó las elecciones, pero quedó en minoría a expensas de los peseneistas. Nada nuevo bajo el sol de la política. Lo que nos enseña una vez más cómo casi todo cambia según las circunstancias, cómo todo patetismo es un lujo poco durable y cómo en los graves momentos el sentido común unido al de la supervivencia son capaces de hacer prodigios. A ver quién habla ahora en el PSN-PSOE de la derecha casposa y paleta de UPN y en UPN de la próxima venta de Navarra por Zapatero al nacionalismo vasco, después de las elecciones generales. Y cosas así. A ver.