La madera es madera
pero es también,
con algunos retoques,
silla,
mesa,
cómoda…
La harina de trigo es trigo.
Pasada por el agua y por el fuego
se convierte en pan,
principal alimento de la gente,
y en metáfora excelsa y cotidiana
del sustento del espíritu:
(Danos, Tú, nuestro pan de cada día)
Metáfora real y sustantiva,
sacramental,
del cuerpo mismo de Cristo,
del hombre entero Jesús de Nazaret,
pan partido en su Pasión
por nosotros,
repartido entre nosotros.
La última
voluntad de Jesús a sus discípulos
obra el prodigio.
Olvidemos
el lenguaje obsoleto
de la vieja Escolástica,
fisicista y milagrera.
Jesús está presente,
a lo divino
-¿quén sabe cómo es Dios
ni cómo se presenta?-,
por su sola palabra generosa,
en el vino y el pan de nuestra cena,
cuando estamos reunidos en su nombre.