Toda la fuerza interior que poseo -escribe el poeta Pablo D´Ors-, mucha o poca, la he extraído del silencio, entendido como ayuno de pensamientos. Pero no es que en ese silencio me haya sido revelado nada especial. El silencio es elocuente en cuanto silencio. La palabra que nos esconde el silencio es el silencio mismo. Es curativo de forma indirecta, misteriosísima. De pronto ve uno las cosas con más claridad y está mejor. Y si yo estoy bien, colaboro para que el mundo esté mejor. No hay que hacer nada esperando una meta o finalidad. La meta o finalidad es la acción misma, sea cual sea. La vida es el objetivo.No hay que llegar a ninguna parte: ya estamos en esa parte que buscamos…