Pasa por ser un elemento principal de lo que algunos han dado en llamar la nueva Democracia Económica y el nuevo sistema de Mercado Social. En España la FIARE (Fundación de Inversión y Ahorro Responsable) comenzó a moverse en Vizcaya el año 2003, tras varios meses de reflexión, y, dos años después, se convirtió en una empresa financiera extendida a través de redes sociales territoriales. Su máximo exponente, la Banca Ética, actúa a modo de cooperativa de crédito, sin ánimo de lucro y al servicio de la sociedad. Condición para el préstamo de sus créditos es que las actividades financiadas tengan un impacto social positivo. Se trata, pues, de financiar actividades económicas que desarrollen proyectos sociales, medioambientales, culturales y humanitarios, buscando poner los recursos sociales al alcance de los más pobres, según el director de Desarrollo, de la Banca, Juan Garibi. Hoy la Banca Ética FIARE está compuesta por 345 organizaciones: de ellas, más de 25 congregaciones religiosas y unas 50 asociaciones vinculadas a ellas (muchas ONG) están representadas en su estructura. Caritas Española es miembro fundador de la misma; entre sus socios están los tres obispados vascos, pero también CC.OO. de Cataluña. La Banca, en definitiva, pretende, según sus estatutos, rescatar el valor social de dinero y la actividad económica al servicio de un mundo más justo, humano y sostenible.