Parece que muchos ya lo encontraron… en algunos futbolistas o artistas. Unos llamaron dios a Pelé, otros a Maradona. Ahora Messi es el nuevo dios. Antes fue El Fary. Y siempre están ahí las diosas de la belleza en las películas y en los concursos. Casi todos entienden por divino el éxito, el talento, el prestigio, la imagen…, cosas tan lejanas del Dios que nos mostró Cristo, la Palabra y la Revelación divinas. Sin embargo, creo que Eugenio Jonesco acertó cuando dijo aquellas inolvidables palabras: No es cierto que hoy sean pocos los que buscan a Dios. Las personas lo buscan siempre. Quizá lo buscan en los ídolos de la canción, del deporte, de la política, del terrorismo… No es posible una sociedad sin Dios. No sé si, desde mi pobre fe, puedo decir que creo en Dios…, pero sí sé, con seguridad, que Dios me falta.