Pablo d´Ors, el gran Pablo d´Ors, escribe en VN acerca de la sobrevaloración de la cantidad de vida sobre su calidad. Dice conocer a muchos jóvenes completamente muertos y a muchos ancianos totalmente vivos. Lamenta lo ocurrido en algunos hospitales, donde se han tomado medidas anti-viejos. Jóvenes y ancianos dan y reciben, pero esto no no parece contar mucho, sino la productividad, su funcionalidad económica. Y añade:
Una sociedad que se sacude a los que (cree que) no dan se impide a sí misma poder recibir. Y sin recibir, a la larga, no tendremos nada en absoluto que dar. Pero entonces, ¿qué hacer, si no tenemos medios para todos? ¿Cómo resolver este dilema? Hemos olvidado que lo que nos hace fuertes es precisamente la atención a los débiles. No nos damos cuenta de que, si acabamos con los débiles, nunca podremos ser fuertes. Quien mata a un inocente mata su propia inocencia; y eso será, precisamente, lo que termine matándole a él.
Hay medios, medios siempre hay. El problema no está en los medios, sino en la generosidad, en la entrega. La compasión es la respuesta. (…) La compasión es lo que mueve el mundo.