Jesús Fernández, obispo auxiliar de Santiago de Compostela, se felicita por la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, aprobado por el Gobierno español y destaca que Caritas -de la que es su responsable dentro de la Conferencia Episcopal- ha colaborado con el Gobierno en su puesta en marcha. El interlocutor gubernamental ha sido el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, quien ha escuchado algo que Caritas llevaba mucho tiempo solicitando, y se ha apoyado en buena parte en el Tercer Sector, especialmente en Caritas. Para el prelado Fernández, la medida va en consonancia con la Doctrina Social de la Iglesia, apela al bien común y a la dignidad de todos, amén de ser algo que ya es un hecho en varios Países europeos y en varias Comunidades españolas.
Por otra parte, Sebastián Mora, profesor de la Universidad Pontificia de Comillas y durante muchos años secretario general de Caritas, quiere que no se confunda el IMV con el salario mínimo interpofesional ni con la renta mínima universal, solicitada por el papa Francisco. Añade que ese Ingreso es lo que Caritas ha estado pidiendo durante 15 años. Algo que debe ser ágil y flexible, porque ha de coordinarse con las Comunidades Autónomas y ha de atender a determinadas situaciones en su aplicación. Sin que sea -añado yo-, por principio y por práctica, eterno, o llegue a ser, por unas cosas u otras, un obstáculo o un álibi para la búsqueda efectiva de un trabajo.