El profesor del Departamento de Historia de la Universidad de Navarra, Santiago Martínez Sánchez, investigador de muy amplio aliento, tuvo la delicadeza de invitarme, un día de septiembre, a dialogar con sus alumnos sobre la Transición en Navarra, en España y en Europa. Ahora me envía su muy preciado libro, con ese título, (2004), que yo había hojeado y ojeado en la biblioteca de esa misma universidad, pero no lo había leído, de cabo a rabo, y vorazmente, como ahora.
Buen conocedor de los dos grandes Archivos eclesiásticos de esa época, los de los cardenales Vidal i Barraquer y Gomá, Martínez Sánchez añade el del tercero en discordia -nunca mejor dicho-, el del intolerante y arcaico cardenal Segura, primero arzobispo primado de Toledo y después arzobispo de Sevilla. Lo mismo la historia de sus primeros episcopados, que la del exilio drante la Segunda República, o la última de su estancia en Sevilla durante el franquismo, es una historia, muy bien escrita. documentadísima, rigurosa, y a la vez valientemente interpretadora, sin esquivar ninguna actuación, ninguna actitud dentro del panorama eclesiástico y político español, en una de sus etapas más complejas.
El libro es imprescindible para conocer al cardenal Segura, pero también para conocer una franja, la más integrista de la Iglesia española en ese período. De máximo interés, su estrecha relación con el carlointegrista Manuel Fal Conde y con el Tradicionalismo hispano en general, así como su lejanía cultural, eclesial y política con el trío Pacelli – Vidal – Tedeschini, a quienes tocó regir la Iglesia española desde septiembre de 1931 a mayo de 1936. Tampoco el más cercano cardenal Gomá llegó a ser santo de su devoción.
Al leer las muy condensadas y claras ocho páginas de las conclusiones, mi coincidencia con el autor es total. Y le felicito por esta contribución formidable a la historia contemporánea de España.