Hijo de pastores reformados holandeses (1853-1890), ejerció él también su ministerio en una región minera belga. Pero su carácter anárquico, imprevisible, huraño y tierno a la vez le incapacitó para la tarea pastoral, mientras crecía su vocación artística, que ejerció los últimos diez años de su vida. LLegó a pintar 900 cuadros y más de 1.600 dibujos, sin que ninguno llegara a venderse en vida. Pero toda su pintura tuvo una motivación religiosa, sin que apenas la explicitara exteriormente. En una de las 650 cartas a su hermano Teo, lo dice con toda claridad hablando de su cuadro Sobre unas botas: … no olvidemos que estas cosas no son lo que parecen ser, sino que a través de las cosas de la vida cotidiana, Dios nos muestra unas mayores.
En otra ocasión:
El artista más grande que jamás ha existido es Cristo. Mientras que los demás artistas se sirven de la materia -alabastro, mármol, barro y color-, él trabaja en carne viva. Él hace a los hombres vivos y eternos.
Y de nuevo:
El espíritu me hace ver que este viejecito que he dibujado está sentado en un rincón de su casa y envuelto por un silencio que conmueve; un hecho indescriptible e inexplicable. En esta escena se encuentra la prueba de la existencia de Dios y de la eternidad.