Ahora que China se acerca a grandes pasos a ser la primera potencia mundial. Ahora que, tras la tragedia política del fin del mandarto de Trump, el gigante asiático aparece de cuerpo entero, y no sólo asoma la coleta, al decir de Ortega, en el horizonte occidental, alivia recordar que en el siglo VIII a. C. -época del primer Isaías en Israel- los ritualistas de la escuela de Lu añadieron a los Documentos (textos cultuales y culturales) de la dinastía Zhou, datados en el siglo XI a. C., los Cánones de Yao y Shun. Se cree que estos dos reyes, fundadores de la dinastía Xia, gobernadorn la Gran Llanura en el siglo XXIII a. C., y que, a diferencia de los otros héroes chinos del pasado antiguo, no libraron batallas ni mataron a monstruos, sino que reinaron únicamente mediante su virtud o carisma. Los Cánones se abren con una desrcipción de Yao:
Era reverente, inteligente, experto, sincero y afable. Era sinceramente respetuoso y capaz de modestia. su luz cubría los cuatro extremos del imperio y se extendía por todo el cielo y la tierra.
A partir de entonces, el sabio chino se situó deliberadamente a sí msimo en relación con la realidad política mundana y a continuación con el cielo y la tierra. La política y la reverencia por el cosmos eran esenciales para conseguir la perfección humana. La virtud extendia su afecto primero a la familia, luego a su clan y después a los Estados extranjeros, convirtiendo la humanidad en una famlia unida y afectuosa. En lugar de de formar un gobierno egoísta y explotador, Yao fundó la Gran Paz (Dai Ping). La virtud de Yao quedó patente cuando se negó a permitir que su hijo, embaucaador y pendenciero, le sucediera, pasando para ello el trono a Shun, un hombre de origen humilde, hombre virtuoso y tolerante.
Tanto Confucio (551-479 a. C.) como su discípulo el filósofo Mencio (361-288 a. C.) los tuvieron como maestros. Según este último, la señal de su sabiduría fue su preocupación empática por la gente: cada uno de ellos tenía un corazón sensibe al dolor de los otros (…), lo cual se manifestaba en un gobierno compasivo.