Pere Casaldáliga Pla (Balsareny, Barcelona, 1928 – Batatais, Sao Paolo, 2020) fue un misionero claretiano, obispo desde 1971 de la Prelatura Apostólica de Sao Félix do Araguaia, Estado del Mato Grosso, en la Amazonía brasileña, en el mismo sitio donde él había fundado la misión católica con sus hermanos españoles del Corazón de María. Desde entonces no la abandonó ni para volver a casa. Fue uno de los apóstoles y profetas más reconocidos en Brasil y fuera del Brasil en favor de los indígenas y pequeños campesinos. Uno de esos Padres contemporáneos de la Iglesia sufriente. Sufrió varios intentos de asesinato, denuncias y amenazas de todo tipo, además de ocho malarias y un parkinson que le llevó a la muerte. Escrritor y poeta, es autor de más de medio centenar de libros, todo ellos dentro del espíritu de su misión cristiana. Selecciono una breve muesta de su inmensa obra:
No tener nada. / No llevar nada. / No poder nada. No pedir nada. / Y de pasada, / no matar nada; / no callar nada. / Solamente el Evangelio, como una faca afilada. / Y el llanto y la risa en la mirada. / Y la mano extendida y apretada. Y la vida, a caballo, dada. / Y este sol y esos ríos y esta tierra comprada, / Por testigos de la Revolución ya estallada. / ¡Y «mais nada»!
***
La vida sobre ruedas o a caballo, / yendo y viniendo de misión cumplida, / árbol entre los árboles me callo / y oigo cómo se acerca tu venida. / Cuanto menos Te encuentro, más te hallo, / libres los dos de nombre y de medida. / Dueño del miedo que Te doy vasallo, / vivo de la esperanza de tu vida. / Al acecho del Reino diferente, / voy amando las cosas y la gente, / ciudadano de todo y extranjero. / Y me llama tu paz como una abismo / mientras cruzo las sombras, guerrillero / del Mundo, de la Iglesia y de mí mismo.
***
Mi fuerza y mi fracaso / eres Tú. / Mi herencia y mi pobreza. / Tú mi justicia, Jesús. / Mi guerra / y mi paz. / ¡Mi libre libeertad! / Mi muerte y vida / Tú / Palabra de mis gritos, / silencio de mi espera, /testigo de mis sueños, / ¡cruz de mi cruz! / Causa de mi amargura, / perdón de mi egoísmo, /crimen de mi proceso, / juez de mi pobre llanto, / razón de mi esperanza, / ¡Tú! / Mi tierra prometida / eres Tú… / La Pascua de mi Pascua, / ¡nuestra gloria / por siempre, / Señor Jesús!