El papa Francisco, siguiendo una buena costumbre de sus predecesores, León XIII, Pío X, Benedicto XV, Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI, ha publicado también una carta apostólica, Candor lucis aeternae, en el 700º aniversario de la muerte de Dante Alighieri (Florencia, 1265 – Ravena, 1321).
Además de dedicarle el atributo del título, le llama luz de la fe… profeta de esperanza y testigo del deseo humano de felicidad… testigo de la sed de infinito ínsita en el corazón del hombre. Y cuya misión era también la denuncia y la crítica dirigida a los creyentes, sean pontífices o simples fieles, que traicionan la adhesión a Cristo y transforman a la Iglesia en un medio para sus propios beneficios, olvidando el espíritu de las bienaventuranzas y la caridad hacia los peqeños y los pobres, e dolatrando el poder y la riqueza.