La religión es un hecho fundamental en la vida y naturaleza humana, y desde la política tenemos que proteger esa gran libertad que contempla nuestra Constitución en su Artículo 16. Lo dijo nada menos que la vicepresidente primera del Gobierno, Carmen Calvo, en la presentación, días pasados, del programa Municipios por la Tolerancia, iniciativa de la Fundación Pluralismo y Convivencia, que tiene como objetivo ayudar a los ayuntamientos a gestiomar la diversidasd religiosa de forma democrática, inclusiva y plural. Tras comentar la evolución de la diversidad religiosa en nuestro país y calificarla como una realidad que nos ha colocado en un espacio moderno, avanzado y de libertades, confirmó su primera declaración: Yo soy una gran defensora del hecho religioso como una parte connatural de lo humano Soy absolutamente respetuosa, porque la religión y los sentimientos religiosos de diverso tipo salvan Por eso doy un gran valor a las políticas públicas que protegen la libertad y ayudan al culto y al desarrollo de las religiones en nuestro país.
Dejando a un lado ese desgraciado tópico de los sentimientos religiosos, que la vicepresidente del Gobierno sanchista diga eso ya es mucho, y habría que cotejarlo, día a día, con la conducta de su Gobierno para con las religiones que conviven en España. A esto añadió el socialista Abel Cabaallero, alcalde de Vigo, presidente de la Federacón de Municipios y Concejos de España, colaboradora junto a la Universidad de Deusto de la Fundación, que las religiones tienen que encontrar el apoyo institucional. Para deshacerse seguidamene en elogios al Gobierno español, como pionero en la defensa de los valores profundos…
Propagandas aparte, la noticia bien merecía haber asomado a los medios informativos, esos que no suelen informar de estas cosas, por carentes de interés.