Por eso nos gusta tanto exhibir y exagerar los vicios de los demás: así cultivamos nuestra buena conciencia. Las virtudes y las buenas obras de los otros nos crean, por el contrario, y por comparación, una mala conciencia.
W.A. Mozart me parece el músico más pascual. Si Bach y Haydn son los músicos de la pasión y muerte de Cristo, Mozart es el músico de la Resurrección.
La pandemia de la Covid-19 es la primera experiencia global y simultánea de una seria fragilidad sanitaria global en un mundo global. Sin duda, una poderosa prueba de cosmopolitismo, de indudables consecuencias.