Estamos acostumbrados a leer en El País con mucha frecuencia artículos editoriales que sancionan la obra legislativa y ejecutiva del Gobierno Sänchez por la vía del juicio fundamentalmente positivo a todos sus medidas, decretos o proyectos de ley aprobados por el Congreso de los Diputados. Eso, sí, con varios o con muchos peros (sí, pero…), y con la consiguiente crítica a la oposición del PP, con especial referencia a la Comunidad de Madrid. De ahí, la denominación cariñosa que le han endilgado, fuera de la etapa de la dirección de Antonio Caño, todos los oponentes al Sanchismo: el diario gubernamental.
El diario de PRISA no osó comentar, como muchos otros periódicos hicieron, la sentencia del Tribunal Suprema frontalmente opuesta a la concesión del indulto a los presos golpistas catalanes y tardó en dejar oír su opinión tras la declaración oficial, en sentido contrario, del presidente del Gobierno. Por fin, apareció la tardía reacción, el día 29 de mayo, en forma de editorial, dirigida literalmente A los catalanes. La redacción debio de ser harto ardua en el Consejo de la misma: nunca la contienda entre los redactores debió de ser mayor. Los peros, en esta ocasión, son innumerables: recogen directa o indirectamente todos los argumentos del Tribunal y aun de toda la oposición: falta de justicia, falta de equidad, no arrepentimiento, intención de volver a delinquir, miedo a perder el poder, opinión contraria de la mayoría de españoles, mal ejemplo para las instituciones europeas y para quienes tienen que decidir el regreso a España de los fugados de la Justicia, opinión contraria de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado, malas consecuencias electorales para el PSOE, discriminación con otros muchos presos, incluso arrepentidos… Demasiados peros para un final y raquítico sí.
Para agarrarse, una y otra vez como a un clavo ardiendo, a la posible, a la remota, utilidad del indulto entre los dos millones, cantados y no contados, de independentistas catalanes. Que es el mismo clavo al que se agarra el Gobierno de Sánchez, que tendría que convocar elecciones de inmediato, si se negase a conceder el indulto, dada su dependencia política sustancial de un partido indepedentista catalán y de otros tres o cuatro partido confederalistas y autodeterministas. Qué patética realidad.
Una penosa dependencia, en una situación límite, de un buen diario, que quiere ser independiente.