No creo que a nadie le hayan sorprendido las declaraciones del Círculo de Empresarios catalanes o del Fomento del Trabaj, asi como de la Conferencia Episcopal de Cataluña, en favor del indulto a los golpistas catalanes, mil veces anunciado, defendido y exaltado por el presidente Sánchez y ministros de su Gobierno. ¿Se acuerda alguien de alguna declaración semejante de las mismas instituciones, cuando la sedición era más recia, cuando se multiplicaban los actos del golpe, en favor del orden constitucional, de la unidad de España, de la convivencia y concordia entre todos los españoles? ¿Qué valor pueden tener ahora ante un español cualquiera esta retórica hueca en pro de los indultos en boca de unos ciudadanos cobardes, poco ejemplares, nada profesionales en su oficio público en favor de la estabilidad, ahora tan elogiada, y de la paz, casi siempre tan torticeramente mentada.
La unidad de España, el orden constitucional, el respeto a la Justicia, la convivencia de todos los españoles, el honor del Jefe del Estado… ¿no merecen una sola palabra de apoyo y de solidaridad, y sí, en cambio, muchas y amables los presos, ni arrepentidos ni rendidos, condenados por sedición y malversación de fondos públicos? ¿Solo por ser catalanes?