Una ministra nefasta

 

         ¿Qué hace una ministra, como la de Transportes, en el Gobierno del Reino de España, que es capaz de insultar, llamando ultraderechistas, es decir no demócratas, a 800.000 pequeños transportistas autónomos, que organizan un paro por las muy precarias, a veces extremas, condiciones en las que viven y trabajan; que declara a los medios que no los quiere recibir; que los recibe, pasados diez días, cuando no tiene otro remedio, pero solo para informarles de lo que ha pactado con las organizaciones patronales del sector, y no para negociar con ellos? ¿A quien le va a extrañar que no les convenza?

¿Qué clase de ultraarrogancia es esa? ¿Qué clase de supremacía?

¿Cómo puede seguir siendo ministra -es decir, servidora- una ultrafuncionaria del Gobierno?