Los católicos franceses

 

        Según los sondeos encargados por publicaciones católicas francesas, el 55% de los católicos franceses votaron, en la segunda vuelta, por Macron en las recientes elecciones presidenciales. Al mismo tiempo, el 45% de los católicos no practicantes dieron su voto a Le Pen frente al 39% de los católicos regulares. Con un 42%, globalmente, de ese voto a la lideresa de extrema derecha, podemos deducir que cuanto más cercanos al culto, los católicos resisten mejor al voto en favor extremo conservador.

Desde 2017 ha crecido el apoyo de los católicos franceses a las candidaturas conservadoras. Y es que durante muchos tiempos los católicos practicantes han sido la categoría más reacia a la extrema derecha, pero esa especificidad está desapareciendo poco a poco. En la primera vuelta de estas última elecciones, el 27% de los electores católicos votó a Le Pen y el 10% a Éric Zemmour, atraidos por el discurso de este sobre el cristianismo como matriz de la sociedad francesa y su visión conservadora del país.

Entre las causas próximas del alejamiento de la izquierda y del centro hay que apuntar a ciertas leyes propugnadas y aprobadas por el Gobierno y la mayoría de Macrón: la posibilidad de recurrir a la procreación asistida; el alargamiento del plazo del aborto a 14 semanas; su empeño personal, hecho público en toda Europa, de introducir en la Carta de Derechos Humanos el derecho al aborto…

Tendencia resistente, parecida a la ya bien constatada en países como Estados Unidos de América e Italia.